Las lluvias en Lleida recuperan los ríos y salvan las cosechas
Sáb, 12/04/2008
Justo a tiempo para salvar los cultivos de cereal y regar los campos resecos del invierno. Las lluvias de los últimos días han sido recibidas con júbilo en Lleida, donde muchos payeses ya daban las cosechas por perdidas y varias poblaciones estaban recibiendo, desde hacía más de una semana, agua potable procedente de camiones cisterna. Las precipitaciones, que en las mejores zonas de la provincia han superado los 100 litros por metro cuadrado en una semana, servirán al menos para que los acuíferos que habitualmente suministran a las localidades más afectadas --situadas entre la Segarra, el Pallars Jussà y el Alt Urgell-- empiecen a regenerarse. En cuanto a las necesitadas cuencas del Ter y el Llobregat, ayer vivieron por fin una jornada pasada por agua, aunque la satisfacción de ver llover fue mayor que las cantidades realmente recogidas, del orden de 10-20 litros por metro cuadrado.
Los regantes del canal de Urgell, que empezaron la campaña en marzo con reservas para 20 días, han visto cómo estas lluvias les daban un respiro. El embalse de Oliana (Alt Urgell), situado en la cuenca del Segre y del que se abastecen los payeses, almacenaba anoche 56,2 hectómetros cúbicos de agua, frente a los 48 con que contaba el lunes pasado. Eso significa que, en cuatro días, el pantano ha pasado de estar al 47,5% de su capacidad a alcanzar el 55,6%. El embalse de Llorenç de Montgai (Noguera), del que toma agua el canal auxiliar de Urgell, está al 93,8%.
UN ESPECTÁCULO En el Pirineo, que ayer registró nevadas moderadas, los ríos han empezado a experimentar ligeras crecidas. En apenas 48 horas, el Noguera Ribagorçana llegó a multiplicar por cinco el caudal a su paso por El Pont de Suert (Alta Ribagor- ça), mientras que el Noguera Pallaresa se aproximó de forma amenazadora al límite de su cauce en Sort (Pallars Sobirà). Fueron muchos los vecinos de la ciudad que se acercaron durante la tarde, cuando la lluvia lo permitió, hasta el parque fluvial de la población para contemplar la avenida del río, un fenómeno que llevaba ya unos años sin verse.
La esperada semana de la lluvia
se despidió con la jornada de precipitaciones más generales, pues abarcaron desde el Vall d'Aran hasta la Costa Brava y la propia ciudad de Barcelona, pero las cantidades recogidas tampoco fueron excepcionales, con máximos que rondaron los 20 litros, según el balance a las 22.30 del Servei Meteorològic de Catalunya. En cualquier caso, el paso de la borrasca ha sido muy positivo: las precipitaciones no arreglan el problema de la sequía, pero sí contribuirán a retrasar las medidas de ahorro más drásticas. Por poner un ejemplo, el máximo acumulado ha correspondido a una zona, el Port del Comte (113 litros), que desagua directamente sobre los embalses del Cardener, afluente del Llobregat. Ayer también llovió de forma copiosa en Ulldeter (24 litros), cuyas aguas van hacia el Ter, y lo mismo sucedió en Sant Pau de Segúries (18 litros).
En los próximos días no se esperan lluvias de importancia, pues se limitarán a chubascos aislados en el Pirineo, pero la inestabilidad parece querer perdurar por nuestras lares. La atmósfera anda revuelta y posiblemente lleguen nuevas precipitaciones a partir del jueves.