Naruhito reivindica el ingenio y la sabiduría de los antepasados para el mejor aprovechamiento del agua
Mar, 22/07/2008
El Príncipe heredero de Japón, Naruhito, ofreció esta tarde en la Tribuna del Agua de Expo, una conferencia especial titulada 'Convivir con el agua, ingenio y sabiduría humana', en la que reclamó la necesidad de aprender de los inventos que los antepasados idearon para la gestión de los recursos hídricos, basándose en el ingenio y la sabiduría.
"A menudo la tradición, intrincada en la cultura de cada comunidad puede ser más poderosa que la innovación tecnológica, por lo que debemos tomarla como ejemplo", se justificó.
Su conferencia inauguró esta tarde un simposio internacional sobre 'Cambio Climático y Recursos Sostenibles del Agua', en el que se desarrollaron dos conferencias, una sobre la garantía de agua y alimentos con el cambio climático, a cargo del subdirector de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Alexander Müller; y otras sobre las conclusiones del cuarto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC), protagonizada por el copresidente del IPCC, Bert Metz.
Naruhito comenzó su discurso manifestando su interés personal por el tema del agua y su activa colaboración en el asunto, a través de la cooperación en diferentes organizaciones internacionales.
El Príncipe heredero de Japón reconoció su admiración por un personaje emblemático de la literatura del siglo de oro español, El Quijote, del que dijo que "su temeridad hacia los molinos, a los que confundió con gigantes, aunque pueda hacernos reír, nos advierte de los peligros del agua, que se han intensificado con los efectos del calentamiento global".
Sin embargo, el amor hacia España de Naruhito no se reduce al personaje literario, sino que abarca todos los artificios utilizados en tiempos de los romanos y medievales para aprovechar las posibilidades del agua, no sólo como recurso vital, sino también como fuente de energía.
El invento de Turriano, que elevaba el agua del Tajo 100 metros para abastecer a toda la ciudad de Toledo, le "fascina de manera especial" al Príncipe, ya que "revolucionó la vida de los toledanos en tiempos de El Quijote, que antes de esta infraestructura se veían obligados a transportar el agua en burro", explicó.
Los molinos, tan importantes en la historia que narra la vida de El Quijote, fueron igualmente importantes para la vida medieval de Japón, según Naruhito, ya que "las ruedas de molino se utilizaban para promover el agua hacia los arrozales y a finales de siglo XVIII ya había numerosas ruedas hidráulicas en funcionamiento".
"Como vemos, la fuerza del agua y del viento fueron una importante fuente de energía, tanto en España, como en Japón, antes de la llegada de la máquina de vapor, que provocó la primera Revolución Industrial", matizó el heredero al trono de Japón.
En la actualidad, según expresó Naruhito, "la energía eólica representa un modesto porcentaje entre las fuentes de generación eléctrica, pero crece ya a un ritmo del 25 por ciento".
Por su parte, "la energía hidráulica es equivalente en cuanto a generación de electricidad, a las centrales nucleares, lo que pone de manifiesto su importancia. Por eso en Japón representa ya el 10 por ciento del total de la electricidad generada", añadió.
ACUEDUCTOS ROMANOS
Otra obra de ingeniería sobre la que Naruhito hizo especial mención fue el Acueducto de Segovia, construido por los romanos, del que dijo que "no tiene nada que envidiar a los sistemas actuales de distribución". Su alteza imperial comentó que lo había visitado en 1985 y que le había causado "una profunda impresión por su gran altura".
"Esta obra refleja el interés de los romanos por conseguir un suministro de agua estable, por lo que también fueron pioneros con la instalación de baños públicos y una red de alcantarillado, básica para la higiene", apostilló.
ANTEPASADOS JAPONESES
El Príncipe Naruhito también alabó el papel de sus antepasados a la hora de desarrollar obras de ingeniería que permitieran aprovechar el agua como recurso, ya que la milenaria cultura japonesa está íntimamente ligada al agua por su situación geográfica, puesto que es un isla, y su clima tropical.
