Feragua advierte de que la superficie de regadío no puede crecer más en Andalucía porque es 'completamente insostenible'
Vie, 30/05/2008
Feragua, la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía, advirtió hoy de que la superficie de regadío no puede crecer más en Andalucía porque es "completamente insostenible", puesto que la superficie regable ya supera el millón de hectáreas y que ha tenido un "crecimiento desproporcionado" en los últimos quince años.
Así lo aseguró hoy, según informó Feragua en un comunicado, el secretario general de la organización, Pedro Parias, que participó en el VII Simposio del Agua que se celebra en el municipio jiennense de Baeza. En una mesa redonda sobre 'El uso presente y futuro de los recursos hídricos', el representante de la principal asociación de regantes de Andalucía insistió en que las zonas regadío no pueden crecer en la región y sólo hizo una excepción a esta premisa, la de la provincia de Huelva, donde hay un superávit hídrico comprobado y sí hay un cierto margen para el incremento de la superficie de riego.
El secretario de Feragua recordó que la superficie de regadío en Andalucía ya supera el millón de hectáreas, como consecuencia del "crecimiento desproporcionado" de los últimos quince años. "Un crecimiento cuyo principal responsable ha sido el desarrollo de instalaciones de riego con aguas de procedencia superficial y/o subterránea en todas las provincias andaluzas, pero especialmente en Jaén, que es ya la provincia con más superficie de regadío de la Cuenca del Guadalquivir, y donde la superficie de olivar regada roza las 200.000 hectáreas", aseguró.
Parias destacó que el regadío es un "factor de vertebración" del territorio andaluz y "nunca debe ser contemplado desde un punto de vista político, ni tampoco desde una óptica puramente productivista". En este sentido, indicó que lo que hay que valorar no es sólo la rentabilidad económica y social del crecimiento de la superficie de riego, sino en general su incidencia en términos de sostenibilidad.
Desde este punto de vista, estimó que el crecimiento de la superficie dedicada a regadío no ha sido una buena noticia para Andalucía en general y para el Guadalquivir en particular, porque ha provocado un incremento notable del déficit hídrico en la Cuenca, que ha pasado de 490 a 750 hectómetros cúbicos, lo que "hoy se traduce en restricciones de más del 50 por ciento para todos los regantes del llamado Sistema de Regulación General que suministra recursos a más de 300.000 hectáreas de regadío".
CRÍTICAS A LAS ADMINISTRACIONES.
Por ello, fue muy crítico con la "actitud tolerante" de las administraciones públicas en el crecimiento de la superficie de regadío, señalando que "han permitido la política de hechos consumados y han colaborado para legalizar situaciones de hecho que han tensionado la Cuenca de una manera extraordinaria".
Además, el secretario general de Feragua consideró que esa situación insostenible, directamente provocada por el incremento incontrolado de la superficie de riego, se ha visto agravada en la Cuenca del Guadalquivir por otros factores, como la entrada en servicio del trasvase Negratín-Almanzora, la disminución de aportaciones en los embalses por el cambio climático y por las extracciones de aguas subterráneas, así como por el retraso en la construcción de nuevos embalses. "De hecho no se inaugura un embalse en la Cuenca desde el de Vadomojón, en 1996", apostilló.
Por otro lado, subrayó la apuesta del regadío andaluz por la modernización, con más de 300.000 hectáreas con proyectos ejecutados o en marcha y una inversión superior a los 1.500 millones, que pueden ayudar a equilibrar el fuerte déficit hídrico andaluz. En este punto, criticó el retraso de las obras de mejora y consolidación del regadío de Las Vegas de Jaén, que afectan a más de 20.000 hectáreas "y que no acaban de ponerse en marcha por las innumerables trabas administrativas y medioambientales, a pesar de los anuncios continuos de los poderes públicos".
Por último, Parias hizo públicas las dudas de Feragua sobre el modelo de la administración hidráulica desarrollado por la Agencia Andaluza del Agua en el litoral andaluz, que, en su opinión, "no se puede decir que sea un ejemplo a seguir, por la parálisis en los trámites administrativos e inversiones, y por las dificultades y tensiones que provoca una administración bicéfala, con una Dirección General de Cuenca y Direcciones Provinciales".
"Nos preocupa mucho este modelo de doble administración, que rompe el principio de unidad de cuenca y creemos que sería especialmente nocivo para un territorio como el Guadalquivir, donde la conexión hidráulica entre las provincias (Granada y Jaén en la cabecera y Córdoba y Sevilla en la cola) puede hacer absolutamente ingobernable la cuenca", concluyó el secretario de Feragua, para quien "de no cambiar el modelo actual del litoral, la guerra del agua estará servida en el Guadalquivir".
