Expertos mundiales se reúnen en Brasil para buscar soluciones a la progresiva desaparición de los humedales
Lun, 21/07/2008
Alrededor de 700 expertos procedentes de 28 naciones se reúnen esta semana en la ciudad de Cuiba, a orillas del Pantanal, el humedal más grande de este tipo en Sudamérica, en la octava Conferencia Internacional sobre Humedales (INTECOL). La iniciativa, impulsada por Naciones Unidas, establecerá medidas urgentes para analizar y conservar estos ecosistemas, situados entre los más amenazados del planeta, y para ralentizar su declive y pérdida.
Según los expertos, la evaporación y destrucción en curso de los humedales del mundo, que mantienen un volumen de carbono similar al presente en la atmósfera en la actualidad, podría llevar a que expulsara a la atmósfera gran cantidad de gases de efecto invernadero.
El ascenso de las temperaturas mundiales está acelerando las tasas de descomposición y evaporación de la materia orgánica que contienen los humedales, a la vez que se ven amenazadas las vías clave para recargar de agua estos humedales debido a la desaparición de los glaciares y la reducción de las precipitaciones.
Los humedales cubren el 6 por ciento de la superficie de la tierra y almacenan entre el 10 y el 20 por ciento del carbono terrestre. Además, estos hábitats ralentizan la descomposición de la materia orgánica que contienen y los conservan durante años en condiciones de oxígeno reducidas.
Estas áreas contienen unos 771.000 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, tanto de CO2 como de metano, y una cantidad de CO2 equivalente al contenido actual en carbono de la atmósfera.
Si el declive de los humedales continúa por motivos humanos y del cambio climático, los científicos temen que la liberación de carbono de estos reservorios tradicionales pueda complicar de forma significativa el problema del calentamiento global, explica Paulo Speller, rector de la Universidad Federal Mato Grasso de Brasil.
"Esta conferencia emblemática junto al Pantanal reunirá una visión general del estado de los humedales en el mundo, identificará lagunas de conocimiento, creará una mayor colaboración y coherencia entre los expertos mundiales sobre humedales, y ofrecerá recomendaciones claras a los líderes políticos para que las adopten con urgencia", añade Speller.
Según señala Wolfgang Junk, del Instituto Max Planck de Biología Evolutiva en Alemania, aunque la presión sobre los humedales en los países más pobres ha aumentado de forma destacable en los pasados años, éstos no han sufrido tanto daño como los del mundo desarrollado.
EUROPA LA PRINCIPAL AFECTADA
Alrededor del 60 por ciento de los humedales en el mundo, y hasta el 90 por ciento sólo en Europa, han sido destruidos en los últimos 100 años, sobre todo debido a los sistemas de drenaje para la agricultura pero también por la contaminación, las presas, los canales, la explotación de acuíferos subterráneos, el desarrollo urbano y la extracción de turba.
"Los humedales son como esponjas y su papel como fuente de recursos, reservas y reguladores de agua no es apreciado por muchos granjeros y otros que necesitan de un suministro permanente de agua", señala Junk. El investigador añade que estas zonas también limpian de contaminación orgánica el agua, evitan las inundaciones, protegen las riberas y costas de la erosión, reciclan nutrientes y capturan sedimentos.
Los humedales son altos en nutrientes y también ofrecen hábitats ricos para pequeños organismos que alimentan a peces y otras formas de vida acuática, que a su vez nutren a mamíferos y aves. Muchos humedales poseen una biodiversidad comparable a la de los bosques tropicales o los arrecifes de coral.
En el pasado siglo se secaron cerca del 60 por ciento de las zonas húmedas de España. La extracción de aguas subterráneas para el riego agrícola está secando humedales españoles como la reserva de Doñana, uno de los principales santuarios europeos donde las aves pasan el invierno. Aquí el agua está bajando un metro cada dos años.
Según los expertos, la evaporación y destrucción en curso de los humedales del mundo, que mantienen un volumen de carbono similar al presente en la atmósfera en la actualidad, podría llevar a que expulsara a la atmósfera gran cantidad de gases de efecto invernadero.
El ascenso de las temperaturas mundiales está acelerando las tasas de descomposición y evaporación de la materia orgánica que contienen los humedales, a la vez que se ven amenazadas las vías clave para recargar de agua estos humedales debido a la desaparición de los glaciares y la reducción de las precipitaciones.
Los humedales cubren el 6 por ciento de la superficie de la tierra y almacenan entre el 10 y el 20 por ciento del carbono terrestre. Además, estos hábitats ralentizan la descomposición de la materia orgánica que contienen y los conservan durante años en condiciones de oxígeno reducidas.
Estas áreas contienen unos 771.000 millones de toneladas de gases de efecto invernadero, tanto de CO2 como de metano, y una cantidad de CO2 equivalente al contenido actual en carbono de la atmósfera.
Si el declive de los humedales continúa por motivos humanos y del cambio climático, los científicos temen que la liberación de carbono de estos reservorios tradicionales pueda complicar de forma significativa el problema del calentamiento global, explica Paulo Speller, rector de la Universidad Federal Mato Grasso de Brasil.
"Esta conferencia emblemática junto al Pantanal reunirá una visión general del estado de los humedales en el mundo, identificará lagunas de conocimiento, creará una mayor colaboración y coherencia entre los expertos mundiales sobre humedales, y ofrecerá recomendaciones claras a los líderes políticos para que las adopten con urgencia", añade Speller.
Según señala Wolfgang Junk, del Instituto Max Planck de Biología Evolutiva en Alemania, aunque la presión sobre los humedales en los países más pobres ha aumentado de forma destacable en los pasados años, éstos no han sufrido tanto daño como los del mundo desarrollado.
EUROPA LA PRINCIPAL AFECTADA
Alrededor del 60 por ciento de los humedales en el mundo, y hasta el 90 por ciento sólo en Europa, han sido destruidos en los últimos 100 años, sobre todo debido a los sistemas de drenaje para la agricultura pero también por la contaminación, las presas, los canales, la explotación de acuíferos subterráneos, el desarrollo urbano y la extracción de turba.
"Los humedales son como esponjas y su papel como fuente de recursos, reservas y reguladores de agua no es apreciado por muchos granjeros y otros que necesitan de un suministro permanente de agua", señala Junk. El investigador añade que estas zonas también limpian de contaminación orgánica el agua, evitan las inundaciones, protegen las riberas y costas de la erosión, reciclan nutrientes y capturan sedimentos.
Los humedales son altos en nutrientes y también ofrecen hábitats ricos para pequeños organismos que alimentan a peces y otras formas de vida acuática, que a su vez nutren a mamíferos y aves. Muchos humedales poseen una biodiversidad comparable a la de los bosques tropicales o los arrecifes de coral.
En el pasado siglo se secaron cerca del 60 por ciento de las zonas húmedas de España. La extracción de aguas subterráneas para el riego agrícola está secando humedales españoles como la reserva de Doñana, uno de los principales santuarios europeos donde las aves pasan el invierno. Aquí el agua está bajando un metro cada dos años.