La sequía obliga a desviar agua del Genil para evitar malos olores
Vie, 11/07/2008
Los malos olores del río Genil traen a menudo de cabeza a vecinos, empresarios y visitantes de la zona, especialmente en verano. Dar un paseo por la explanada frente al Palacio de Congresos o tomarse algo en las terrazas de la ribera pierde gran parte de su atractivo si hay que soportar el olor del agua estancada. Este año, la especial escasez de agua hacía temer que la situación fuera aún peor que en veranos anteriores y por ello, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) tomó la determinación de habilitar una instalación que retiene el agua a la altura del puente de San Antón y la desvía por una tubería.
'Es una solución de emergencia de este verano para evitar que tengan que estar llenas las balsas', indica el ingeniero de la CHG Jaime Riera. 'El problema es que cuando hay poca renovación el agua se corrompe'. Y eso es lo que trae como consecuencia los malos olores y la presencia de algas e insectos de los que se suelen quejar los vecinos.
'Prácticamente no se da agua para riego porque hay muy poca', prosigue Riera, que advierte que la gente no es consciente de la 'situación de extrema gravedad' que se está viviendo. 'Los ciudadanos, como se saca el agua de los pozos y ellos no tienen ningún problema, no ven la gravedad', lamenta.
Este año el agua de riego se canaliza por esa nueva instalación, en lugar de tomarse a la altura de la Clínica Inmaculada, como es lo habitual. 'Se ha tomado esta medida, consensuada con el área de Mantenimiento del Ayuntamiento, para evitar la necesidad de tenerla embalsada frente a la Clínica Inmaculada', explica el experto, que aclara que se trata de una instalación provisional que se retirará al final del verano, cuando termine la campaña de riego.
'Ahora mismo como no hay agua, no se nota, pero todos los veranos huele', cuenta Ildefonso Ortega, trabajador de uno de los establecimientos de la ribera del Genil. 'Estos años atrás era un desastre y había muchísimos mosquitos. Había momentos que tenía que meterse la gente de la terraza porque era insoportable', relata.
No significa esto, de todos modos, que la ciudad se haya deshecho de los malos olores para siempre, puesto que la principal raíz de ese problema no viene del propio Genil, sino del Darro. 'Este río era el colector de todos los vertidos de la ciudad antigua', cuenta Riera. 'Se han ido realizando medidas correctoras y se ha ido corrigiendo el saneamiento, pero aún hay puntos donde no está bien resuelto, porque es un tema complicado', apunta.
Con frecuencia en verano, la zona próxima al río Genil sufre malos olores y presencia de insectos por el agua estancada.
La escasez de agua podría haber empeorado la situación este año, por lo que se ha habilitado una instalación bajo el puente de San Antón que desaloja el agua para que no se estanque.
De todos modos, parte del problema radica en el río Darro y para solucionarlo es necesario corregir el saneamiento de la ciudad en algunos puntos de la ciudad, que aún lo usan como colector de vertidos.
'Es una solución de emergencia de este verano para evitar que tengan que estar llenas las balsas', indica el ingeniero de la CHG Jaime Riera. 'El problema es que cuando hay poca renovación el agua se corrompe'. Y eso es lo que trae como consecuencia los malos olores y la presencia de algas e insectos de los que se suelen quejar los vecinos.
'Prácticamente no se da agua para riego porque hay muy poca', prosigue Riera, que advierte que la gente no es consciente de la 'situación de extrema gravedad' que se está viviendo. 'Los ciudadanos, como se saca el agua de los pozos y ellos no tienen ningún problema, no ven la gravedad', lamenta.
Este año el agua de riego se canaliza por esa nueva instalación, en lugar de tomarse a la altura de la Clínica Inmaculada, como es lo habitual. 'Se ha tomado esta medida, consensuada con el área de Mantenimiento del Ayuntamiento, para evitar la necesidad de tenerla embalsada frente a la Clínica Inmaculada', explica el experto, que aclara que se trata de una instalación provisional que se retirará al final del verano, cuando termine la campaña de riego.
'Ahora mismo como no hay agua, no se nota, pero todos los veranos huele', cuenta Ildefonso Ortega, trabajador de uno de los establecimientos de la ribera del Genil. 'Estos años atrás era un desastre y había muchísimos mosquitos. Había momentos que tenía que meterse la gente de la terraza porque era insoportable', relata.
No significa esto, de todos modos, que la ciudad se haya deshecho de los malos olores para siempre, puesto que la principal raíz de ese problema no viene del propio Genil, sino del Darro. 'Este río era el colector de todos los vertidos de la ciudad antigua', cuenta Riera. 'Se han ido realizando medidas correctoras y se ha ido corrigiendo el saneamiento, pero aún hay puntos donde no está bien resuelto, porque es un tema complicado', apunta.
Con frecuencia en verano, la zona próxima al río Genil sufre malos olores y presencia de insectos por el agua estancada.
La escasez de agua podría haber empeorado la situación este año, por lo que se ha habilitado una instalación bajo el puente de San Antón que desaloja el agua para que no se estanque.
De todos modos, parte del problema radica en el río Darro y para solucionarlo es necesario corregir el saneamiento de la ciudad en algunos puntos de la ciudad, que aún lo usan como colector de vertidos.