Las obras de la balsa de agua de La Argañeda para el abastecimiento de Karrantza duplican su coste Su construcción está paralizada por la Diputación tras la aparición de grietas y por la inestabilidad del terreno. La oposición avala este aumento hasta los
Vie, 13/06/2008
La balsa de agua de La Argañeda, que tiene como objetivo resolver los problemas de abastecimiento en Karrantza, parece haberse puesto cuesta arriba a la Diputación. El diputado de Medio Ambiente, Iosu Madariaga, anunció a los grupos que los trabajos de construcción del depósito supondrán un incremento de más del doble del presupuesto -los gastos pasarán de los 3,6 millones iniciales a seis millones de euros-, debido a los problemas de «agrietamientos y de inestabilidad» encontrados durante la realización de las obras.
El pasado mes de octubre los trabajos de construcción del futuro depósito -que abastecerá a 3.700 habitantes de la comarca-, se paralizaron, después de que las excavaciones descubrieran la existencia de grietas en una ladera, así como la aparición de agua en las capas más profundas del terreno en el que se efectuaron los trabajos.
«Hemos decidido aumentar el presupuesto inicial para priorizar los sistemas de anclaje y de pilotes con el objetivo de dar prioridad a la seguridad de las obras», explicó Madariaga, quien no precisó el plazo de finalización de los trabajos tras las modificaciones realizadas.
La complicada orografía del valle y la inestabilidad del terreno llevó a los responsables forales ha elaborar un estudio geológico que recomendó la habilitación de anclajes y sujeciones que evitasen «deslizamientos» de la roca excavada. La Diputación colocará con este fin 64 pilotes de hormigón y varias capas de terraplén con el fin de «salvar» los desniveles generados en el terreno.«Hemos pedido un plazo de cuatro meses más para acabar todo el trabajo, que concluirán con la excavación de la parte final del vaso», detalló el responsable de abastecimiento de aguas foral, Pedro Zubia.
Las explicaciones ofrecidas por el diputado convencieron a la oposición, que avaló el incremento del presupuesto, siempre que el gasto suponga una «garantía» para la seguridad de los trabajos, si bien tanto PSE como PP, en boca de su portavoz, Ignacio Aldecoa discreparon sobre al «idoneidad» del emplazamiento elegido para acometer la obra del deposito de agua. «Creemos que ha habido un error en la previsión porque la modificación del plan ha demostrado que es un lugar con una trazado desfavorable», criticó el juntero popular.
El responsable de las redes de abastecimiento foral argumentó que la elección del emplazamiento se hizo bajo el «ahorro económico» que permite la infraestructura al tratarse de una pendiente con «poca altura» y que facilita que «no sea necesario bombear el agua que es lo que eleva más el coste de la obra», explicó.
Residuos de Gipuzkoa. Los rupos junteros ratificaron, por otra parte, el convenio suscrito con el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa por el que se establece el trasvase de las 25.000 toneladas anuales del territorio vecino a los vertederos vizcaínos durante un periodo de tres años.El acuerdo, sin embargo, no contó con el visto bueno de Aralar, que se abstuvo, y Ezker Batua quien mostró su oposición frontal al acuerdo, al que volvió a tildar de «tramposo» y paso previo a la creación de la segunda línea de Zabalgarbi. «Los vertederos tendrán un volumen de 175.000 toneladas y cuando se cierren, los residuos irán a la incineradora, que gestiona 250.000 toneladas al año», describió.
Acciones de Zabalgarbi. Asimismo, los grupos junteros aprobaron el inicio de los trámites para la compra de acciones de la empresa incineradora Zabalgarbi con el objetivo de disponer de un mayor «control público» de la firma por parte de las instituciones públicas.
La iniciativa realizada a propuesta de Ezker Batua, sin embargo no contó con el apoyo del PNV, que se abstuvo en la votación.Los jeltzales argumentaron que la adquisición de las acciones podrá conllevar un elevado desembolso a las arcas forales. «El principal problema es que se trata de una infraestructuras que existen hace años y sus acciones no están en venta», apostilló su portavoz, Nerea Ahedo.
Aguas residuales y tuberías de fibrocemento. La Comisión de Medio Ambiente, por otra parte, aprobó, a propuesta del PSE, la creación de un sistema de separación de aguas residuales para los municipios que viertan sus aguas a la estación depuradora de Lamiako, así como la aportación de subvenciones destinadas a facilitar la implantación de los servicios en las localidades que no dispongan de este sistema.
