La unica presa en emergencia pierde 152 litros al segundo por filtraciones
Sáb, 14/02/2009
Las abundantes lluvias de las últimas semanas han aliviado sobremanera la situación hidrológica de los embalses andaluces, pero también han servido para poner al descubierto las graves deficiencias de algunas de las infraestructuras hídricas. El caso más llamativo es el pantano jiennense del Quiebrajano, el único de toda la cuenca del Guadalquivir que permanece en situación de emergencia (agua embalsada para menos de un año) a pesar de los 524 litros por metro cuadrado recibidos desde el inicio del año hidrológico, el pasado 1 de octubre.
Con una capacidad de 31,6 hectómetros cúbicos, este embalse, que llegó a estar el pasado verano al 2%, apenas supera en la actualidad el 24% -ocho puntos más que hace una semana- y todo motivo por las importantes fugas de agua que sufre. Según un informe hidrogeológico de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, este embalse pierde una media de 152 litros por segundo, es decir, cerca de cinco hectómetros cúbicos al año o, lo que es lo mismo, el 15% de su capacidad total.
El pantano, diseñado para el abastecimiento a Jaén y su área de influencia aunque en la actualidad no cumple ese cometido por sus bajas reservas, está construido sobre materiales muy permeables lo que hace que las filtraciones sean muy notables, así como la capacidad para transmitir cualquier tipo de contaminantes procedentes de los trabajos agrícolas y de lodos que arrastran las aguas superficiales cuando hay algún episodio de lluvia intensa.
Se trata de "infiltraciones de gran envergadura sobre acuíferos kársticos, a pesar del esfuerzo realizado para su impermeabilización mediante inyecciones masivas de cementos u otros impermeabilizantes, y recubrimientos del vaso o la cerrada, sin que hayan tenido el efecto deseado", aseguran en un informe hidrogeológico José Benavente, del Instituto del Agua de la Universidad de Granada, Javier Gollonet, hidrogeólogo granadino, y Mari Carmen Hidalgo, del departamento de Geología de la Escuela Politécnica de Linares.
El pantano en cuestión forma parte del sistema de abastecimiento Quiebrajano-Víboras de la cabecera del Guadalquivir, un sistema que debe abastecer a una población de 221.000 habitantes con una demanda media de 43.900 metros cúbicos al día en el caso del Quiebrajano.
La situación de emergencia de este embalse -el pasado verano llegó a estar al 2% de su capacidad- obligó a la Confederación del Guadalquivir a derivar el abastecimiento a Jaén y su entorno a través de las captaciones de los sondeos de La Merced, Peñas de Castro y Mingo, pese a que algunos de estos acuíferos han presentado en ocasiones problemas de contaminación por pesticidas o fertilizantes al realizarse las tomas sobre el propio río y no directamente los manantiales.
Con una capacidad de 31,6 hectómetros cúbicos, este embalse, que llegó a estar el pasado verano al 2%, apenas supera en la actualidad el 24% -ocho puntos más que hace una semana- y todo motivo por las importantes fugas de agua que sufre. Según un informe hidrogeológico de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, este embalse pierde una media de 152 litros por segundo, es decir, cerca de cinco hectómetros cúbicos al año o, lo que es lo mismo, el 15% de su capacidad total.
El pantano, diseñado para el abastecimiento a Jaén y su área de influencia aunque en la actualidad no cumple ese cometido por sus bajas reservas, está construido sobre materiales muy permeables lo que hace que las filtraciones sean muy notables, así como la capacidad para transmitir cualquier tipo de contaminantes procedentes de los trabajos agrícolas y de lodos que arrastran las aguas superficiales cuando hay algún episodio de lluvia intensa.
Se trata de "infiltraciones de gran envergadura sobre acuíferos kársticos, a pesar del esfuerzo realizado para su impermeabilización mediante inyecciones masivas de cementos u otros impermeabilizantes, y recubrimientos del vaso o la cerrada, sin que hayan tenido el efecto deseado", aseguran en un informe hidrogeológico José Benavente, del Instituto del Agua de la Universidad de Granada, Javier Gollonet, hidrogeólogo granadino, y Mari Carmen Hidalgo, del departamento de Geología de la Escuela Politécnica de Linares.
El pantano en cuestión forma parte del sistema de abastecimiento Quiebrajano-Víboras de la cabecera del Guadalquivir, un sistema que debe abastecer a una población de 221.000 habitantes con una demanda media de 43.900 metros cúbicos al día en el caso del Quiebrajano.
La situación de emergencia de este embalse -el pasado verano llegó a estar al 2% de su capacidad- obligó a la Confederación del Guadalquivir a derivar el abastecimiento a Jaén y su entorno a través de las captaciones de los sondeos de La Merced, Peñas de Castro y Mingo, pese a que algunos de estos acuíferos han presentado en ocasiones problemas de contaminación por pesticidas o fertilizantes al realizarse las tomas sobre el propio río y no directamente los manantiales.