Kuwait, la importancia de una gota de agua dulce en un mar de petróleo

Mié, 30/07/2008

EFE

Kuwait celebra hoy su Día Nacional en la
Exposición Internacional de Zaragoza, donde su ministro de
Información, Sheikh Sabah Al-Khaled, ha destacado la importancia de
una gota de agua en un país rico en petróleo y desértico, que carece
de fuentes de agua dulce y depende de las plantas desaladoras.


En su discurso oficial en el Palacio de Congresos de la Expo y
tras trasmitir los "saludos cordiales" del emir de Kuwait a las
autoridades españolas, Sheikh Sabah Al-Khaled ha apuntado que la
falta de agua dulce, agravada por la ausencia de ríos y la escasez
de lluvia, obligaron a su país a desarrollar tecnologías de
desalación.


Hasta la construcción en 1951 de la primera desaladora en el
Golfo Pérsico, que inauguró una "nueva era" -ha explicado-, Kuwait
se abastecía de agua transportándola en barcos desde la zona de Shat
Al-Arab o perforando pozos profundos en la arena del desierto.


Esa planta fue el embrión de otras más avanzadas para desalar y
destilar agua, según ha indicado Sheikh Sabah Al-Khaled, quien ha
afirmado que su país pudo iniciar este desarrollo gracias al
descubrimiento del petróleo y a que su Gobierno ha invertido una
parte importante de sus ingresos en este "sector vital".


En este sentido, ha precisado que la capacidad de producción de
estas instalaciones excede los 315 millones de galones al día, que
suministran agua potable para satisfacer las necesidades de los
cerca de tres millones de habitantes del país.


Además, ha señalado que el esfuerzo de su Gobierno se extiende a
otras áreas, como la reutilización del agua residual a través de un
gran proyecto que purifica y depura al día 52 millones de metros
cúbicos, de modo que sirva para el uso agrícola y animal.


Para Sheikh Sabah Al-Khaled, abastecerse de agua, racionalizar su
consumo, investigar los medios de almacenar reservas y buscar la
energía adecuada para abaratar los costes de producción ya no es un
asunto que concierne a un Estado concreto, sino una instancia
mundial conjunta que atañe al destino de la humanidad.


El ministro kuwaití, que ha resaltado la amistad de su país con
España y los vínculos históricos compartidos desde la época de
Al-Andalus, ha añadido que su Gobierno no escatima esfuerzos en
lanzar campañas de concienciación para un uso razonable del agua y
reducir el consumo innecesario.


Sheikh Sabah Al-Khaled ha valorado la iniciativa de la "Alianza
de Civilizaciones" promovida por José Luis Rodríguez Zapatero y ha
deseado reforzar, fortalecer e impulsar en el futuro las relaciones
con España para intercambiar experiencias relativas a la cultura del
agua, así como para estrechar la cooperación global con el propósito
de mejorar el futuro del mundo.


La "excelente" relación de las autoridades españolas y kuwaitíes,
y la voluntad del país árabe de contribuir a la concordia y el
entendimiento de las naciones, ha sido destacada por el comisario de
la Expo, Emilio Fernández-Castaño, quien ha comentado que Kuwait
exhibe en la muestra la "cara amable" de un país que combina con
éxito tradición y modernidad.


Fernández-Castaño ha recordado que el agua ha sido siempre para
Kuwait un "bien precioso" y que su cultura y supervivencia se han
basado en obtenerla, ya que la naturaleza no suministra este recurso
en esa región del mundo.


El comisario de la Expo, que ha apreciado el modelo sostenible
que ha desarrollado el país en su agricultura y, especialmente, en
su horticultura, ha puesto de relieve que el paisaje urbano kuwaití
escenifica un "verdadero oasis" sostenido con tecnologías de
depuración.