La crecida del nivel de agua en la presa china de las Tres Gargantas provoca desprendimientos de tierra
Vie, 19/12/2008
La crecida del nivel del agua en la presa china de las Tres Gargantas, la más grande del mundo, ha provocado múltiples desprendimientos de tierra en los últimos meses, dañando viviendas, campos agrícolas e infraestructuras, con un coste de varios millones de euros, según informa la agencia estatal Xinhua.
En julio, China terminó de evacuar a los habitantes del último pueblo que iba a ser anegado por el embalse, terminando así con el éxodo de aproximadamente 1,4 millones de personas que comenzó hace cuatro años. La presa, de más de dos kilómetros de longitud, ha sido levantada para controlar el cauce del río Yangtsé e instalar una planta de energía hidráulica con el fin de satisfacer la creciente demanda energética del Gigante Asiático.
Las críticas alertan de que la crecida del nivel del agua está erosionando las ya de por sí frágiles laderas y provocando corrimientos de tierra que podrían aumentar cuando el agua alcance su máxima cota en 2009. La Administración del embalse comenzó en secreto en septiembre una maniobra de desagüe para mantener la altura del agua en torno a los 175 metros.
El portavoz del Gobierno de Chongqing, Wen Tianping, declaró a Xinhua que 12 regiones y condados alrededor de la presa están amenazadas y reconoció que los movimientos de tierra han causado pérdidas valoradas en 360 millones de yuanes (37 millones de euros). Además, Tianping aseguró que estos problemas fueron previstos en el estudio de viabilidad del proyecto y que no hay motivo para preocuparse.
Según fuentes oficiales, el año pasado se gastaron 12.000 millones de yuanes (1.200 millones de euros) en reparaciones. Las mismas fuentes no quisieron revelar si esta inversión ha servido para subsanar los problemas. El año pasado, un corrimiento de tierra acabó con la vida de 35 personas en una población cercana al embalse, mientras que en abril un fenómeno similar barrió el patio de recreo de un colegio en la vecina Gaoyanga.
En julio, China terminó de evacuar a los habitantes del último pueblo que iba a ser anegado por el embalse, terminando así con el éxodo de aproximadamente 1,4 millones de personas que comenzó hace cuatro años. La presa, de más de dos kilómetros de longitud, ha sido levantada para controlar el cauce del río Yangtsé e instalar una planta de energía hidráulica con el fin de satisfacer la creciente demanda energética del Gigante Asiático.
Las críticas alertan de que la crecida del nivel del agua está erosionando las ya de por sí frágiles laderas y provocando corrimientos de tierra que podrían aumentar cuando el agua alcance su máxima cota en 2009. La Administración del embalse comenzó en secreto en septiembre una maniobra de desagüe para mantener la altura del agua en torno a los 175 metros.
El portavoz del Gobierno de Chongqing, Wen Tianping, declaró a Xinhua que 12 regiones y condados alrededor de la presa están amenazadas y reconoció que los movimientos de tierra han causado pérdidas valoradas en 360 millones de yuanes (37 millones de euros). Además, Tianping aseguró que estos problemas fueron previstos en el estudio de viabilidad del proyecto y que no hay motivo para preocuparse.
Según fuentes oficiales, el año pasado se gastaron 12.000 millones de yuanes (1.200 millones de euros) en reparaciones. Las mismas fuentes no quisieron revelar si esta inversión ha servido para subsanar los problemas. El año pasado, un corrimiento de tierra acabó con la vida de 35 personas en una población cercana al embalse, mientras que en abril un fenómeno similar barrió el patio de recreo de un colegio en la vecina Gaoyanga.