Intermón Oxfam denuncia la falta de inversiones del Gobierno etíope en la lucha contra la sequía que sufre el país
Mié, 17/12/2008
La organización Intermón Oxfam (IO) denunció la "inactividad" del Gobierno de Etiopía en la creación de proyectos de desarrollo, así como la escasez de inversiones del Estado destinadas a la construcción de infraestructuras, para combatir la sequía que afecta a más de once millones de personas en el país africano y que, según IO, está causando una "terrible" crisis en la agricultura y la alimentación.
Según explicó a Europa Press la portavoz de la organización, Irina Fuhrmann, la situación es de "extrema gravedad" y demanda la adopción de soluciones inmediatas por parte de las autoridades del país. "La sequía ha venido a agudizar una importante crisis, que proviene del impacto que el conflicto de Somalia tiene en Etiopía y de las disputas territoriales que genera", señaló Fuhrmann.
Para la responsable de IO, el rol que tuvo Etiopía en la descomposición del Gobierno transitorio de Somalia hace unos años explica la fuerte incidencia de la guerra somalí en "el cuerno de África". "Existen continuos conflictos internos en la zona somalí de Etiopía que tienen su origen en los tiempos de la descolonización", argumentó Fuhrmann, para quien los criterios étnicos bajo los que se dividieron las provincias y la descentralización del Estado son el germen del problema actual.
DESPLAZADOS, PRINCIPALES VÍCTIMAS
Para IO, los desplazados son las principales víctimas del problema. Así, la ONG, que trabaja en Etiopía desde 1993, despliega sus proyectos de cooperación en la zona somalí para atender las necesidades de los refugiados y los desplazados de las etnias pastoralistas."Nos encontramos con un país de tradición nómada, cuya forma de vida está cambiando mucho y las vías de riqueza habituales trastocándose", subrayó la portavoz.
La población trashumante vive del pastoreo, pero las demarcaciones territoriales realizadas por el Gobierno están dificultando que los pastores etíopes puedan moverse libremente entre las provincias del país, asunto que, según Fuhrmann, hace que su modo de subsistencia se vea "visiblemente resentido". "Además, las instituciones etíopes no reconocen a sus propios desplazados internos y lo consideran un tema tabú, por lo que no se benefician de ninguna clase de ayuda", criticó la responsable.
El programa que IO realiza en Etiopía está coordinado con la acción de un "partner" local, una ONG de la zona que conoce las necesidades y posibilidades del lugar y cuya colaboración es, según Fuhrmann, "vital" para garantizar la seguridad de los cooperantes y para tener acceso a las poblaciones más vulnerables. "Es imprescindible disponer de un homólogo nacional que nos oriente y aconseje a la hora de poner en práctica nuestros planes de ayuda", explicó.
Ante la evidencia de los problemas del país africano y el agravamiento experimentado en los últimos meses, la ONG puso en marcha un programa cruzado en dos direcciones, en el que se intercalan actividades orientadas hacia la sequía y la seguridad alimentaria, y la propagación de enfermedades por la escasez de agua. "Todo está relacionado, por eso actuamos con un plan encadenado", contó Fuhrmann. Además, IO contribuye con un programa nacional de construcción de sistemas de recogida, recuperando fuentes y cuencas hidrológicas e instalando sistemas de irrigación por bombeo.
La dependencia de la lluvia y del funcionamiento de los sistemas de recogida de agua es la causa, según Fuhrmann, de la "vulnerabilidad" de la población y genera un clima de incertidumbre en la economía del país. Tampoco la extracción de agua subterránea constituye una solución factible puesto que es salada, lo que complica aún más el acceso a agua potable. "Es necesaria la intervención del Gobierno, para que financie la construcción de infraestructuras y la acción de las organizaciones de la zona para que pongan en marcha planes de desarrollo adecuados", manifestó.
UNO DE CADA OCHO ETÍOPES DESNUTRIDO
Según datos de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), uno de cada ocho etíopes sufre hambre y desnutrición, y esta situación empeora progresivamente a consecuencia de la sequía, ya que el 85 por ciento de la población vive de la agricultura. Además, sólo un 24 por ciento de sus habitantes, el índice más bajo del mundo, tiene acceso a agua potable, lo que unido al alza de precios, se convierte en una de las causas estructurales de la permanente situación de inseguridad por la que atraviesa Etiopía.
El programa de seguridad alimentaria de IO trata de asegurar a la población el sustento adecuado de forma permanente. En este sentido, impulsaron proyectos de regadío, planes de reparto de semillas y cursos de formación de mujeres para que aprendiesen a producir sus propios alimentos y así dejasen de depender de la ayuda externa.
Por otra parte, de cara al primer mundo, la organización desarrolló una campaña de sensibilización y captación de fondos dirigida a la opinión pública de estos países, donde se explica que seis euros al mes son suficientes para abastecer de agua potable a dos famlias etíopes durante toda su vida.
