La mitad de la Comunidad está en riesgo de desertificación. Los expertos insisten en recuperar los cultivos tradicionales

Mié, 18/06/2008

ABC

La Comunidad, y concretamente la provincia de Alicante, se encuentra entre las regiones con mayor riesgo de desertificación. Un riesgo que, según los expertos, podría aumentar significativamente por la acción del cambio climático. Según los últimos estudios del Ministerio de Medio Ambiente y la Unión Europea, más de la mitad de la Comunidad —unas 127.000 hectáreas— se encuentra en una situación de riesgo «grave» o «muy grave» de sufrir este proceso de degradación de los ecosistemas. Las principales causas, según los expertos, son la sequía y el abandono de los cultivos tradicionales, principalmente por motivos económicos. Asimismo, hay que añadir el efecto que sobre los suelos rústicos ejercen los incendios. En el caso de la provincia de Alicante, las zonas más sensibles al proceso se sitúan en la costa entre Benidorm y Pilar de la Horadada, y en la totalidad de la Vega Baja. Según el profesor del departamento de Ecología de la Universidad de Alicante (UA) Juan Rafael Sánchez, «su clima semiárido se acentuará en los próximos años», ya que el cambio climático provocará «un descenso de las precipitaciones y un aumento de las temperaturas». Cultivos de secano Las consecuencias de ese cambio en las condiciones climatológicas —que no tiene un horizonte temporal claro, aunque pocos expertos lo ponen ya en duda— provocaría, además de agravar la desertificación en el sur, que el riesgo se ampliase a otras zonas, según Sánchez. Las recomendaciones de los expertos —algunas de las cuales ya aplica la Generalitat— inciden en la necesidad de recuperar los cultivos tradicionales para poner freno a la degradación. Ante la falta de agua estructural de la provincia de Alicante, la solución pasa por «los cultivos de secano, como los olivos o los almendros». No obstante, la baja rentabilidad económica de estas plantaciones obliga en la mayoría de los casos a «regenerar el paisaje con arbustos y herbáceas». Sin embargo, los efectos de estas actuaciones se dilatan de forma significativamente mayor en el tiempo, ya que «el periodo de recuperación de los ecosistemas es largo», según el experto. Así, apuesta por «mantener» en lo posible los cultivos existentes.