La Confederación del Duero estudia alternativas de riego a los grandes embalses
Mié, 08/10/2008
La Confederación Hidrográfica del Duero llevará a cabo estudios sobre las posibilidades de regulación de cauces en las cuencas del Carrión y del Órbigo con el fin de encontrar alternativas que garanticen los regadíos incluso en épocas de sequía, pero sin necesidad de construir grandes embalses.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), Antonio Gato, anunció ayer estos estudios en una rueda de prensa en la que analizó la campaña de riego que ha finalizado y las previsiones para el 2009.
La capacidad de almacenamiento de agua en los 19 embalses que gestiona la CHD «es suficiente en un año medio» de precipitaciones para garantizar los regadíos agrícolas en el conjunto de la cuenca, aseguró el presidente. Sin embargo, se pueden producir carencias en el abastecimiento para regadío, no para otros usos, en los sistemas del Carrión -que abarca principalmente Palencia y parte de Valladolid-, y del Órbigo, que afecta en su mayoría a León y a parte de Zamora.
Los estudios para evitar estas carencias se centrarán en la búsqueda de soluciones que sean viables tanto económicamente como desde el punto de vista medioambiental, explicó Antonio Gato.
Las alternativas pueden ser el crecimiento de embalses ya existentes, la construcción de otros nuevos pero de pequeño tamaño e incluso de simples balsas de agua para el riego, informa Efe.
Gato señaló que Castilla y León es la tercera comunidad autónoma, por detrás de Andalucía y de Aragón, que mayor cantidad de agua destina al regadío, en concreto el 93%, lejos del 80% del consumo medio en el conjunto del país.
Uno de los motivos de este consumo son los sistema de riego, ya que un 55% de las cerca de 500.000 hectáreas de regadío en la región se riegan por gravedad o «a manta», frente al 45 de media en España. Por ello, «utilizan el sistema menos eficiente, ya que se consume tres veces más agua de la necesaria», según la CHD. El presidente añadió que en el 2004, el 60% de los terrenos de regadío utilizaban el riego a manta pero en el 2007 esta cifra se reducía al 55%.
Además, los programas de modernización de regadíos que se están desarrollando contribuyen a una reducción progresiva de este sistema tradicional de riego.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), Antonio Gato, anunció ayer estos estudios en una rueda de prensa en la que analizó la campaña de riego que ha finalizado y las previsiones para el 2009.
La capacidad de almacenamiento de agua en los 19 embalses que gestiona la CHD «es suficiente en un año medio» de precipitaciones para garantizar los regadíos agrícolas en el conjunto de la cuenca, aseguró el presidente. Sin embargo, se pueden producir carencias en el abastecimiento para regadío, no para otros usos, en los sistemas del Carrión -que abarca principalmente Palencia y parte de Valladolid-, y del Órbigo, que afecta en su mayoría a León y a parte de Zamora.
Los estudios para evitar estas carencias se centrarán en la búsqueda de soluciones que sean viables tanto económicamente como desde el punto de vista medioambiental, explicó Antonio Gato.
Las alternativas pueden ser el crecimiento de embalses ya existentes, la construcción de otros nuevos pero de pequeño tamaño e incluso de simples balsas de agua para el riego, informa Efe.
Gato señaló que Castilla y León es la tercera comunidad autónoma, por detrás de Andalucía y de Aragón, que mayor cantidad de agua destina al regadío, en concreto el 93%, lejos del 80% del consumo medio en el conjunto del país.
Uno de los motivos de este consumo son los sistema de riego, ya que un 55% de las cerca de 500.000 hectáreas de regadío en la región se riegan por gravedad o «a manta», frente al 45 de media en España. Por ello, «utilizan el sistema menos eficiente, ya que se consume tres veces más agua de la necesaria», según la CHD. El presidente añadió que en el 2004, el 60% de los terrenos de regadío utilizaban el riego a manta pero en el 2007 esta cifra se reducía al 55%.
Además, los programas de modernización de regadíos que se están desarrollando contribuyen a una reducción progresiva de este sistema tradicional de riego.