La laguna de la Albufera alcanza estos días la superficie original

Jue, 20/11/2008

Las Provincias

La laguna de la Albufera alcanza estos días la superficie original que tenía antes de ser sometida al proceso de reducción por el desarrollo agrícola entre los siglos XVII y XX.

La inundación provocada hace que el agua se extienda por toda el área del parque y multiplica por tres o cuatro las dimensiones habituales de la lámina.

Además, este otoño el fenómeno ha alcanzado mayores proporciones gracias a las intensas lluvias caídas durante los meses de septiembre y octubre y primeras semanas de noviembre.

La aportación de agua de 20 metros cúbicos por segundo procedentes del río Júcar con destino a la plana litoral de Valencia y la Albufera y el desagüe del embalse de Tous para mantener los niveles de seguridad han permitido que el proceso cobre mayor fuerza que en otros ejercicios.

Todo el proceso ha permitido renovar el agua almacenada en los tancats. La que estaba almacenada en la laguna ha salido hacia el mar y su lugar lo han ocupado una mayor cantidad de recursos con mejor calidad.

La regeneración del agua almacenada en el parque se realiza a mediados de noviembre, una vez que ha finalizado el periodo de recolección del arroz.

La inundación se conoce localmente como perellonà y se hace desde hace siglos. Los límites fueron establecidos hacia 1761 mediante un amojonamiento realizado por Juan B. Romero en cumplimiento de una orden real.

Aún se pueden ver parte de los mojones del siglo XVIII que se han conservado hasta nuestros días. Algunos de ellos son los originales de la época de Romero.

La inundación del marjal se lleva a cabo directamente desde la Albufera, en las zonas de tancats próximas a la laguna, y también con aguas procedentes de los sistemas del Júcar y del Turia.

Autogestión
La gestión hídrica de este sistema depende exclusivamente de la Junta de Desagüe de la Albufera, una entidad creada en 1926 , constituida según sus escrituras por todos los propietarios de tierras enclavadas en los antiguos lindes del lago delimitados por el amojonamiento de la Albufera del año 1761.

Los principios de esta entidad, en la que únicamente se encuentran representadas las comunidades de regantes, son "el desagüe de la Albufera al mar por todos los medios que estén a su alcance para defender los intereses agrícolas que ella representa".

El resto de colectivos sociales o Administraciones públicas vinculadas con la Albufera no se encuentra representados, ni tienen poder de decisión en la gestión hídrica de este espacio.

El mantenimiento de una extensa superficie inundada durante los meses de otoño e invierno constituye la mejor garantía para la conservación de las comunidades de aves acuáticas invernantes en el parque natural de la Albufera y en particular de anátidas y fochas. Representa también una medida efectiva para el control de los procesos de intrusión marina en el litoral y permite el aprovechamiento cinegético, fuertemente arraigado en esta zona.

La inundación invernal forma parte de los compromisos agroambientales adquiridos por los agricultores con el objeto de recibir parte de las ayudas financieras procedentes de la Unión Europea, dentro de la Política Agrícola Común.

Entre noviembre y hasta mediados de enero los niveles de inundación del marjal se mantendrán más o menos constantes y garantizarán unas buenas condiciones ambientales para miles de aves acuáticas que encuentran en la Albufera un lugar óptimo en el que pasar el invierno.

Una vez abiertas las compuertas, a partir del primer día de enero, los niveles del agua irán bajando progresivamente para permitir realizar el resto de trabajos agrícolas necesarios para posibilitar el cultivo del arroz la próxima temporada arrocera.

Durante los meses de invierno pueden llegar al Parque Natural de la Albufera hasta 30.000 patos, sobre todo ánades reales, cuchara europeo y pato colorado, además de 1.200 garzas y limícolas como el avefría común.

También existe una importante presencia del cormorán grande y de gaviotas, cuyo número oscila entre las 20.000 y las 30.200.

Con motivo de la llegada de las aves al parque, la Conselleria de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda ha iniciado los primeros censos de invernantes, que se realizan entre septiembre y febrero con una periodicidad mínima de un censo mensual.

En esos trabajos, se determina qué especies y en qué cantidad pasan el invierno en la Albufera.