El metabolismo urbano no puede subsistir sin agua

Jue, 26/06/2008

El Periódico de Aragón

Las experiencias para gestionar los recursos hídricos en ciudades muy distintas abrieron ayer la segunda semana temática de la Tribuna del Agua, que pretende poner en común los éxitos y fracasos en esta materia para progresar en su desarrollo, según explicó Javier Celma, director de la Agencia de Medio Ambiente y Sostenibilidad del Ayuntamiento de Zaragoza y coordinador de estas jornadas. "Tenemos la obligación de repensar las ciudades para conseguir un modelo de gestión mejor", señaló durante la presentación.
Celma se refirió a la ciudad como un "metabolismo urbano que no puede subsistir sin oxígeno y sin agua". Nuria Más, directora general de Urbanismo del Gobierno de Aragón, señaló durante la presentación que el agua debe ser un motivo de concordia y no de disputa, algo que no siempre ocurre. El aprovechamiento hídrico no solo está marcado por su escasez, aunque sea el principal problema en las zonas áridas, sino también por la sostenibilidad de la gestión desde el punto de vista medioambiental, social y económico.
"Si el hombre ha demostrado su ingenio en algo a lo largo de la historia ha sido en el aprovechamiento del agua", explicó Enrique Cabrera, catedrático de Mecánica de Fluidos del Instituto Tecnológico de la Agua Universidad Politécnica de Valencia. Según este experto, dopamos la tierra con abonos no naturales para que pueda producir más, algo que tiene sus consecuencias. La primera es que hayamos tenido que empezar a distinguir una agricultura ecológica de otra que no lo es, cuando antes toda la actividad agrícola era ecológica. "Antes se podía beber el agua de las acequias", indicó como ejemplo. Para Cabrera, el equilibrio se tiene que lograr en tres ejes: el económico, el social y el ambiental.
La sequía ha marcado la gestión en ciudades de distintos continentes, como Sevilla, Cuba o Marruecos, según relataron ayer los participantes. La jefa de la oficina nacional del Agua Potable de Marruecos, Fatiha Belamari, explicó que en los últimos años el gobierno se ha visto obligado a intensificar la planificación y la mejora de las infraestructuras tras la última sequía a mediados de los 90, que obligó a abastecer con cisternas durante siete meses al eje entre Rabat y Casablanca.