Denuncian un nuevo vertido contaminante en el río Pirón
Lun, 27/10/2008
El Seprona ha tomado muestras del agua, en el que flotan números peces muertos.
El alcalde del Ayuntamiento de Íscar, Alejandro García Sanz, ha presentado ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Íscar, y por segunda vez en lo que va de año, una denuncia por una posible infracción ecológica sobre el caudal del río Pirón a su paso por el término municipal. O lo que es lo mismo, un posible nuevo vertido contaminante.
Un día antes, un empleado municipal puso en conocimiento de la alcaldía haber observado que en el curso del río comprendido entre el azud Molino Rodero y la cola de éste en el paraje de Puente Blanca fluía un intenso, desagradable y pestilente olor, probablemente de materia orgánica en descomposición, como ya ocurrió el pasado mes de febrero y que obligó al consistorio a desembalsar el agua almacenada en el azud.
Una vez desplazado al lugar junto a la Policía Local y varios empleados municipales observaron cómo, en medio del hedor, varias aves rapaces se lanzaban sobre el agua para capturar algunas de los centenares de carpas, en algún caso de casi cuatro kilogramos de peso, que flotaban muertas en el cauce fluvial y las orillas.
Efectivos del Seprona se trasladaron ayer por la tarde hasta el lugar para tomar muestras del agua y de los peces muertos para analizarlas y determinar las posibles causas de este nuevo daño ecológico.
García Sanz señaló que tendrá que ser el Seprona quien determine si se trata de un vertido «intencionado o fortuito», pero ya ha trasladado su «preocupación y malestar» a la Consejería de Medio Ambiente y la Confederación Hidrográfica del Duero, por unos hechos que se repiten de nuevo en el mismo tramo, «ya que aguas arriba en el entorno del azud Carracuéllar no hay señal alguna de contaminación, lo que nos lleva a pensar que ha llegado desde el arroyo Jaramiel, y supondrá un irreparable daño medioambiental sobre nuestro río. Un río que desde sus regulación en los últimos años mediante los dos azudes de Íscar y el Remondo, no sólo ha contribuido a la recarga del acuífero, sino que se ha regenerado buena parte de la flora y fauna de las zonas por donde discurre».
El pasado mes de febrero, los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Duero situaron el origen del vertido incontrolado de residuos agroalimentarios y urbanos en las localidades segovianas de Chañe y Sanchonuño, a través de las caceras que discurren por sus términos municipales que luego vierten sus aguas al arroyo Jaramiel y éste a su vez al río Pirón en el limite de las provincias de Segovia y Valladolid.
El alcalde del Ayuntamiento de Íscar, Alejandro García Sanz, ha presentado ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Íscar, y por segunda vez en lo que va de año, una denuncia por una posible infracción ecológica sobre el caudal del río Pirón a su paso por el término municipal. O lo que es lo mismo, un posible nuevo vertido contaminante.
Un día antes, un empleado municipal puso en conocimiento de la alcaldía haber observado que en el curso del río comprendido entre el azud Molino Rodero y la cola de éste en el paraje de Puente Blanca fluía un intenso, desagradable y pestilente olor, probablemente de materia orgánica en descomposición, como ya ocurrió el pasado mes de febrero y que obligó al consistorio a desembalsar el agua almacenada en el azud.
Una vez desplazado al lugar junto a la Policía Local y varios empleados municipales observaron cómo, en medio del hedor, varias aves rapaces se lanzaban sobre el agua para capturar algunas de los centenares de carpas, en algún caso de casi cuatro kilogramos de peso, que flotaban muertas en el cauce fluvial y las orillas.
Efectivos del Seprona se trasladaron ayer por la tarde hasta el lugar para tomar muestras del agua y de los peces muertos para analizarlas y determinar las posibles causas de este nuevo daño ecológico.
García Sanz señaló que tendrá que ser el Seprona quien determine si se trata de un vertido «intencionado o fortuito», pero ya ha trasladado su «preocupación y malestar» a la Consejería de Medio Ambiente y la Confederación Hidrográfica del Duero, por unos hechos que se repiten de nuevo en el mismo tramo, «ya que aguas arriba en el entorno del azud Carracuéllar no hay señal alguna de contaminación, lo que nos lleva a pensar que ha llegado desde el arroyo Jaramiel, y supondrá un irreparable daño medioambiental sobre nuestro río. Un río que desde sus regulación en los últimos años mediante los dos azudes de Íscar y el Remondo, no sólo ha contribuido a la recarga del acuífero, sino que se ha regenerado buena parte de la flora y fauna de las zonas por donde discurre».
El pasado mes de febrero, los técnicos de la Confederación Hidrográfica del Duero situaron el origen del vertido incontrolado de residuos agroalimentarios y urbanos en las localidades segovianas de Chañe y Sanchonuño, a través de las caceras que discurren por sus términos municipales que luego vierten sus aguas al arroyo Jaramiel y éste a su vez al río Pirón en el limite de las provincias de Segovia y Valladolid.