Los regantes piden que el Plan de Modernización de Regadíos se adapte a la nueva realidad económica
Mié, 28/01/2009
El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), Andrés del Campo, defendió hoy la necesidad de introducir ciertos cambios en la segunda fase del Plan Nacional de Regadíos para garantizar su viabilidad y asegurar la competitividad de la agricultura, en un momento en el que el sector atraviesa una "fuerte presión económica" debido a la caída del precio de los productos y al encarecimiento de la factura eléctrica.
Del Campo, quien participó en la jornada 'El Presente y Futuro de la Modernización de Regadíos en España', revisó los criterios aplicados en el primer horizonte del Plan, que finalizó el pasado 31 de diciembre, con el objetivo de que en la segunda fase del proyecto se lleve a cabo un nuevo diseño "más acorde" con la nueva realidad socioeconómica del sector.
El presidente de Fenacore apuntó que, si bien la primera fase y el Plan de Choque permitieron que alrededor del 65% de los regadíos españoles mejorara su eficiencia, incorporando tecnologías más avanzadas, "es necesario, sin embargo, seguir avanzando en la modernización, ya que algo más de un millón de hectáreas cuenta todavía con distribuciones defectuosas y sistemas poco eficientes".
Según el presidente de la Federación, entre los retos que debe afrontar esta nueva fase de modernización de regadíos, destacan la adaptación del diseño del proyecto a los nuevos costes energéticos o la optmización del desnivel geométrico de las zonas regables para reducir al máximo el consumo de energía. También consideró necesario acometer obras en las que prime la rentabilidad de la explotación sobre "el nivel técnico" de la infraestructura.
ADAPTACIÓN A NUEVAS TARIFAS
En relación con el coste energético, Fenacore insistió en que si el Ministerio de Industria no adopta medidas que permitan a los regantes adaptarse a las nuevas tarifas eléctricas, como pagar por la potencia realmente utilizada o disponer de un tipo de IVA reducido, puede ponerse "en grave peligro" la viabilidad económica de los procesos de modernización ya realizados en la primera fase.
Además, en esta nueva coyuntura económica, Fenacore encuentra fundamental acometer proyectos más rentables en la explotación y más económicos en infraestructuras, de manera que el esfuerzo económico que debe llevar a cabo el regante al transformar sus regadíos en sistemas más eficientes, no vaya acompañado de "sobrecostes excesivos" de mantenimiento o consumo que minimicen su margen de beneficio.
Por último, Fenacore apuntó que esta segunda fase de la modernización de regadíos debe ir unida necesariamente a la construcción sostenible de obras hidráulicas como embalses y trasvases intercuencas, de manera que los regantes puedan tener el agua garantizada y asegurar así que el esfuerzo económico que están realizando en la transformación de sus explotaciones "no cae en saco roto".
Del Campo, quien participó en la jornada 'El Presente y Futuro de la Modernización de Regadíos en España', revisó los criterios aplicados en el primer horizonte del Plan, que finalizó el pasado 31 de diciembre, con el objetivo de que en la segunda fase del proyecto se lleve a cabo un nuevo diseño "más acorde" con la nueva realidad socioeconómica del sector.
El presidente de Fenacore apuntó que, si bien la primera fase y el Plan de Choque permitieron que alrededor del 65% de los regadíos españoles mejorara su eficiencia, incorporando tecnologías más avanzadas, "es necesario, sin embargo, seguir avanzando en la modernización, ya que algo más de un millón de hectáreas cuenta todavía con distribuciones defectuosas y sistemas poco eficientes".
Según el presidente de la Federación, entre los retos que debe afrontar esta nueva fase de modernización de regadíos, destacan la adaptación del diseño del proyecto a los nuevos costes energéticos o la optmización del desnivel geométrico de las zonas regables para reducir al máximo el consumo de energía. También consideró necesario acometer obras en las que prime la rentabilidad de la explotación sobre "el nivel técnico" de la infraestructura.
ADAPTACIÓN A NUEVAS TARIFAS
En relación con el coste energético, Fenacore insistió en que si el Ministerio de Industria no adopta medidas que permitan a los regantes adaptarse a las nuevas tarifas eléctricas, como pagar por la potencia realmente utilizada o disponer de un tipo de IVA reducido, puede ponerse "en grave peligro" la viabilidad económica de los procesos de modernización ya realizados en la primera fase.
Además, en esta nueva coyuntura económica, Fenacore encuentra fundamental acometer proyectos más rentables en la explotación y más económicos en infraestructuras, de manera que el esfuerzo económico que debe llevar a cabo el regante al transformar sus regadíos en sistemas más eficientes, no vaya acompañado de "sobrecostes excesivos" de mantenimiento o consumo que minimicen su margen de beneficio.
Por último, Fenacore apuntó que esta segunda fase de la modernización de regadíos debe ir unida necesariamente a la construcción sostenible de obras hidráulicas como embalses y trasvases intercuencas, de manera que los regantes puedan tener el agua garantizada y asegurar así que el esfuerzo económico que están realizando en la transformación de sus explotaciones "no cae en saco roto".