22 de marzo:Día Mundial del Agua
Dom, 22/03/2009
El agua es un bien público, de titularidad colectiva, y quien debe administrarlo es el Estado a nivel nacional. Plantear una adecuada gestión de los recursos hídricos transfronterizos pasa por establecer relaciones de cooperación entre los diferentes estados.
Medicus Mundi considera importante tener una visión integral de la situación del agua, desde los aspectos que atañen a las personas y comunidades humanas hasta la escala global que afecta al planeta Tierra. Todos los Derechos Humanos se derivan del derecho básico y primordial de todos los seres humanos a vivir con dignidad.
Sin acceso al agua potable, de buena calidad, no hay salud duradera, pues las enfermedades diarreicas inciden grandemente en la falta de desarrollo sano del cuerpo tanto humano como animal. Sin las personas no hay desarrollo de ninguna clase, ni educativo, ni personal, ni económico, ni social.
El acceso de la población al agua de calidad se vuelve difícil cuando las fuentes de abastecimiento de la población son aguas superficiales abiertas, que pueden ser contaminadas por vertidos industriales, filtraciones de agroquímicos o por excrementos. Lo mismo sucede cuando hay que transportarla en recipientes pequeños desde fuentes lejanas o hay que gastar combustible para hervirla y volverla potable. Otro aspecto importante es evitar sistemas de abastecimiento de agua insuficientemente mantenidos o que se deterioran. También es un problema que no haya un sistema de saneamiento ambiental eficiente.
Pero hay más riesgos. Por ejemplo, que el agua de buena calidad existente sea monopolizada por industrias o explotaciones mineras y se prive de su utilización a las comunidades humanas. O que la sobreexplotación esté unida al desarrollo de grandes proyectos urbanísticos o turísticos y al uso poco racional del agua en prácticas poco eficientes de riego.
Por ello es muy importante que los municipios y entidades locales se impliquen en la satisfacción real de este derecho de la población y evitar que los estados, por un desarrollo mal entendido, privaticen el uso del agua para ponerla en manos de industrias, explotaciones mineras o turísticas, muchas de ellas ligadas a capitales multinacionales. También es fundamental un acuerdo entre los estados para el uso equitativo de las aguas transfronterizas.
Las ONGD no pueden solucionar todas estas cuestiones por sí mismas, pero sí podemos sensibilizar a la sociedad y realizar, con las poblaciones y entidades locales, proyectos integrales donde el agua sea un componente más de la salud. Concretamente, Medicus Mundi Navarra ha estado apoyando en 2008 tres proyectos con el objetivo principal de hacer más accesible el agua a poblaciones rurales de Perú y Bolivia, así como de fortalecer la administración de este servicio público.
Medicus Mundi considera importante tener una visión integral de la situación del agua, desde los aspectos que atañen a las personas y comunidades humanas hasta la escala global que afecta al planeta Tierra. Todos los Derechos Humanos se derivan del derecho básico y primordial de todos los seres humanos a vivir con dignidad.
Sin acceso al agua potable, de buena calidad, no hay salud duradera, pues las enfermedades diarreicas inciden grandemente en la falta de desarrollo sano del cuerpo tanto humano como animal. Sin las personas no hay desarrollo de ninguna clase, ni educativo, ni personal, ni económico, ni social.
El acceso de la población al agua de calidad se vuelve difícil cuando las fuentes de abastecimiento de la población son aguas superficiales abiertas, que pueden ser contaminadas por vertidos industriales, filtraciones de agroquímicos o por excrementos. Lo mismo sucede cuando hay que transportarla en recipientes pequeños desde fuentes lejanas o hay que gastar combustible para hervirla y volverla potable. Otro aspecto importante es evitar sistemas de abastecimiento de agua insuficientemente mantenidos o que se deterioran. También es un problema que no haya un sistema de saneamiento ambiental eficiente.
Pero hay más riesgos. Por ejemplo, que el agua de buena calidad existente sea monopolizada por industrias o explotaciones mineras y se prive de su utilización a las comunidades humanas. O que la sobreexplotación esté unida al desarrollo de grandes proyectos urbanísticos o turísticos y al uso poco racional del agua en prácticas poco eficientes de riego.
Por ello es muy importante que los municipios y entidades locales se impliquen en la satisfacción real de este derecho de la población y evitar que los estados, por un desarrollo mal entendido, privaticen el uso del agua para ponerla en manos de industrias, explotaciones mineras o turísticas, muchas de ellas ligadas a capitales multinacionales. También es fundamental un acuerdo entre los estados para el uso equitativo de las aguas transfronterizas.
Las ONGD no pueden solucionar todas estas cuestiones por sí mismas, pero sí podemos sensibilizar a la sociedad y realizar, con las poblaciones y entidades locales, proyectos integrales donde el agua sea un componente más de la salud. Concretamente, Medicus Mundi Navarra ha estado apoyando en 2008 tres proyectos con el objetivo principal de hacer más accesible el agua a poblaciones rurales de Perú y Bolivia, así como de fortalecer la administración de este servicio público.