El monzón en una estalagmita

Mié, 26/11/2008

EFE

Un estudio desvela la influencia de las lluvias en 1.800 años de historia china

Madrid
Una estalagmita milenaria de casi 1,2 metros de longitud, procedente de una cueva en el norte de China, ha resultado ser como el cofre del tesoro para los paleoclimatólogos que la han estudiado. Su crecimiento a lo largo de más de 1.800 años estuvo marcado por la variabilidad de las lluvias del monzón de verano asiático, el fenómeno climático de mayor influencia en esa zona, por su papel en el transporte de calor y vapor de agua a las regiones más pobladas del planeta.
Al leer la estalagmita, los científicos chinos y estadounidenses han podido correlacionar la fuerza o la debilidad del monzón con etapas y cambios conocidos en la historia de China y también de Europa. El monzón se relaciona con la variabilidad solar, concluyen los investigadores, y también con la temperatura en el hemisferio norte, con el crecimiento o retroceso de los glaciares alpinos y con cambios culturales en China. Desde 1960 se observa una debilitación del monzón y una subida de temperaturas, y los científicos, liderados por el chino Pingzhong Zhang, creen que se debe a la acción del hombre a través de los gases de efecto invernadero, los aerosoles y las partículas emitidos, que han desplazado las lluvias hacia el sur.
Fue generalmente débil, lo que implica menos lluvias e incluso sequía, durante la Pequeña Edad de Hielo en Europa (a partir del siglo XIV), así como durante los decenios finales de las dinastías chinas Tang, Yuan y Ming, épocas caracterizadas por las revueltas populares. Fue fuerte durante los primeros decenios de la dinastía Song del norte, un periodo en que aumentaron el cultivo del arroz y la población.
La debilidad del monzón que contribuyó supuestamente a la caída de la dinastía Tang en 907, se pudo deber, según los investigadores, a que el Sol brillaba menos. Esta es una hipótesis discutida que también se ha invocado para la caída de la civilización maya y el avance de los glaciares en los Alpes.
'Nuestros resultados concuerdan con los datos históricos', ha dicho el estadounidense Lawrence Edwards, uno de los autores del trabajo, publicado en la revista Science . 'No se puede asegurar que todo pase a causa del clima pero, cuando se observan estas concordancias tan buenas, se puede decir que el clima probablemente desempeñó un papel importante. La variación del Sol es un factor, pero no lo es todo'.
Sin embargo, otros climatólogos [chinos], no están de acuerdo con que el papel del clima sea tan importante en los avatares políticos. En todo caso, el mero hecho de que de una estalagmita se puedan extraer datos tan detallados es significativo en la historia del paleoclima. 'Es uno de los trabajos más importantes que he visto en mucho tiempo', ha dicho Gerald Haug, del Instituto Suizo de Tecnología, en Zúrich.
Para extraer este tipo de información de una estalagmita, que se forma sobre el suelo de una cueva por el depósito de minerales contenidos en el agua que cae en gotas del techo, lo primero es elegir bien la cueva y la estalagmita. Situada en el límite actual del monzón, la cueva Wanxiang está en una región semiárida en la que la temperatura media anual es de 11 grados centígrados y el 80% de las lluvias se produce entre mayo y septiembre.
La estalagmita se recogió a un kilómetro de la entrada de la cueva en mayo de 2003. Compuesta principalmente de carbonato cálcico, fue de rápido crecimiento y tiene un alto contenido de uranio y un bajo contenido en torio. Estas características son especialmente favorables para datar -mediante el análisis de la proporción de isótopos radiactivos de uranio y de torio- las capas de depósitos con una precisión muy alta, de 2,5 años. En cada capa así datada se midieron las variaciones en el contenido de distintos isótopos de oxígeno, que reflejan las de la lluvia caída en las inmediaciones de la cueva. Resultó que el fragmento de estalagmita estudiado había estado creciendo de forma continua entre los años 190 y 2003 (cuando se arrancó): un total de 1.813 años.
No sólo las estalagmitas sirven para investigar el clima del pasado y concretamente el monzón. Entre otros, los corales también están dando pistas sobre la historia reciente del clima en Asia. La investigación del contenido de oxígeno en corales del océano Índico ha proporcionado una historia de la variabilidad del clima tropical desde 1846 en esa zona, en la que influyen tanto el monzón como el fenómeno periódico El Niño. Curiosamente, este estudio, publicado en Nature Geoscience, halla que ha aumentado desde 1960 la frecuencia de episodios extremos en los que se produce sequía en el oeste de Indonesia y el sur de Australia y fuertes lluvias en el este de África y el sur de la India. Una vez más, el principal sospechoso de esta variación es el hombre.