Así lo aseguró hoy, según informó Feragua en un comunicado, el secretario general de la organización, Pedro Parias, que participó en el VII Simposio del Agua que se celebra en el municipio jiennense de Baeza. En una mesa redonda sobre 'El uso presente y futuro de los recursos hídricos', el representante de la principal asociación de regantes de Andalucía insistió en que las zonas regadío no pueden crecer en la región y sólo hizo una excepción a esta premisa, la de la provincia de Huelva, donde hay un superávit hídrico comprobado y sí hay un cierto margen para el incremento de la superficie de riego.
El secretario de Feragua recordó que la superficie de regadío en Andalucía ya supera el millón de hectáreas, como consecuencia del "crecimiento desproporcionado" de los últimos quince años. "Un crecimiento cuyo principal responsable ha sido el desarrollo de instalaciones de riego con aguas de procedencia superficial y/o subterránea en todas las provincias andaluzas, pero especialmente en Jaén, que es ya la provincia con más superficie de regadío de la Cuenca del Guadalquivir, y donde la superficie de olivar regada roza las 200.000 hectáreas", aseguró.
Parias destacó que el regadío es un "factor de vertebración" del territorio andaluz y "nunca debe ser contemplado desde un punto de vista político, ni tampoco desde una óptica puramente productivista". En este sentido, indicó que lo que hay que valorar no es sólo la rentabilidad económica y social del crecimiento de la superficie de riego, sino en general su incidencia en términos de sostenibilidad.
Desde este punto de vista, estimó que el crecimiento de la superficie dedicada a regadío no ha sido una buena noticia para Andalucía en general y para el Guadalquivir en particular, porque ha provocado un incremento notable del déficit hídrico en la Cuenca, que ha pasado de 490 a 750 hectómetros cúbicos, lo que "hoy se traduce en restricciones de más del 50 por ciento para todos los regantes del llamado Sistema de Regulación General que suministra recursos a más de 300.000 hectáreas de regadío".
CRÍTICAS A LAS ADMINISTRACIONES.
Por ello, fue muy crítico con la "actitud tolerante" de las administraciones públicas en el crecimiento de la superficie de regadío, señalando que "han permitido la política de hechos consumados y han colaborado para legalizar situaciones de hecho que han tensionado la Cuenca de una manera extraordinaria".
Además, el secretario general de Feragua consideró que esa situación insostenible, directamente provocada por el incremento incontrolado de la superficie de riego, se ha visto agravada en la Cuenca del Guadalquivir por otros factores, como la entrada en servicio del trasvase Negratín-Almanzora, la disminución de aportaciones en los embalses por el cambio climático y por las extracciones de aguas subterráneas, así como por el retraso en la construcción de nuevos embalses. "De hecho no se inaugura un embalse en la Cuenca desde el de Vadomojón, en 1996", apostilló.
Por otro lado, subrayó la apuesta del regadío andaluz por la modernización, con más de 300.000 hectáreas con proyectos ejecutados o en marcha y una inversión superior a los 1.500 millones, que pueden ayudar a equilibrar el fuerte déficit hídrico andaluz. En este punto, criticó el retraso de las obras de mejora y consolidación del regadío de Las Vegas de Jaén, que afectan a más de 20.000 hectáreas "y que no acaban de ponerse en marcha por las innumerables trabas administrativas y medioambientales, a pesar de los anuncios continuos de los poderes públicos".
Por último, Parias hizo públicas las dudas de Feragua sobre el modelo de la administración hidráulica desarrollado por la Agencia Andaluza del Agua en el litoral andaluz, que, en su opinión, "no se puede decir que sea un ejemplo a seguir, por la parálisis en los trámites administrativos e inversiones, y por las dificultades y tensiones que provoca una administración bicéfala, con una Dirección General de Cuenca y Direcciones Provinciales".
"Nos preocupa mucho este modelo de doble administración, que rompe el principio de unidad de cuenca y creemos que sería especialmente nocivo para un territorio como el Guadalquivir, donde la conexión hidráulica entre las provincias (Granada y Jaén en la cabecera y Córdoba y Sevilla en la cola) puede hacer absolutamente ingobernable la cuenca", concluyó el secretario de Feragua, para quien "de no cambiar el modelo actual del litoral, la guerra del agua estará servida en el Guadalquivir".