Las medidas de control han permitido ahorrar un 20% del consumo normal en la provincia de Málaga
Dom, 18/05/2008
Complejos hoteleros, grandes industrias, zonas verdes como jardines y parques, los campos de golf, además de las piscinas privadas, son las principales consumidoras de agua potable en las que la Consejería de Medio Ambiente puso sus miras cuando, a finales de 2005, activó las medidas restrictivas contempladas en el Decreto de Sequía para parte de la provincia de Málaga. La prohibición de utilizar el agua de la red municipal para esos usos, fiscalizada a través de imágenes de satélite en el caso de las piscinas y zonas verdes, unido a varias campañas de concienciación, ha permitido ahorrar aproximadamente un veinte por ciento del consumo normal. Prohibiciones El Decreto de Sequía de noviembre de 2005 afectó en principio a los municipios de Málaga capital y Torremolinos, a los de la Costa del Sol Occidental y a los del Valle del Guadalhorce, si bien en mayo de 2006 fueron excluidos los del segundo grupo tras haber aumentado los recursos en los embalses de los que se abastecen. En base a esa normativa, se prohibió la utilización de los recursos hídricos destinados al consumo humano para baldeo de calles, llenado de piscinas privadas, riego de jardines, parques públicos y privados, campos de golf, lavado de coches fuera de los establecimientos autorizados, fuentes ornamentales que no dispongan de circuito cerrado de agua, duchas y surtidores públicos. Igualmente, la Administración impulsó una serie de campañas de concienciación entre los grandes y medianos consumidores, que se centraron en los complejos hoteleros y en las empresas, donde se instalaron contadores volumétricos, con la obligación de facilitar informaciones cada mes. Para controlar que el agua destinada al consumo humano no se empleaba en el riego de las zonas verdes y en el llenado de las piscinas, la Agencia Andaluza del Agua, dependiente de al Consejería de Medio Ambiente, viene utilizando un sistema revolucionario, a partir de imágenes enviada vía satélite por el sensor Ikonos. Rafael Cuevas, subdirector de Planificación y Gestión de la Agencia Andaluza del Agua, recuerda que en el año 2006, a los pocos meses de entrar en vigor el Decreto de Sequía, se decidió utilizar la tecnología del satélite, con un sensor de precisión, «para detectar las piscinas y zonas verdes porque intuiamos que tenían un peso importante en la demanda de agua en la zona». Los primeros resultados, admite Rafael Cuevas, «dieron un margen de error que no nos satisfacía», y tuvo que ser en 2007, después de tres tomas distintas de imágenes, en marzo, junio y agosto, cuando se obtuvieron datos sumamente fiables. Una de las principales conclusiones es que las piscinas privadas que se encuentran en le zona afectada por el Decreto, más de 36.000, no suponen un consumo desorbitado de agua. Utilizan 2,5 hectómetros cúbicos al año, un porcentaje pequeño de los 100 hectómetros cúbicos que se destina a todos los usos. «Esos 2,5 hectómetros es una cantidad que no se puede despreciar, pero derrumba el mito de que las piscinas hipotecan la demanda de agua de boca», enfatiza el subdirector de Planificación de la Agencia. «Otra cosa son los jardines, parques y campos de golf, donde las demandas de agua son bastante más importantes», que se sitúan en casi 19 hectómetros cúbicos de los 100 globales, Así pues, el cumplimiento del Decreto de Sequía, verificado a través de un estricto seguimiento de los consumidores, concluye que el ahorro se sitúa entre el 15 y el 20 por ciento.