La calidad del agua que se devuelve a los ríos ha mejorado desde el 2002

Vie, 19/12/2008

El Periódico de Aragón

CONSUMO

La calidad del agua que se devuelve a los ríos ha mejorado desde el 2002
El precio del agua se ha duplicado en Aragón en la década transcurrida entre 1996 y el 2006, según el estudio de Indicadores sobre el agua
del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El informe señala que el valor unitario total del agua
pasó en ese periodo de 44 céntimos por metro cúbico a 1,04 euros, con un mayor incremento en el caso del saneamiento que en el abastecimiento. Tratar mil litros de residuos líquidos ha pasado de costar 27 céntimos a 47, mientras que servir ese volumen de agua para consumo humano tiene un coste de 57, unos 40 más que hace una década. Los aumentos superan la media estatal.
Paralelamente, en ese mismo periodo de tiempo se han reducido casi a la mitad las pérdidas en la red de distribución, al pasar de una media de 113 litros diarios por habitante a tan solo 58. En términos porcentuales, ha pasado de suponer más de un tercio de la que se introducía en la red --el 34,1%-- a situarse ligeramente por debajo de la quinta parte --19,5%--.
La comunidad aragonesa, pese a la evidente mejora, presenta en este aspecto uno de los peores resultados de todo el Estado. Únicamente en otras dos autonomías se pierde por las tuberías un porcentaje de agua más elevado: el 22,8% en Valencia y el 24,8% en Cantabria. Y tan solo en tres es mayor el volumen por habitante y día: de nuevo Cantabria --que con 104 litros casi lo duplica-- y la comunidad levantina --71--, a las que se une como tercera por la cola las Islas Baleares.
Por último, el estudio del INE indica que el volumen de agua residual tratada en Aragón prácticamente se ha multiplicado por cuatro en la década de 1996 al 2006, al pasar de 127 litros diarios por habitante a 433. En ese mismo periodo, el volumen vertido se quintuplicó, al situarse en 498 litros diarios por vecino cuando diez años antes era de 97.
Entre los años 2002 y 2006, que coinciden con la puesta en marcha de varias depuradoras en algunos de los principales núcleos de población de la comunidad --y con la de Zaragoza a pleno rendimiento--, se produjo una notable mejora de la calidad del agua: el oxígeno que consume la contaminación química pasó de 23 a 12 miligramos por litro, la demanda de la polución bioquímica descendió de 83 a 53 y la presencia de sólidos en suspensión se redujo de 24 a 14.