En Galicia sólo tres municipios costeros depuran el 90% de sus aguas

Dom, 15/02/2009

La Voz de Galicia

Solo tres municipios costeros de la zona depuran el 90% de sus aguas Las plantas de tratamiento de Noia y Carnota no reciben ni una quinta parte de las fecales que generan


La red de alcantarillado está incompleta en la mayoría de los concellos y los vecinos no pueden conectarse Una directriz europea en materia de residuos establecía que antes del 31 de diciembre del 2007 estos debían estar depurados en concentraciones de población superiores a los dos mil habitantes. Ese plazo expiró hace más de un año y la normativa sigue sin cumplirse. Es más, la situación en la comarca poco ha variado en este tiempo. Solo tres municipios costeros tratan el 90%, o algo más, de las aguas residuales que generan. Se trata de Boiro, A Pobra y Outes, mientras que en Rianxo afirman estar en el 80%. Por el contrario, a las depuradoras de Noia y Carnota, según las estimaciones efectuadas por los respectivos gobiernos, no llegan ni el 30% de las aguas fecales e industriales. En el caso carnotano, la planta recibe casi en exclusiva las emisiones de una fábrica de conservas porque prácticamente ningún vecino puede engancharse al alcantarillado. Aunque la obra de la EDAR se aprobó y licitó en 1999, hasta el 2007, según el alcalde, José Oreiro, no se instaló ni un solo metro de red secundaria de saneamiento. Esto significa que son mínimas las conducciones para transportar los vertidos hasta la depuradora. En la playa Las aguas fecales de O Pindo van a parar a un riachuelo que desemboca en la playa de San Pedro. En el casco urbano de Carnota, las emisiones domésticas van por los arroyos hasta la zona de A Raña, en la mismísima playa que ha hecho famoso al municipio. La situación noiesa es similar. La red de alcantarillado está obsoleta en algunos puntos y en otros, simplemente no existe. Por eso la EDAR no trata ni una quinta parte de los residuos, que van en caída libre a las zonas marisqueras. Los perjudicados son los productores de bivalvo, que recogen el marisco en aguas de categoría B. Esto obliga a pasar el bivalvo por la depuradora y, claro, su precio de venta decrece. La ría Augas de Galicia acaba de presentar un proyecto para sanear la ría canalizando los vertidos, pero está previsto acometerlo en dos fases y, en el mejor de los casos, la depuración no llegará al 90% hasta el 2011. Los casos noiés y carnotano, con suponer un importante problema medioambiental, no son, sin embargo, los peores de la comarca. Hay otros dos municipios, Porto do Son y Muros, en los que la totalidad de los residuos van a parar al mar directamente. En territorio sonense se está construyendo una de las tres depuradoras que se necesitan, que podría estar operativa a finales de año, el problema es que no lleva aparejada la instalación de tuberías para canalizar el agua a la planta de procesado. En este momento, solo el casco urbano de la capital municipal tiene red de alcantarillado al 100%. Por lo que respecta a Muros, está en obras la EDAR de Louro, pero para que funcione al completo es precisa una obra adicional de 568.000 euros, consistente en la instalación de un bombeo que el gobierno pretende costear con cargo al plan anticrisis. El hecho de que el emisario de Louro salga a 50 metros de la playa supuso que a esta le fuese retirada la bandera azul. Secundaria La segunda planta que se está haciendo es la de Esteiro, pero el proyecto está incompleto porque queda sin resolver la recogida de las aguas fecales de Abelleira, con una población de mil habitantes. Es precisa una inversión de dos millones de euros para instalar la red primaria de alcantarillado y conectarla a la futura EDAR. Aunque la planta de Esteiro se ponga en marcha en el plazo previsto, el 60% de los residuos seguirían en pozos negros o irán al mar a través de los riachuelos porque la red secundaria está sin hacer. Los mariscadores se dirigieron en varias ocasiones al Concello y a la Xunta. Hasta hace dos semanas las aguas de la playa de A Torre tenían categoría C y el bivalvo solo podía venderse para las fábricas, con la consiguiente merma de ingresos para el sector productivo.