La canalizaciones de riego pierden un 45% del agua a causa de su antigüedad
Lun, 22/09/2008
La canalizaciones de riego pierden un 45% del agua a causa de su antigüedad y mal diseño. Serían 149 hectómetros cúbicos menos al año, 89 más que el consumo de Málaga.
La sequía que padece la provincia, que va por su quinto año consecutivo, está obligando a replantear la política de la gestión del agua. Cada vez aparecen más proyectos para el tratamiento terciario del agua residual, con vistas a su uso en riego, así como en reducir las pérdidas en las canalizaciones de agua. Los nuevos vientos políticos hablan de una nueva gestión del agua, más sostenible y aprovechando los recursos actuales. Aquí entra en discusión la conveniencia del viejo sistema de regadíos que se mantiene en la mayor parte de la provincia, tachado de ineficaz y derrochador.
La implantación del goteo y otras medidas de optimización de recursos supondría el ahorro de 149 hectómetros cúbicos al año, más del doble de los 60 que consume Málaga capital en ese tiempo.
Los datos obtenidos por un estudio del área de Medio Ambiente de la Diputación de Málaga apuntan la clave: el riego por inundación. El tradicional sistema que se aplica en dos de cada tres hectáreas de regadío es demasiado costoso. El diputado de Medio Ambiente, Miguel Esteban Martín, lo muestra con una simple cuenta, el riego por inundación necesita de 8.000 metros cúbicos de agua por hectárea, mientras que el goteo sólo gasta 4.000. Justo la mitad.
El problema se hace muy evidente cuando se aprecia que, de las 56.000 hectáreas de regadío que se cultivan en Málaga, sólo el 33% tiene un sistema de riego por goteo. El resto, unas 37.300 hectáreas, utilizan la inundación del terreno como método de irrigación de los cultivos.
Los beneficios de la extensión del goteo a todo el campo malagueño podría dar lugar a un ahorro de 149 hectómetros cúbicos al año, en el mejor de los casos, casi el equivalente a la capacidad de embalse del pantano del Guadalteba.
El diputado provincial de Medio Ambiente reconoció que se necesita de una importante inversión inicial, puesto que el sistema de goteo es caro, pero a la larga "tiene unos beneficios importantes en las reservas y el agricultor se ahorra mucha agua".
De hecho, ya hay algunas comunidades autónomas, como ocurre en Valencia, donde se ofrecen importantes inversiones para la instalación de la infraestructura, que mejora los cultivos, ahorra agua y trata mejor al terreno.
Pérdidas. Pero la agricultura también presenta otros problemas, como la falta de unas infraestructuras de distribución de agua en buenas condiciones. Datos de la Diputación Provincial de Málaga señalan que el 45% del agua que entra en las canalizaciones de riego se pierde sin llegar a su destino. La antigüedad y mal diseño son las claves.
El Valle del Guadalhorce es uno de los puntos más afectados por esta pérdida de agua. En esta zona es donde se aplicó el primer plan de regadío de España, cuyos primeros trabajos se iniciaron en 1906 . El primer canal de riego es de 1927. De hecho, la constitución en 1960 de la ya extinta Confederación Hidrográfica del Sur (CHS) tiene en la Confederación Hidrográfica del Guadalhorce uno de sus núcleos fundacionales.
Este plan fue pionero en su momento, con la construcción de un sistema de presas y canalizaciones de agua muy ambicioso. Sin embargo, hace ya más de cien años que se dieron los primeros pasos y la infraestructura se ha quedado obsoleta y plagada de fugas.
La entidad estatal de Aguas de la Cuenca del Mediterráneo (Acuamed) ha iniciado un estudio sobre la conveniencia de renovar este sistema de riego, algo que espera terminar antes de final de año. De las conclusiones obtenidas se planteará el proyecto de renovación y mejora del regadío de todo el Valle, algo que se lleva pidiendo desde hace años para lograr una gestión más eficaz del agua.
Aquí además los regantes se encuentran con la presión del sector de la construcción y de los propios ayuntamientos, más preocupados en las urbanizaciones que en este sector productivo. El presidente de Feragua, la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía, Pedro Parias, señala que en el Valle del Guadalhorce "hace falta un plan de choque para mejorar sus situación, porque los regantes están abandonados y con numerosas presiones para dedicar el terreno a la construcción".
Plan Guaro. Una de las inversiones que se van a realizar para mejorar los regadíos en la provincia de Málaga, en este caso en la Axarquía, se encuentra dentro del llamado ´Plan Guaro´, que está tramitando Acuamed y que tiene como objetivo obtener recursos para asegurar el suministro de los agricultores de la margen derecha del río Guaro. Este plan es complementario del aplicado hace unos años para la margen izquierda.
Acuamed calcula que asegurará el suministro de 3.000 hectáreas de regadíos, que requieren de unos 21,6 hectómetros cúbicos de agua al año. La idea de la entidad estatal es que el Plan Guaro asegure las infraestructuras para obtener 10,8 hectómetros cúbicos del pantano de La Viñuela y el resto se consiga de pozos infrautilizados en la vega del río Vélez y de la depuración terciaria de las aguas residuales.
Este punto es especialmente polémico para los agricultores, como señala el presidente de Feragua, que teme que este recurso afecte a las plantaciones al ser de peor calidad y que los cultivos de subtropicales pierdan la consideración de agricultura ecológica. Pedro Parias indicó que están pendientes de una negociación con Acuamed para lograr que no se riegue con agua reciclada.
