Las lluvias mejoran el sistema Ter-Llobregat, que continúa en excepcionalidad
Sáb, 03/05/2008
Las lluvias caídas este pasado abril en Cataluña y el deshielo de la nieve acumulada durante el invierno han permitido la recuperación de las reservas de las cuencas catalanas del Ebro y han mejorado la situación de sequía del sistema Ter-Llobregat, aunque éste continúa en estado de excepcionalidad.
A fecha de hoy, el sistema del Ter-Llobregat, del que procede el agua que abastece la región metropolitana de Barcelona, se encuentra al 25% de su capacidad, mientras la cuenca cercana de la Muga se sitúa en el 23,4%, según datos facilitados por el departamento de Medio Ambiente de la Generalitat.
La situación actual hace que los valores de los embalses del Llobregat sean superiores puntualmente al umbral de salida de la excepcionalidad 1, pero el valor conjunto del umbral de salida para todo el sistema Ter-Llobregat aún no se ha superado, por lo que todos los municipios que pertenecen a cualquiera de las dos cuencas o que se abastecen de agua de ellas se mantienen en excepcionalidad 2.
Este nivel de excepcionalidad contempla la reducción del volumen de agua destinada a los regadíos del Baix Ter, la acequia de Manresa y el canal de la derecha del Llobregat, y la sustitución de las captaciones para riego de los regantes del margen derecho del Llobregat por agua regenerada.
Además, los ayuntamientos de estas zonas deben prohibir destinar agua potable para la prácticas de usos que no sean el abastecimiento doméstico, como es el agua de las piscinas o el riego de jardines particulares.
Las últimas precipitaciones han beneficiado especialmente a las cuencas del Ebro, que consiguen salir del escenario de excepcionalidad, junto con las del Garona y el Ridaura.
La consellería de Medio Ambiente ha subrayado, en un comunicado, que las lluvias de abril de este año se encuentran por debajo de la media histórica del atlas climático en la mayoría de las cuencas internas de Cataluña.
Además de recuperar ligeramente el estado de los embalses, los últimos episodios de lluvias han elevado la humedad superficial de los bosques y del suelo, lo que ha posibilitado la recarga de los acuíferos de cabecera, como en el caso del Llobregat.
De esta manera, las fuentes del Llobregat y Bastareny, que se nutren de las filtraciones de agua de la nieve y de las precipitaciones de todo el invierno, han contribuido a aumentar el caudal del río.
A fecha de hoy, el sistema del Ter-Llobregat, del que procede el agua que abastece la región metropolitana de Barcelona, se encuentra al 25% de su capacidad, mientras la cuenca cercana de la Muga se sitúa en el 23,4%, según datos facilitados por el departamento de Medio Ambiente de la Generalitat.
La situación actual hace que los valores de los embalses del Llobregat sean superiores puntualmente al umbral de salida de la excepcionalidad 1, pero el valor conjunto del umbral de salida para todo el sistema Ter-Llobregat aún no se ha superado, por lo que todos los municipios que pertenecen a cualquiera de las dos cuencas o que se abastecen de agua de ellas se mantienen en excepcionalidad 2.
Este nivel de excepcionalidad contempla la reducción del volumen de agua destinada a los regadíos del Baix Ter, la acequia de Manresa y el canal de la derecha del Llobregat, y la sustitución de las captaciones para riego de los regantes del margen derecho del Llobregat por agua regenerada.
Además, los ayuntamientos de estas zonas deben prohibir destinar agua potable para la prácticas de usos que no sean el abastecimiento doméstico, como es el agua de las piscinas o el riego de jardines particulares.
Las últimas precipitaciones han beneficiado especialmente a las cuencas del Ebro, que consiguen salir del escenario de excepcionalidad, junto con las del Garona y el Ridaura.
La consellería de Medio Ambiente ha subrayado, en un comunicado, que las lluvias de abril de este año se encuentran por debajo de la media histórica del atlas climático en la mayoría de las cuencas internas de Cataluña.
Además de recuperar ligeramente el estado de los embalses, los últimos episodios de lluvias han elevado la humedad superficial de los bosques y del suelo, lo que ha posibilitado la recarga de los acuíferos de cabecera, como en el caso del Llobregat.
De esta manera, las fuentes del Llobregat y Bastareny, que se nutren de las filtraciones de agua de la nieve y de las precipitaciones de todo el invierno, han contribuido a aumentar el caudal del río.