Finalmente, Fuhrmann se quejó de la falta de cobertura que los medios de comunicación dan a la cuestión etíope. "Hoy en día no se trata suficientemente este tema, cuando hay emergencias humanitarias o catástrofes la difusión de los medios se centra en estas cosas, dejando de lado otros problemas". Sin embargo, Fuhrmann remarcó la importancia "vital" de que la sociedad global conozca la magnitud del problema, pues si no se toman las medidas oportunas, las consecuencias en este país de África Oriental podrían ser "terribles".
Según explicó a Europa Press la portavoz de la organización, Irina Fuhrmann, la situación es de "extrema gravedad" y demanda la adopción de soluciones inmediatas por parte de las autoridades del país. "La sequía ha venido a agudizar una importante crisis, que proviene del impacto que el conflicto de Somalia tiene en Etiopía y de las disputas territoriales que genera", señaló Fuhrmann.
Para la responsable de IO, el rol que tuvo Etiopía en la descomposición del Gobierno transitorio de Somalia hace unos años explica la fuerte incidencia de la guerra somalí en "el cuerno de África". "Existen continuos conflictos internos en la zona somalí de Etiopía que tienen su origen en los tiempos de la descolonización", argumentó Fuhrmann, para quien los criterios étnicos bajo los que se dividieron las provincias y la descentralización del Estado son el germen del problema actual.
DESPLAZADOS, PRINCIPALES VÍCTIMAS
Para IO, los desplazados son las principales víctimas del problema. Así, la ONG, que trabaja en Etiopía desde 1993, despliega sus proyectos de cooperación en la zona somalí para atender las necesidades de los refugiados y los desplazados de las etnias pastoralistas."Nos encontramos con un país de tradición nómada, cuya forma de vida está cambiando mucho y las vías de riqueza habituales trastocándose", subrayó la portavoz.
La población trashumante vive del pastoreo, pero las demarcaciones territoriales realizadas por el Gobierno están dificultando que los pastores etíopes puedan moverse libremente entre las provincias del país, asunto que, según Fuhrmann, hace que su modo de subsistencia se vea "visiblemente resentido". "Además, las instituciones etíopes no reconocen a sus propios desplazados internos y lo consideran un tema tabú, por lo que no se benefician de ninguna clase de ayuda", criticó la responsable.
El programa que IO realiza en Etiopía está coordinado con la acción de un "partner" local, una ONG de la zona que conoce las necesidades y posibilidades del lugar y cuya colaboración es, según Fuhrmann, "vital" para garantizar la seguridad de los cooperantes y para tener acceso a las poblaciones más vulnerables. "Es imprescindible disponer de un homólogo nacional que nos oriente y aconseje a la hora de poner en práctica nuestros planes de ayuda", explicó.
Ante la evidencia de los problemas del país africano y el agravamiento experimentado en los últimos meses, la ONG puso en marcha un programa cruzado en dos direcciones, en el que se intercalan actividades orientadas hacia la sequía y la seguridad alimentaria, y la propagación de enfermedades por la escasez de agua. "Todo está relacionado, por eso actuamos con un plan encadenado", contó Fuhrmann. Además, IO contribuye con un programa nacional de construcción de sistemas de recogida, recuperando fuentes y cuencas hidrológicas e instalando sistemas de irrigación por bombeo.
La dependencia de la lluvia y del funcionamiento de los sistemas de recogida de agua es la causa, según Fuhrmann, de la "vulnerabilidad" de la población y genera un clima de incertidumbre en la economía del país. Tampoco la extracción de agua subterránea constituye una solución factible puesto que es salada, lo que complica aún más el acceso a agua potable. "Es necesaria la intervención del Gobierno, para que financie la construcción de infraestructuras y la acción de las organizaciones de la zona para que pongan en marcha planes de desarrollo adecuados", manifestó.
UNO DE CADA OCHO ETÍOPES DESNUTRIDO
Según datos de la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), uno de cada ocho etíopes sufre hambre y desnutrición, y esta situación empeora progresivamente a consecuencia de la sequía, ya que el 85 por ciento de la población vive de la agricultura. Además, sólo un 24 por ciento de sus habitantes, el índice más bajo del mundo, tiene acceso a agua potable, lo que unido al alza de precios, se convierte en una de las causas estructurales de la permanente situación de inseguridad por la que atraviesa Etiopía.
El programa de seguridad alimentaria de IO trata de asegurar a la población el sustento adecuado de forma permanente. En este sentido, impulsaron proyectos de regadío, planes de reparto de semillas y cursos de formación de mujeres para que aprendiesen a producir sus propios alimentos y así dejasen de depender de la ayuda externa.
Por otra parte, de cara al primer mundo, la organización desarrolló una campaña de sensibilización y captación de fondos dirigida a la opinión pública de estos países, donde se explica que seis euros al mes son suficientes para abastecer de agua potable a dos famlias etíopes durante toda su vida.
Finalmente, Fuhrmann se quejó de la falta de cobertura que los medios de comunicación dan a la cuestión etíope. "Hoy en día no se trata suficientemente este tema, cuando hay emergencias humanitarias o catástrofes la difusión de los medios se centra en estas cosas, dejando de lado otros problemas". Sin embargo, Fuhrmann remarcó la importancia "vital" de que la sociedad global conozca la magnitud del problema, pues si no se toman las medidas oportunas, las consecuencias en este país de África Oriental podrían ser "terribles".