Cataluña levanta la emergencia pero no renuncia al trasvase.

Mié, 14/05/2008

El Periódico

Barcelona ha registrado en una semana las mayores precipitaciones de toda España, lo que ha permitido a la Generalitat rebajar la fase de excepcionalidad por sequía a partir del viernes y, por ejemplo, eliminará las restricciones para industrias y regantes, y permitirá a los ciudadanos llenar piscinas.
Sin embargo, la necesidad persiste y a primera hora de ayer llegó al puerto de la Ciudad Condal el primer buque con agua procedente del Camp de Tarragona. Las autoridades ya han advertido que no renunciarán a la ampliación del minitrasvase de Tarragona.
La capital catalana registró desde el pasado día 6 hasta el lunes lluvias de 138 litros por metro cuadrado. Este dato supuso el máximo de precipitaciones de toda España y aumentó en 3,3 puntos los hectómetros cúbicos de las cuencas internas de Cataluña. Por este motivo, el consejero de Medio Ambiente y Vivienda de la Generalitat, Francesc Baltasar, anunció que el viernes se abandonará la fase de excepcionalidad II para pasar a la I, en la que se encontraba desde el 4 de febrero. Esta situación implicaba restricciones para industrias y regantes e impedía a los usuarios usar agua de boca para regar jardines o llenar piscinas, pero Baltasar confía en que se mantendrá "el nivel de austeridad alcanzado", como señaló en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno y de la que informó Europa Press .
INGRESADOS Y ENFERMOS "Seguimos ingresados y todavía estamos enfermos de agua, nos faltan recursos hídricos para llegar a una situación normal, nos falta casi el doble de agua", añadió. Por ello, se mantendrán las medidas impulsadas, entre ellas el polémico minitrasvase del Ebro, y se reclama a ciudadanos y administraciones colaboración y "máxima prudencia". Hasta que se acaben las obras del trasvase, seguirán llegando barcos llenos de agua como el que ayer arribó a Barcelona. No obstante, los barcos serán la primera de las medidas a a eliminar en caso de reducirse el déficit hídrico por su elevado coste, de "53 millones de euros en tres meses", apuntó Baltasar, quien obvió que el coste es incluso menor que el de las tuberías. La prolongación del minitrasvase, de hecho, cuesta 180 millones de euros, y solo --en teoría-- para utilizarse durante nueve meses.
REACCIÓN DE CIU La situación está mejor, pero dista mucho de la perfección. A la llamada a la cautela de Baltasar se sumó también el presidente de CiU, Artur Mas, que instó a la Generalitat a "no bajar la guardia", porque la autonomía debe estar "preparada para siempre, no para cuando llueve o no llueve".
"Lo que está de nuestra mano es preparar al país para que, llueva más o llueva menos, tenga el agua que necesita para poder desarrollar equilibradamente y para que la gente que ha contribuido llevando agua al área metropolitana ahora se le pueda retornar también una parte del agua que a ellos les falta", explicó el líder de la oposición en el Parlamento de Cataluña quien en principio apoya la medida aunque preferiría la opción de trasvasar del Ródano.