Naruhito habló de la importancia de la época de esplendor de Edo, actual Tokio, en el siglo XVII y XVIII, cuando era una de las ciudades más importantes y estratégicas del mundo.
En esta época, narró Naruhito, "se construyó un artificio, el colector de Isibi, que era algo así como un dique de contención que protegía la ciudad contra las inundaciones que pudieran provocar desbordamientos del río, además de estancar grandes flujos de agua como previsión en caso de sequías".
"Este colector solventó los problemas derivados del agua y su importancia es tal que estuvo en funcionamiento hasta la esclusa construida en 1960", afirmó el Príncipe.
Además, según explicó Naruhito, "se crearon canales que transportaban el agua de los ríos a las ciudades que estaban emergiendo, como era el caso de la ciudad de Saga".
El Príncipe heredero de Japón afirmó que el sistema de recogida de aguas negras de la antigua ciudad de Edo, es un ejemplo para muchas localidades todavía en la actualidad, y es reflejo de la importancia del saneamiento de las aguas.
Según comentó Naruhito, "las aguas residuales de la ciudad eran transportadas en barcos, a través de los canales, donde se trataban y se dejaban fermentar, para después venderlos a los campesinos de las granjas que rodeaban la ciudad como fertilizante".
Naruhito indicó que "Edo fue considerada por los viajeros que llegaban a ella, como la ciudad más limpia del mundo, gracias a un sistema de recuperación de residuos que unía la gran ciudad con las granjas de las afueras".
El ejemplo de Edo pone sobre la mesa otro problema acuciante, prosiguió Naruhito, "que es la necesidad de un sistema eficiente de saneamiento y alcantarillado en los núcleos urbanos y la urgencia de la reutilización del agua, como solución a los problemas derivados del cambio climático".
"Japón es pionera en esa idea ya que su cultura se ha basado en el continuo reciclado de agua, que se refleja en una mentalidad avanzada en el tratamiento de aguas residuales, que se destinan a los usos a los que mejor se pueden adecuar", concluyó el Príncipe heredero de Japón.
"A menudo la tradición, intrincada en la cultura de cada comunidad puede ser más poderosa que la innovación tecnológica, por lo que debemos tomarla como ejemplo", se justificó.
Su conferencia inauguró esta tarde un simposio internacional sobre 'Cambio Climático y Recursos Sostenibles del Agua', en el que se desarrollaron dos conferencias, una sobre la garantía de agua y alimentos con el cambio climático, a cargo del subdirector de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, Alexander Müller; y otras sobre las conclusiones del cuarto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC), protagonizada por el copresidente del IPCC, Bert Metz.
Naruhito comenzó su discurso manifestando su interés personal por el tema del agua y su activa colaboración en el asunto, a través de la cooperación en diferentes organizaciones internacionales.
El Príncipe heredero de Japón reconoció su admiración por un personaje emblemático de la literatura del siglo de oro español, El Quijote, del que dijo que "su temeridad hacia los molinos, a los que confundió con gigantes, aunque pueda hacernos reír, nos advierte de los peligros del agua, que se han intensificado con los efectos del calentamiento global".
Sin embargo, el amor hacia España de Naruhito no se reduce al personaje literario, sino que abarca todos los artificios utilizados en tiempos de los romanos y medievales para aprovechar las posibilidades del agua, no sólo como recurso vital, sino también como fuente de energía.
El invento de Turriano, que elevaba el agua del Tajo 100 metros para abastecer a toda la ciudad de Toledo, le "fascina de manera especial" al Príncipe, ya que "revolucionó la vida de los toledanos en tiempos de El Quijote, que antes de esta infraestructura se veían obligados a transportar el agua en burro", explicó.
