La crecida del Ebro tan solo daña en la Ribera Alta a la agricultura
Lun, 16/02/2009
La punta de la crecida del río Ebro terminó ayer su paso por la Ribera Baja sin que se produjeran graves afecciones. Tan solo destacó la rotura de una mota en Villafranca de Ebro que anegó los campos de alfalfa, y cuya causa están estudiando los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). El desperfecto resultó ser de unos diez metros. Y la ubicación coincide con la vía de agua abierta hace unos quince días por un tejón, por lo que no se descarta que sean otra vez estos animales los causantes.
No obstante, esta nueva avenida deja tras de sí bastantes daños en la agricultura, todavía sin cuantificar. Solo en la Ribera Alta son más de 4.000 las hectáreas inundadas. "El agua ha entrado en todo aquello que no estaba protegido y en donde ha podido por filtraciones. Pero ahora, los vecinos están nerviosos porque los pantanosos están casi llenos y si vuelve a llover o comienzan los deshielos el panorama se complicaría bastante", contestaba ayer el alcalde de Pradilla, Luis Moncín.
Los alcaldes aragoneses de la ribera media del Ebro estudian por ello presentar mañana un frente común en el encuentro en Tudela con representantes de la CHE y de otras comunidades autónomas, para pedir el dragado del cauce. "Las crecidas se están convirtiendo en habituales. No afectan a los cascos urbanos pero para la agricultura están siendo un desastre", añade Moncín.
Ayer, los alcaldes de El Burgo y Pina de Ebro, por ejemplo, admitieron que los daños estaban siendo los previsibles por el nivel que alcanzaba el Ebro. Así, el río alcanzó los 4,5 metros a su paso por Zaragoza en la madrugada del domingo, mientras que anoche estaba en menos de cuatro metros, con un caudal de 1.300 metros cúbicos, y seguía bajando. Pero no hubo daños a destacar en la capital, según Bomberos.
Por su parte, durante todo el día se trabajó en el desembalse de los pantanos de Ribarroja, Mequinenza y Flix para reducir el impacto de la llegada de la cresta de la crecida a esta parte baja de la cuenca . Asimismo, desde que la punta abandonara Castejón, la CHE está soltando agua del embalse de Yesa en previsión de la posible llegada de precipitaciones.
No obstante, esta nueva avenida deja tras de sí bastantes daños en la agricultura, todavía sin cuantificar. Solo en la Ribera Alta son más de 4.000 las hectáreas inundadas. "El agua ha entrado en todo aquello que no estaba protegido y en donde ha podido por filtraciones. Pero ahora, los vecinos están nerviosos porque los pantanosos están casi llenos y si vuelve a llover o comienzan los deshielos el panorama se complicaría bastante", contestaba ayer el alcalde de Pradilla, Luis Moncín.
Los alcaldes aragoneses de la ribera media del Ebro estudian por ello presentar mañana un frente común en el encuentro en Tudela con representantes de la CHE y de otras comunidades autónomas, para pedir el dragado del cauce. "Las crecidas se están convirtiendo en habituales. No afectan a los cascos urbanos pero para la agricultura están siendo un desastre", añade Moncín.
Ayer, los alcaldes de El Burgo y Pina de Ebro, por ejemplo, admitieron que los daños estaban siendo los previsibles por el nivel que alcanzaba el Ebro. Así, el río alcanzó los 4,5 metros a su paso por Zaragoza en la madrugada del domingo, mientras que anoche estaba en menos de cuatro metros, con un caudal de 1.300 metros cúbicos, y seguía bajando. Pero no hubo daños a destacar en la capital, según Bomberos.
Por su parte, durante todo el día se trabajó en el desembalse de los pantanos de Ribarroja, Mequinenza y Flix para reducir el impacto de la llegada de la cresta de la crecida a esta parte baja de la cuenca . Asimismo, desde que la punta abandonara Castejón, la CHE está soltando agua del embalse de Yesa en previsión de la posible llegada de precipitaciones.