El cambio de uso de suelo en el Mediterráneo, origen de inundaciones en Europa

Mié, 30/04/2008

EFE

La pérdida de tormentas de verano en los últimos años en la cuenca del Mediterráneo, cuyo origen es el cambio del uso del suelo, ha traído como consecuencia un aumento de las temperaturas y de la contaminación atmosférica, así como un mayor número de inundaciones en los meses estivales en Centroeuropa.
"El vapor de agua que no se ha precipitado se desplaza a los países del centro de Europa y alimenta las inundaciones de verano", ha explicado a Efe el director ejecutivo del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM), Millán Millán, que ha destacado que actualmente los cambios de uso del suelo "son más importantes que los gases del efecto invernadero en el cambio climático".
Millán ha apuntado que desde la Comisión Europea, en la que comenzó a trabajar en 1974, se inició una investigación en 1993 para explicar la desaparición gradual de las tormentas veraniegas en la cuenca mediterránea y ha asegurado que los resultados "no han sido muy halagüeños".
Según el experto, el sellado de suelo de cultivo genera, además de la falta de absorción del agua de lluvia, que no se añada el vapor de aire necesario para "disparar" la tormenta de verano.
En la costa mediterránea se evaporan unos 14 gramos de agua de mar por metro cúbico de aire, pero en su recorrido al interior necesita un añadido de seis a diez gramos de agua más para que tenga lugar la tormenta, según indica Millán, que resalta que, al no producirse la precipitación, el vapor regresa a la costa.
El retorno lo hace con contaminantes atmosféricos y ozono troposférico, 47 y 200 veces, respectivamente, más eficientes que el dióxido de carbono (CO2) causante del llamado "efecto invernadero".
El vapor permanece varios días sobre el mar antes de desplazarse a los países del centro y del este de Europa y es el origen de un aumento de las temperaturas en la cuenca mediterránea, que ha pasado de registrar 27 grados centígrados a finales de agosto a los cerca de 35 grados sufridos en los últimos años en las mismas fechas.
La ausencia de precipitaciones en la costa provoca también un aumento de la salinidad del Mediterráneo, lo que perturba el paso de sistemas frontales y afecta a Portugal y la cornisa cantábrica, según el experto.
"Hay que alertar a Europa de que la cuenca mediterránea es una zona crítica que refleja los cambios climáticos antes que otros lugares y donde pequeñas perturbaciones repercuten en todo el continente", ha señalado Millán, que ha subrayado que la Comisión Europea ha invertido más de 280 millones de euros en el sexto y el séptimo programa marco de investigación sobre estas cuestiones.