La nueva cultura del agua no responde a la política actual sino a un cambio de actitud de la sociedad, según un estudio
Jue, 18/09/2008
La nueva cultura del agua no responde a la política actual sino a un cambio de actitud de la sociedad, cultural y de percepción generados por otros agentes sociales y científicos, que han desarrollado una nueva visión hacia la sostenibilidad, según se desprende de un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Barcelona en la cuenca del Ebro y que recoge el Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC).
El trabajo, publicado recientemente en 'Regional Environmental Change', señala que los cambios culturales y de percepción generados por otros agentes sociales y científicos han desarrollado la nueva cultura del agua hacia la sostenibilidad.
"La escasez y la falta de disponibilidad del agua en muchas regiones son, en primera instancia, los factores que podrían impulsar políticas de trasvase del agua, pero no son las restricciones al sistema del agua ni los determinantes ecológicos, ni los detonantes de una transformación de las políticas del agua, sino los cambios culturales que conducen a la sostenibilidad", explican.
Para elaborar sus conclusiones, los expertos se han basado en la experiencia del río Ebro, y subrayan el papel de la cultura en las transiciones y el uso de los recursos del agua. "Como estamos moviéndonos hacia una gestión más integrada de la cuenca del río, un mejor entendimiento y una comunicación de la influencia de las percepciones culturales, los valores y las creencias se vuelven más relevantes", indican.
Así, la investigación entiende la cultura como una articulación "sensible", "significativa" y "activa" de los conocimientos y la conciencia del mundo, que crea en ciertos agentes la confianza y el impulso para la transformación y cooperación colectiva.
En este sentido, los científicos señalan que este movimiento "ha contribuido" a parar algunas de las propuestas del régimen anterior que fueron consideradas insostenibles, como el trasvase desde el Ebro al sur de España para la agricultura intensiva y el desarrollo turístico de las playas a gran escala.
El trabajo, publicado recientemente en 'Regional Environmental Change', señala que los cambios culturales y de percepción generados por otros agentes sociales y científicos han desarrollado la nueva cultura del agua hacia la sostenibilidad.
"La escasez y la falta de disponibilidad del agua en muchas regiones son, en primera instancia, los factores que podrían impulsar políticas de trasvase del agua, pero no son las restricciones al sistema del agua ni los determinantes ecológicos, ni los detonantes de una transformación de las políticas del agua, sino los cambios culturales que conducen a la sostenibilidad", explican.
Para elaborar sus conclusiones, los expertos se han basado en la experiencia del río Ebro, y subrayan el papel de la cultura en las transiciones y el uso de los recursos del agua. "Como estamos moviéndonos hacia una gestión más integrada de la cuenca del río, un mejor entendimiento y una comunicación de la influencia de las percepciones culturales, los valores y las creencias se vuelven más relevantes", indican.
Así, la investigación entiende la cultura como una articulación "sensible", "significativa" y "activa" de los conocimientos y la conciencia del mundo, que crea en ciertos agentes la confianza y el impulso para la transformación y cooperación colectiva.
En este sentido, los científicos señalan que este movimiento "ha contribuido" a parar algunas de las propuestas del régimen anterior que fueron consideradas insostenibles, como el trasvase desde el Ebro al sur de España para la agricultura intensiva y el desarrollo turístico de las playas a gran escala.