La sequía que padece la provincia, que va por su quinto año consecutivo, está obligando a replantear la política de la gestión del agua. Cada vez aparecen más proyectos para el tratamiento terciario del agua residual, con vistas a su uso en riego, así como en reducir las pérdidas en las canalizaciones de agua. Los nuevos vientos políticos hablan de una nueva gestión del agua, más sostenible y aprovechando los recursos actuales. Aquí entra en discusión la conveniencia del viejo sistema de regadíos que se mantiene en la mayor parte de la provincia, tachado de ineficaz y derrochador.
La implantación del goteo y otras medidas de optimización de recursos supondría el ahorro de 149 hectómetros cúbicos al año, más del doble de los 60 que consume Málaga capital en ese tiempo.
Los datos obtenidos por un estudio del área de Medio Ambiente de la Diputación de Málaga apuntan la clave: el riego por inundación. El tradicional sistema que se aplica en dos de cada tres hectáreas de regadío es demasiado costoso. El diputado de Medio Ambiente, Miguel Esteban Martín, lo muestra con una simple cuenta, el riego por inundación necesita de 8.000 metros cúbicos de agua por hectárea, mientras que el goteo sólo gasta 4.000. Justo la mitad.
El problema se hace muy evidente cuando se aprecia que, de las 56.000 hectáreas de regadío que se cultivan en Málaga, sólo el 33% tiene un sistema de riego por goteo. El resto, unas 37.300 hectáreas, utilizan la inundación del terreno como método de irrigación de los cultivos.
Los beneficios de la extensión del goteo a todo el campo malagueño podría dar lugar a un ahorro de 149 hectómetros cúbicos al año, en el mejor de los casos, casi el equivalente a la capacidad de embalse del pantano del Guadalteba.
El diputado provincial de Medio Ambiente reconoció que se necesita de una importante inversión inicial, puesto que el sistema de goteo es caro, pero a la larga "tiene unos beneficios importantes en las reservas y el agricultor se ahorra mucha agua".
De hecho, ya hay algunas comunidades autónomas, como ocurre en Valencia, donde se ofrecen importantes inversiones para la instalación de la infraestructura, que mejora los cultivos, ahorra agua y trata mejor al terreno.
Pérdidas. Pero la agricultura también presenta otros problemas, como la falta de unas infraestructuras de distribución de agua en buenas condiciones. Datos de la Diputación Provincial de Málaga señalan que el 45% del agua que entra en las canalizaciones de riego se pierde sin llegar a su destino. La antigüedad y mal diseño son las claves.
El Valle del Guadalhorce es uno de los puntos más afectados por esta pérdida de agua. En esta zona es donde se aplicó el primer plan de regadío de España, cuyos primeros trabajos se iniciaron en 1906 . El primer canal de riego es de 1927. De hecho, la constitución en 1960 de la ya extinta Confederación Hidrográfica del Sur (CHS) tiene en la Confederación Hidrográfica del Guadalhorce uno de sus núcleos fundacionales.
Este plan fue pionero en su momento, con la construcción de un sistema de presas y canalizaciones de agua muy ambicioso. Sin embargo, hace ya más de cien años que se dieron los primeros pasos y la infraestructura se ha quedado obsoleta y plagada de fugas.
La entidad estatal de Aguas de la Cuenca del Mediterráneo (Acuamed) ha iniciado un estudio sobre la conveniencia de renovar este sistema de riego, algo que espera terminar antes de final de año. De las conclusiones obtenidas se planteará el proyecto de renovación y mejora del regadío de todo el Valle, algo que se lleva pidiendo desde hace años para lograr una gestión más eficaz del agua.
Aquí además los regantes se encuentran con la presión del sector de la construcción y de los propios ayuntamientos, más preocupados en las urbanizaciones que en este sector productivo. El presidente de Feragua, la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía, Pedro Parias, señala que en el Valle del Guadalhorce "hace falta un plan de choque para mejorar sus situación, porque los regantes están abandonados y con numerosas presiones para dedicar el terreno a la construcción".
Plan Guaro. Una de las inversiones que se van a realizar para mejorar los regadíos en la provincia de Málaga, en este caso en la Axarquía, se encuentra dentro del llamado ´Plan Guaro´, que está tramitando Acuamed y que tiene como objetivo obtener recursos para asegurar el suministro de los agricultores de la margen derecha del río Guaro. Este plan es complementario del aplicado hace unos años para la margen izquierda.
Acuamed calcula que asegurará el suministro de 3.000 hectáreas de regadíos, que requieren de unos 21,6 hectómetros cúbicos de agua al año. La idea de la entidad estatal es que el Plan Guaro asegure las infraestructuras para obtener 10,8 hectómetros cúbicos del pantano de La Viñuela y el resto se consiga de pozos infrautilizados en la vega del río Vélez y de la depuración terciaria de las aguas residuales.
Este punto es especialmente polémico para los agricultores, como señala el presidente de Feragua, que teme que este recurso afecte a las plantaciones al ser de peor calidad y que los cultivos de subtropicales pierdan la consideración de agricultura ecológica. Pedro Parias indicó que están pendientes de una negociación con Acuamed para lograr que no se riegue con agua reciclada.