La CHT sanciona con 24.000 euros al Ayuntamiento por uso ilegal de aguas subterráneas

Vie, 27/02/2009

Europa Press

La Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) ha sancionado con 24.000 euros al Ayuntamiento de Velilla de San Antonio por uso ilegal de aguas subterráneas desde cuatro pozos que esta Administración mantiene abiertos en la localidad, informó hoy la Asociación Ecologista del Jarama 'El Soto'.

La sanción resulta de las denuncias interpuestas en agosto de 2007 por esta organización ecologista. La asociación denunció no sólo la explotación ilegal de las aguas subterráneas en los meses de verano, sino también el aprovechamiento que algunos particulares podrían estar haciendo de los pozos que el Ayuntamiento explota ilegalmente.

La inspección realizada por la CHT confirmó que la Corporación Local utilizaba ilegalmente el agua bombeada para el baldeo de calles, riego del campo de fútbol, de jardines, etc. Por ello, se abrieron cuatro expedientes de denuncia que han concluido en otros tantos de sanción por importes de 6.010,13 euros, cada uno. A pesar del carácter reincidente, la infracción está calificada por la CHT como "menos grave", sancionable con multa desde 6.010,13 euros hasta 30.050,61 euros.

El Ayuntamiento de Velilla ya fue sancionado en diciembre de 1999 con multa de 200.000 pesetas, por utilizar estos pozos para extraer ilegalmente agua para el riego de las praderas municipales. En aquella resolución la CHT instaba al Consistorio al desmantelamiento de los pozos, algo que nunca llegó a realizar.

DESECACIÓN DE LA VEGETACIÓN

El descenso en el nivel freático en el valle del Jarama ha sido la causa de la desecación de numerosa vegetación y arbolado en épocas de sequía, y el aumento de las necesidades de agua con destino al riego agrícola por depresión del acuífero.

Durante la última década el cauce del río Jarama se ha desecado en diversos tramos al descender el nivel del acuífero con el que está conectado, este fenómeno ha incrementado la presencia de contaminantes en los caudales, aguas abajo, que se nutren casi en exclusiva de vertidos incontrolados y de depuradoras.

El aprovechamiento ilegal del agua subterránea es una práctica habitual por parte de negocios y particulares (campos de golf, agricultura...) y también por parte de ayuntamientos que mantienen de esta manera las praderas y la jardinería ornamental con altos requerimientos de humedad.