Canarias crea desalinizadoras con energía fotovoltaica

Mié, 10/09/2008

ABC

Investigadores del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) han puesto en marcha un proyecto basado en la construcción de plantas de desalación que funcionan con energía solar o fotovoltaica, que está consolidado en Túnez y es nuevo en Marruecos. Estos dos proyectos, señala el jefe del Departamento de Aguas del ITC, Baltasar Peñate, forman parte de trabajos de Investigación y Desarrollo que lleva a cabo el instituto para construir plantas de desalación con energías renovables como las que funcionan a partir de energía eólica. Son cinco las plantas desaladoras con energía fotovoltaica que ha construido el ITC, una en Túnez y cuatro en Marruecos. La planta tunecina de Ksar Ghiléne, financiada por la Agencia Española de Cooperación Internacional y el Gobierno canario, lleva dos años en funcionamiento y está supervisada y controlada al cien por ciento por población local formada por el ITC. Estos proyectos llevan, además de la construcción de la instalación, estudios previos en los que se busca, entre otras cosas, una zona sin red eléctrica y sin visos de que se vaya a instalar, y que esté cerca del agua del mar o salubre. La planta de Túnez genera 50 metros cúbicos diarios y tiene un campo fotovoltaico de 10,5 kilovatios por pico. Dispone además, al igual que las plantas de Marruecos, de una batería que permite mantener la generación de energía por un máximo de dos días de autonomía, cuando las condiciones climatológicas son adversas y no hay sol que nutra a la planta. La planta de desalación tiene una media anual en el sistema de funcionamiento de seis o siete horas de producción en invierno, y hasta de diez en verano. Las plantas alimentadas por central solar fotovoltaica en Marruecos están dos en Essaouira y dos en Tiznit, y forman parte de un proyecto europeo financiado con fondos Meda, y por fondos de la Comunidad Autónoma. Tres de estas plantas, explicó Peñate, producen 1.000 metros cúbicos a la hora, lo que se traduce en 5.000 litros de agua diarios, y cuentan con un campo fotovoltaico de 3 kilovatios por pico. La cuarta genera 500 metros cúbicos a la hora, lo que supone entre 2.500 y 3.000 litros diarios y tiene una potencia de 2,5 kilovatios. El agua desalada es para abasto público, y es difícil determinar a cuánta población va a satisfacer en el caso de Túnez, ya que, señaló el investigador, la ciudad Ksar Ghiléne tiene 300 habitantes pero dispone de un oasis al que se trasladan turistas, ganaderos y trabajadores. En el caso de las plantas de Marruecos se podrán beneficiar del agua desalada unas 2.000 personas, aunque es posible su ampliación.