Un estudio elaborado por científicos del CSIC prevé un descenso medio de las precipitaciones de casi un 15%

Jue, 17/04/2008

Málaga Hoy

El estudio del CSIC ha cuantificado la magnitud del cambio de temperaturas y lluvias entre 2070 y 2100.

Un equipo de científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) prevé un aumento térmico de entre 2,8 y 4 grados centígrados para finales de siglo.


El citado equipo ha cuantificado la magnitud del cambio de temperaturas y precipitaciones previsto para el periodo comprendido entre los años 2070 y 2100 en los Pirineos.


Para ello, analizaron la capacidad de seis modelos regionales de predicción para reproducir las condiciones climáticas observadas en la zona de 1960 a 1990, informó ayer en un comunicado el CSIC.


Los científicos prevén un aumento térmico de 2,8 grados centígrados en la cordillera pirenaica, con un escenario de emisión de gases medio-bajo, y 4 grados centígrados, con uno de emisión de gases medio-alto.


Respecto a las precipitaciones, el estudio indica un descenso medio de 10,7%, en el primer escenario de menor emisión de gases y 14,8%, en el supuesto de mayores emisiones.


'Los modelos usados resultaron, no obstante, menos precisos para pronosticar los futuros porcentajes de precipitación, dado que ésta es una variable más compleja y difícil de reproducir', agregó el Centro Superior de Investigaciones Científicas.


Los efectos del cambio climático sobre la temperatura serán más pronunciados al sur de la cordillera pirenaica, en la vertiente española, según el CSIC.


El verano será el periodo que más acusará las consecuencias del cambio de clima, tanto en el incremento térmico como en el descenso pluviométrico.


Para el primer autor del trabajo, el investigador del CSIC Juan Ignacio López-Moreno, 'los modelos proyectan un incremento térmico y un descenso de la precipitación de una magnitud suficientemente acusada para afectar de forma directa a la disponibilidad de agua, actividades económicas y ecología de la región'.


Sin embargo, 'la magnitud exacta de dichos cambios dependerá, en gran medida, de los niveles de emisión de gases de efecto invernadero que se emitan a la atmósfera en las próximas décadas en el planeta', agregó López-Moreno.


Las simulaciones desarrolladas bajo un escenario de emisión de gases medio-bajo reducen el incremento de las temperaturas entre un 20% y un 40%, y el descenso de la precipitación entre un 25% y un 40%, en comparación con las simulaciones con un nivel de emisiones de gas medio-alto.


Ello evidencia, según los autores, 'la importancia del modelo de desarrollo socieconómico que siga el planeta en las próximas décadas a la hora de acentuar o reducir los impactos futuros del cambio climático'.


'El Pirineo resulta una zona particularmente atractiva para realizar este tipo de estudios, dado que se trata de un sistema montañoso muy abrupto, que altera notablemente la trayectoria de las distintas masas de aire que circulan por la región, y recoge en unos pocos centenares de kilómetros un gradiente Atlántico-Mediterráneo completo', explicó López-Moreno.


'Simular el clima de este sector representa un gran reto para los modelos climáticos', indicó López-Moreno, que trabaja en el Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC), en Zaragoza.


Los científicos recuerdan, asimismo, que el Pirineo representa la principal área generadora de recursos hídricos de la Cuenca del Ebro, así como el refugio de una gran cantidad de especies animales y vegetales endémicas que podrían verse muy afectadas por cambios en el clima.


El nivel de los océanos podría subir tres veces más de lo previsto hasta la fecha, según los datos presentados durante la Asamblea General de la Unión Europea de Geociencias (EGU) que se celebra en Viena. Los nuevos cálculos, realizados por científicos del Laboratorio Oceanográfico Proudman (Reino Unido), indican que hasta 2100 el nivel del mar podría subir entre 0,8 y 1,5 metros, una previsión muy superior a los 79 centímetros máximos calculados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés). Este órgano establecido por la ONU en 1988, publicó en febrero de 2007 un estudio que vaticinaba que, a finales del presente siglo, la cota de los océanos podría elevarse en entre 18 y 59 centímetros, debido al creciente deshielo de los casquetes polares. Según el IPCC, esa cota podría elevarse incluso más, hasta los 79 centímetros, si los hielos permanentes de Groenlandia se derritieran a una velocidad proporcional a la del aumento de la temperatura del planeta. La nueva previsión, presentada por Simon Holgate y Svetlana Jevrejeva, es fruto del trabajo del Servicio Permanente de Medición del Nivel del Mar, que recoge desde 2003 información desde 2.000 centros de control en todo el mundo. Aparte de la desaparición de los hielos polares, la disolución de los glaciares tiene también un fuerte impacto en la subida del nivel oceánico. Si hace 50 años la extensión total de los glaciales equivalía a la superficie de Francia, Bélgica e Inglaterra, hoy día el equivalente a todo el territorio belga había desaparecido ya.