El Gobierno derogará la próxima semana el minitrasvase urgente de agua a Barcelona
Sáb, 31/05/2008
El Consejo de Ministros adoptará esta decisión en su reunión del próximo viernes, después de que la titular de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, confirme con las autoridades de la Generalitat que la situación de emergencia y excepcionalidad que motivó su aprobación ya no existe.
El anunció de la derogación fue hecho ayer por la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, tras la reunión semanal del Gabinete en la que Espinosa presentó un informe que incluía los últimos datos de sequía en Cataluña.
Este documento llegó a la mesa del Consejo de Ministros exactamente 43 días después de que el decreto del minitrasvase fuera aprobado y... empezara a llover.
«Desaparecida la situación que motivó el decreto», explicó De la Vega, «la propia norma prevé un mecanismo de cese de su objeto», algo así como una cláusula de autoderogación mediante un acuerdo del mismo órgano que declaró en su día la emergencia, esto es, el Consejo de Ministros.
Con la anulación del decreto ley de abastecimiento urgente de agua a la ciudad de Barcelona, se suprimirá también la obra que se preveía en el mismo y que consistía en una tubería de un metro de diámetro, que recorrería 62 kilómetros para trasvasar 50 hectómetros cúbicos de agua cedida por los regantes de la cuenca del Ebro.
Ello implicará la rescisión del contrato de adjudicación de los trabajos a las empresas correspondientes. El coste de esta rescisión, que tendrá que negociarse con las empresas conforme a las cláusulas recogidas en el propio contrato, se cubrirá con cargo a la disposición adicional tercera del Estatut.
Sin embargo, jurídicamente la derogación del decreto del Gobierno no tiene por qué implicar necesariamente la supresión del decreto de sequía de la Generalitat que establece la prohibición de llenado de piscinas o riego de jardines.
Igualmente, la anulación de la norma urgente aprobada por el Gobierno central y la supresión de las obras que conllevaba, no sería un obstáculo para que la Generalitat pusiera en marcha algún tipo de interconexión de cuencas alternativa que no seguiría exactamente el mismo trazado que la tubería prevista en el decreto de emergencia.
Se trataría en este caso de una cuestión autonómica en la que, según la vicepresidenta, el Ejecutivo estaría dispuesto a «cooperar» en lo que fuera de su competencia.
Ayer mismo, el alcalde de Barcelona, el socialista Jordi Hereu, defendió ante el pleno del Ayuntamiento la necesidad de interconexión de cuencas catalanas «como garantía de suministro» para futuras situaciones de emergencia.
El anunció de la derogación fue hecho ayer por la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, tras la reunión semanal del Gabinete en la que Espinosa presentó un informe que incluía los últimos datos de sequía en Cataluña.
Este documento llegó a la mesa del Consejo de Ministros exactamente 43 días después de que el decreto del minitrasvase fuera aprobado y... empezara a llover.
«Desaparecida la situación que motivó el decreto», explicó De la Vega, «la propia norma prevé un mecanismo de cese de su objeto», algo así como una cláusula de autoderogación mediante un acuerdo del mismo órgano que declaró en su día la emergencia, esto es, el Consejo de Ministros.
Con la anulación del decreto ley de abastecimiento urgente de agua a la ciudad de Barcelona, se suprimirá también la obra que se preveía en el mismo y que consistía en una tubería de un metro de diámetro, que recorrería 62 kilómetros para trasvasar 50 hectómetros cúbicos de agua cedida por los regantes de la cuenca del Ebro.
Ello implicará la rescisión del contrato de adjudicación de los trabajos a las empresas correspondientes. El coste de esta rescisión, que tendrá que negociarse con las empresas conforme a las cláusulas recogidas en el propio contrato, se cubrirá con cargo a la disposición adicional tercera del Estatut.
Sin embargo, jurídicamente la derogación del decreto del Gobierno no tiene por qué implicar necesariamente la supresión del decreto de sequía de la Generalitat que establece la prohibición de llenado de piscinas o riego de jardines.
Igualmente, la anulación de la norma urgente aprobada por el Gobierno central y la supresión de las obras que conllevaba, no sería un obstáculo para que la Generalitat pusiera en marcha algún tipo de interconexión de cuencas alternativa que no seguiría exactamente el mismo trazado que la tubería prevista en el decreto de emergencia.
Se trataría en este caso de una cuestión autonómica en la que, según la vicepresidenta, el Ejecutivo estaría dispuesto a «cooperar» en lo que fuera de su competencia.
Ayer mismo, el alcalde de Barcelona, el socialista Jordi Hereu, defendió ante el pleno del Ayuntamiento la necesidad de interconexión de cuencas catalanas «como garantía de suministro» para futuras situaciones de emergencia.