Asimismo, los grupos junteros dieron luz verde a una propuesta elevada por el Partido Popular para que se realice un estudio sobre la eliminación de las tuberías de fibrocemento en las redes de abastecimiento de agua de los municipios vizcaínos.
El pasado mes de octubre los trabajos de construcción del futuro depósito -que abastecerá a 3.700 habitantes de la comarca-, se paralizaron, después de que las excavaciones descubrieran la existencia de grietas en una ladera, así como la aparición de agua en las capas más profundas del terreno en el que se efectuaron los trabajos.
«Hemos decidido aumentar el presupuesto inicial para priorizar los sistemas de anclaje y de pilotes con el objetivo de dar prioridad a la seguridad de las obras», explicó Madariaga, quien no precisó el plazo de finalización de los trabajos tras las modificaciones realizadas.
La complicada orografía del valle y la inestabilidad del terreno llevó a los responsables forales ha elaborar un estudio geológico que recomendó la habilitación de anclajes y sujeciones que evitasen «deslizamientos» de la roca excavada. La Diputación colocará con este fin 64 pilotes de hormigón y varias capas de terraplén con el fin de «salvar» los desniveles generados en el terreno.«Hemos pedido un plazo de cuatro meses más para acabar todo el trabajo, que concluirán con la excavación de la parte final del vaso», detalló el responsable de abastecimiento de aguas foral, Pedro Zubia.
Las explicaciones ofrecidas por el diputado convencieron a la oposición, que avaló el incremento del presupuesto, siempre que el gasto suponga una «garantía» para la seguridad de los trabajos, si bien tanto PSE como PP, en boca de su portavoz, Ignacio Aldecoa discreparon sobre al «idoneidad» del emplazamiento elegido para acometer la obra del deposito de agua. «Creemos que ha habido un error en la previsión porque la modificación del plan ha demostrado que es un lugar con una trazado desfavorable», criticó el juntero popular.
El responsable de las redes de abastecimiento foral argumentó que la elección del emplazamiento se hizo bajo el «ahorro económico» que permite la infraestructura al tratarse de una pendiente con «poca altura» y que facilita que «no sea necesario bombear el agua que es lo que eleva más el coste de la obra», explicó.
Residuos de Gipuzkoa. Los rupos junteros ratificaron, por otra parte, el convenio suscrito con el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa por el que se establece el trasvase de las 25.000 toneladas anuales del territorio vecino a los vertederos vizcaínos durante un periodo de tres años.El acuerdo, sin embargo, no contó con el visto bueno de Aralar, que se abstuvo, y Ezker Batua quien mostró su oposición frontal al acuerdo, al que volvió a tildar de «tramposo» y paso previo a la creación de la segunda línea de Zabalgarbi. «Los vertederos tendrán un volumen de 175.000 toneladas y cuando se cierren, los residuos irán a la incineradora, que gestiona 250.000 toneladas al año», describió.
Acciones de Zabalgarbi. Asimismo, los grupos junteros aprobaron el inicio de los trámites para la compra de acciones de la empresa incineradora Zabalgarbi con el objetivo de disponer de un mayor «control público» de la firma por parte de las instituciones públicas.
La iniciativa realizada a propuesta de Ezker Batua, sin embargo no contó con el apoyo del PNV, que se abstuvo en la votación.Los jeltzales argumentaron que la adquisición de las acciones podrá conllevar un elevado desembolso a las arcas forales. «El principal problema es que se trata de una infraestructuras que existen hace años y sus acciones no están en venta», apostilló su portavoz, Nerea Ahedo.
Aguas residuales y tuberías de fibrocemento. La Comisión de Medio Ambiente, por otra parte, aprobó, a propuesta del PSE, la creación de un sistema de separación de aguas residuales para los municipios que viertan sus aguas a la estación depuradora de Lamiako, así como la aportación de subvenciones destinadas a facilitar la implantación de los servicios en las localidades que no dispongan de este sistema.
Asimismo, los grupos junteros dieron luz verde a una propuesta elevada por el Partido Popular para que se realice un estudio sobre la eliminación de las tuberías de fibrocemento en las redes de abastecimiento de agua de los municipios vizcaínos.