El 'permafrost' en las regiones más frías del norte de Suecia está a punto de desaparecer
Vie, 20/02/2009
El permafrost, o capas de hielo permanentemente congelado en los niveles superficiales del suelo, de las regiones más frías del norte de Suecia se están descongelando y está a punto de desaparecer, por culpa de los veranos más cálidos y por el aumento de las precipitaciones invernales, según confirma un estudio de la Universidad Sueca de Lund que recoge el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).
"En uno de los sitios que estamos estudiando, el permafrost ha desaparecido completamente de la mayor parte del cenagal a lo largo de la última década", afirmó la geógrafa de la Universidad de Lund, Margareta Johansson
El 25 por ciento de toda la superficie terrestre del Hemisferio Norte está sustentada por el permafrost, que es un tipo de suelo que permanece congelado al menos durante dos años seguidos y que es habitual en el Círculo Ártico.
De hecho, en las zonas donde el permafrost se está descongelando, el suelo se vuelve inestable y puede desplomarse. Esto puede ser un problema a nivel local y regional en áreas con ciudades e infraestructuras. El deshielo puede también provocar un aumento de las emisiones de los gases de efecto invernadero del suelo como el dióxido de carbono y el metano.
Johansson además cree que probablemente el deshielo actual del permafrost continúe. "Dentro de 50 años posiblemente no habrá permafrost en las tierras bajas de Abisko. Dada la situación actual del clima es probable que los cambios observados en el permafrost del área de Abisko se produzcan también en otras zonas, por lo que mi estudio puede ser la base para estudios en otras áreas geográficas en peligro", señaló la experta.
Concretamente, la investigación muestra que el permafrost del área de Abisko se está descongelando desde arriba y desde abajo. Desde arriba se está descongelando fundamentalmente porque los veranos son más calurosos y porque la nieve que lo cubre es más espesa en invierno. Con una capa de nieve más gruesa que actúa como una manta aislante, el suelo no se enfría tanto como se enfriaría debajo una capa más fina.
Desde abajo, se descongela probablemente por una mayor movilidad de las aguas subterráneas producida por el aumento de la lluvia y la nieve. Johansson explica que "la precipitación anual de lluvia y de nieve ha aumentado drásticamente durante la última década". Entre 1997 y 2007, han caído anualmente un total de 362 milímetros de precipitación en Abisko, lo que representa un 20 por ciento más en comparación con la precipitación anual media entre los años 1961 y 1990.
"En uno de los sitios que estamos estudiando, el permafrost ha desaparecido completamente de la mayor parte del cenagal a lo largo de la última década", afirmó la geógrafa de la Universidad de Lund, Margareta Johansson
El 25 por ciento de toda la superficie terrestre del Hemisferio Norte está sustentada por el permafrost, que es un tipo de suelo que permanece congelado al menos durante dos años seguidos y que es habitual en el Círculo Ártico.
De hecho, en las zonas donde el permafrost se está descongelando, el suelo se vuelve inestable y puede desplomarse. Esto puede ser un problema a nivel local y regional en áreas con ciudades e infraestructuras. El deshielo puede también provocar un aumento de las emisiones de los gases de efecto invernadero del suelo como el dióxido de carbono y el metano.
Johansson además cree que probablemente el deshielo actual del permafrost continúe. "Dentro de 50 años posiblemente no habrá permafrost en las tierras bajas de Abisko. Dada la situación actual del clima es probable que los cambios observados en el permafrost del área de Abisko se produzcan también en otras zonas, por lo que mi estudio puede ser la base para estudios en otras áreas geográficas en peligro", señaló la experta.
Concretamente, la investigación muestra que el permafrost del área de Abisko se está descongelando desde arriba y desde abajo. Desde arriba se está descongelando fundamentalmente porque los veranos son más calurosos y porque la nieve que lo cubre es más espesa en invierno. Con una capa de nieve más gruesa que actúa como una manta aislante, el suelo no se enfría tanto como se enfriaría debajo una capa más fina.
Desde abajo, se descongela probablemente por una mayor movilidad de las aguas subterráneas producida por el aumento de la lluvia y la nieve. Johansson explica que "la precipitación anual de lluvia y de nieve ha aumentado drásticamente durante la última década". Entre 1997 y 2007, han caído anualmente un total de 362 milímetros de precipitación en Abisko, lo que representa un 20 por ciento más en comparación con la precipitación anual media entre los años 1961 y 1990.