La Confederación Hidrográfica del Ebro aplicará a finales de septiembre el pionero sistema del sónar para estudiar y censar las colonias de peces que habitan en las aguas del embalse de Mequinenza. Desde hace un par de meses, una empresa está realizando un sofisticado sistema científico de ultrasonidos para poder cartografiar y conocer el comportamiento del mejillón cebra en aguas tan profundas y con mínima visibilidad como es el caso de un gran pantano.
Los informes de estos estudios se conocerán a finales de año. Este método, pionero en Europa, también se empleará ahora en el mismo embalse, como ayer mismo confirmó la técnica de Calidad de Agua de la Confederación Hidrográfica del Ebro, Concha Durán, para estudiar la cantidad de peces existentes en ella. "Este sistema nos servirá para valorar el estado ecológico de las masas de agua con escasa visibilidad y saber si está en equilibrio. También podremos conocer un poco más de la calidad de esas aguas. Además, este método no es nada cruento para los peces, a diferencia de otros que se emplean en la actualidad, como la pesca eléctrica, que son muy agresivos", señaló esta técnica. La pesca eléctrica ya se emplea en ríos, donde las aguas son más limpias y es más fácil censar las colonias piscícolas.
La CHE se adelanta de nuevo en la aplicación de sistemas innovadores. Esta técnica de ultrasonidos, que rebotan y permiten elaborar una cartografía de gran precisión, será trasladada también en las próximas fechas al embalse del Sobrón, aguas arriba del Ebro. La profundidad del embalse de Mequinenza llega hasta los 62 metros, una cifra considerable y que favorece la aplicación del sónar. En el embalse se alojan numerosas especies, y destacan peces de gran tamaño como el siluro, la carpa cuero y otros como el carpín, el lucioperca y el percasol.