El largo debate sobre si hay o no agua en la Luna puede haber llegado a su fin
Jue, 10/07/2008
El largo debate sobre si hay o no agua en la Luna puede haber llegado a su fin después de que geólogos de la Universidad de Brown en Providence (Rhode Island) hayan aislado el líquido elemento en muestras de suelo lunar traídas en los años 60 y 70 por las misiones Apollo de la NASA.
La teoría más ampliamente aceptada por los astrofísicos aseguraba que la mayor parte de los elementos volátiles -no rocosos o minerales pesados- se habían desvanecido de la Luna merced a la agitada vida geológica que ha tenido. Se cree que nuestro satélite se formó después de que un planeta del tamaño de Marte chocara contra la Tierra primigenia, hace 4.500 millones de años, fundiéndose con ella en un cataclismo de enormes proporciones y expulsando una porción de un 10% de la masa resultante.
El agua, hallada gracias a nuevas técnicas, no podría abastecer la futura base permanente humana, previa al primer viaje tripulado a Marte y prevista para finales de la próxima década. Eso sería inviable dada la ínfima cantidad descubierta y la dificultad de extraerla de los fragmentos vitrificados de lava magmática donde se ha descubierto. Sin embargo, ofrece valiosas pistas sobre cómo evolucionó el satélite y de dónde proviene el H2O que domina la superficie de la Tierra, según publica «Nature».
Alberto Saal, director de la investigación, explica a LA RAZÓN que el hallazgo puede revelar dos cosas: «Si hubo agua en la Tierra antes del impacto, significa que no produjo la pérdida total, pero si la Tierra era seca o el líquido se perdió en el cataclismo, todo el agua del planeta, y la disuelta en la rocas lunares o que pueda haber en sus polos, cayó de una lluvia de meteoritos volátiles de hidrógeno, lo que debió ocurrir en los 100 millones de años posteriores».
La teoría más ampliamente aceptada por los astrofísicos aseguraba que la mayor parte de los elementos volátiles -no rocosos o minerales pesados- se habían desvanecido de la Luna merced a la agitada vida geológica que ha tenido. Se cree que nuestro satélite se formó después de que un planeta del tamaño de Marte chocara contra la Tierra primigenia, hace 4.500 millones de años, fundiéndose con ella en un cataclismo de enormes proporciones y expulsando una porción de un 10% de la masa resultante.
El agua, hallada gracias a nuevas técnicas, no podría abastecer la futura base permanente humana, previa al primer viaje tripulado a Marte y prevista para finales de la próxima década. Eso sería inviable dada la ínfima cantidad descubierta y la dificultad de extraerla de los fragmentos vitrificados de lava magmática donde se ha descubierto. Sin embargo, ofrece valiosas pistas sobre cómo evolucionó el satélite y de dónde proviene el H2O que domina la superficie de la Tierra, según publica «Nature».
Alberto Saal, director de la investigación, explica a LA RAZÓN que el hallazgo puede revelar dos cosas: «Si hubo agua en la Tierra antes del impacto, significa que no produjo la pérdida total, pero si la Tierra era seca o el líquido se perdió en el cataclismo, todo el agua del planeta, y la disuelta en la rocas lunares o que pueda haber en sus polos, cayó de una lluvia de meteoritos volátiles de hidrógeno, lo que debió ocurrir en los 100 millones de años posteriores».