Los molinos, tan importantes en la historia que narra la vida de El Quijote, fueron igualmente importantes para la vida medieval de Japón, según Naruhito, ya que "las ruedas de molino se utilizaban para promover el agua hacia los arrozales y a finales de siglo XVIII ya había numerosas ruedas hidráulicas en funcionamiento".
"Como vemos, la fuerza del agua y del viento fueron una importante fuente de energía, tanto en España, como en Japón, antes de la llegada de la máquina de vapor, que provocó la primera Revolución Industrial", matizó el heredero al trono de Japón.
En la actualidad, según expresó Naruhito, "la energía eólica representa un modesto porcentaje entre las fuentes de generación eléctrica, pero crece ya a un ritmo del 25 por ciento".
Por su parte, "la energía hidráulica es equivalente en cuanto a generación de electricidad, a las centrales nucleares, lo que pone de manifiesto su importancia. Por eso en Japón representa ya el 10 por ciento del total de la electricidad generada", añadió.
ACUEDUCTOS ROMANOS
Otra obra de ingeniería sobre la que Naruhito hizo especial mención fue el Acueducto de Segovia, construido por los romanos, del que dijo que "no tiene nada que envidiar a los sistemas actuales de distribución". Su alteza imperial comentó que lo había visitado en 1985 y que le había causado "una profunda impresión por su gran altura".
"Esta obra refleja el interés de los romanos por conseguir un suministro de agua estable, por lo que también fueron pioneros con la instalación de baños públicos y una red de alcantarillado, básica para la higiene", apostilló.
ANTEPASADOS JAPONESES
El Príncipe Naruhito también alabó el papel de sus antepasados a la hora de desarrollar obras de ingeniería que permitieran aprovechar el agua como recurso, ya que la milenaria cultura japonesa está íntimamente ligada al agua por su situación geográfica, puesto que es un isla, y su clima tropical.
Naruhito habló de la importancia de la época de esplendor de Edo, actual Tokio, en el siglo XVII y XVIII, cuando era una de las ciudades más importantes y estratégicas del mundo.
En esta época, narró Naruhito, "se construyó un artificio, el colector de Isibi, que era algo así como un dique de contención que protegía la ciudad contra las inundaciones que pudieran provocar desbordamientos del río, además de estancar grandes flujos de agua como previsión en caso de sequías".
"Este colector solventó los problemas derivados del agua y su importancia es tal que estuvo en funcionamiento hasta la esclusa construida en 1960", afirmó el Príncipe.
Además, según explicó Naruhito, "se crearon canales que transportaban el agua de los ríos a las ciudades que estaban emergiendo, como era el caso de la ciudad de Saga".
El Príncipe heredero de Japón afirmó que el sistema de recogida de aguas negras de la antigua ciudad de Edo, es un ejemplo para muchas localidades todavía en la actualidad, y es reflejo de la importancia del saneamiento de las aguas.
Según comentó Naruhito, "las aguas residuales de la ciudad eran transportadas en barcos, a través de los canales, donde se trataban y se dejaban fermentar, para después venderlos a los campesinos de las granjas que rodeaban la ciudad como fertilizante".
Naruhito indicó que "Edo fue considerada por los viajeros que llegaban a ella, como la ciudad más limpia del mundo, gracias a un sistema de recuperación de residuos que unía la gran ciudad con las granjas de las afueras".
El ejemplo de Edo pone sobre la mesa otro problema acuciante, prosiguió Naruhito, "que es la necesidad de un sistema eficiente de saneamiento y alcantarillado en los núcleos urbanos y la urgencia de la reutilización del agua, como solución a los problemas derivados del cambio climático".
"Japón es pionera en esa idea ya que su cultura se ha basado en el continuo reciclado de agua, que se refleja en una mentalidad avanzada en el tratamiento de aguas residuales, que se destinan a los usos a los que mejor se pueden adecuar", concluyó el Príncipe heredero de Japón.