No tiene sentido sufrir restricciones por la sequía si se puede desalar agua del mar
Dom, 06/04/2008
Granadino de nacimiento, concretamente del pueblo alpujarreño de Bérchules, Miguel Torres está encantado de volver a su ciudad natal. Acaba de pasar unos días en Sierra Nevada, donde ha participado en las II Jornadas Técnicas de Telecontrol del Ciclo integral del Agua. Además de ser jefe del área de Calidad de Aguas del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), en estas conferencias organizadas por la Universidad de Granada Torres se encargó de la clausura del programa haciendo gala de sus conocimientos como experto en desalación marina.
-¿El proceso de desalación del agua es la mejor medida para hacer frente a la sequía dentro de España?
-La desalación es la alternativa más viable para abastecer a aquellos lugares que no tengan otros recursos hídricos, como nieve o ríos. Esto no quiere decir que el agua se esté acabando, sino que está mal distribuida a lo largo de la geografía. Una ciudad costera no puede decir que no tiene recursos hídricos y no tiene sentido que sufra restricciones de agua. Recientemente, en Canarias se ha adoptado una medida innovadora que pronto tendrá que acoger toda la Península. La población que vive por debajo de la cota de 300 metros se alimenta de agua desalada, esto ha hecho que se liberen recursos para que las personas del interior los puedan utilizar tanto para abastecimiento como para regadío.
-¿Y es esta la única alternativa?
-¿Alternativas de cara a la sequía? No existe otra a parte de la desalación o el trasvase y la primera es mucho más viable que la segunda. Es tan natural como puede ser el agua de la sierra o de la lluvia, pero ha de ser tratada para retirar el cloruro sódico. Por otro lado, el trasvase también tiene detractores que afirman que esta técnica perturba el curso de los ríos.
-Uno de los mayores problemas de las plantas desaladoras ha sido el enorme gasto de energía que producen. ¿Se sigue trabaja para reducirlo?
-El consumo energético bajó de una forma considerable al cambiar la tecnología con la que empezaron las plantas a principio de los años ochenta. Las nuevas plantas que empezaron a instalarse en los años noventa tenían un consumo específico de ocho kilovatios y con la modernización del sistema se ha reducido a tres. La próxima meta es llegar a 2,5 kilovatios.
-¿Es más cara el agua desalada?
-Lo explico con un ejemplo. Una persona puede gastar unos 200 litros de agua al día, 3 metros cúbicos al mes, si toda esa agua fuera desalada, la factura sólo se incrementaría en no más de un euro al mes. Por tanto, una ciudad puede pagar sin problemas el abastecimiento, como hace Palma de Mallorca, Lanzarote o Canarias. Pero lo que realmente importa es saciar la demanda, porque el desarrollo no se frena por el precio del agua. Nadie en Lanzarote hubiera dejado de tener un hotel porque el agua costara más cara que en La Coruña.
-¿Y para la agricultura?
-Es el agricultor el que tiene que pensarlo, pero hay que analizar que en todo el coste de la producción agrícola, el gasto del agua no llega ni al cinco por ciento, por tanto, la actividad de la agricultura se podrá mantener con agua desalada si el producto agrícola en cuestión lo puede rentabilizar. No es absurdo regar con este agua tomates o pepinos de primera calidad.
-Una de las desaladoras más importantes de Andalucía está en Almería, ¿esta planta se encuentra al día con todas las actualizaciones?
-Sí, la planta de Carboneras y la situada en Málaga se encuentran al cien por cien integradas con los últimos mecanismos. Se han mejorado los sistemas de bombeo y de recuperación de la energía residual. Por eso hemos pasado de los ocho kilovatios a los tres, a base de mejorar energéticamente todo el proceso mecánico: la bomba de alta presión, el motor y los sistemas de recuperación de energía. El mantenimiento, la limpieza química y el cambio de membranas han hecho que estas vivan más. El futuro de la mejora está en poder obtener membranas que extraigan la misma cantidad de agua trabajando con menos consumo energético.
Agua para Cataluña
-¿Y qué opina del transporte de agua desalada desde Almería hasta Cataluña? Hay colectivos en contra argumentando que la ciudad exportadora es considerada históricamente la más seca de España
-Es un planteamiento puntal originado por una situación de emergencia. No está previsto que en ningún momento se lleve agua de Carboneras a Barcelona como un sistema instalado. Es igual que si alguien tiene en casa una avería y va a pedirle un poco de agua a la vecina. Y es que el agua que se está llevando desde Almería hasta Cataluña no hace falta en esta ciudad andaluza, ni siquiera se está produciendo. Hay que poner a funcionar la desaladora para obtener el material. Cataluña tiene que solucionar su problema estructural con la desaladora que está en construcción, en el verano de 2009 Barcelona no tendrá problemas de agua porque su planta estará en funcionamiento. A finales de los noventa también se llevó agua de Tarragona a Palma de Mallorca, y desde Huelva a Ceuta.
-Por otro lado, recientemente Zapatero ha hecho pública su negativa al trasvase del río Segre a Barcelona para hacer frente a la sequía de esta ciudad. ¿Está de acuerdo con la postura del presidente del Gobierno?
-Sí, apoyo esta solución. Se ha optado por una medida que deja fuera a los trasvases por su elevado coste e impacto medioambiental. Si se trata de un trasvase puntual y de emergencia, puede hacerse, pero no como solución definitiva. Si en este año hidrológico hubiera estado previsto el trasvase en el antiguo plan, no podría haberse realizado, porque el Ebro no tenía agua. Sin embargo, una desaladora siempre aporta recursos, porque el mar no falla.
Contaminación
-Sin embargo, los ecologistas si están alarmados con el impacto medioambiental y hablan de que los residuos del agua salada, técnicamente llamados salmuera, perjudican a la diversidad marina cuando son arrojados de nuevo al mar.
-La desalación no aporta sal al mar, sólo devuelve la que hemos obtenido. Por tanto, lo que hacemos es que de un metro cúbico de agua que sacamos del mar, la mitad la obtenemos como agua dulce y la otra mitad es donde se concentran todas las sales que antes estaban en un metro cúbico. Pero claro, lo que hay que hacer es diluir esa masa de salmuera en una cantidad de agua de mar mayor. Cuando hay una evaporización natural, también se produce una concentración de sal, porque el agua sube y la sal se queda. Así que, lo que estamos haciendo no tiene el mínimo efecto sobre la flora ni la fauna marina si se hace correctamente. España es el país mas avanzado en las tecnologías de desalación y somos los primero en detectar el posible efecto negativo que de una forma muy localizada podría tener un vertido de salmuera incontrolado. Se ha descubierto como distribuirla para no que no haya este incremento de salinidad en el entorno. Y de hecho, algunos ecologistas lo que quieren es que se sigan estos procedimientos y no se vierta la sal de una forma bruta.
-También hablan de la alta emisión de dióxido de carbono
-Las desaladoras no emiten emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, lo que puede emitirlo es la generación de la energía eléctrica responsable de que funcione la planta, pero igual que puede hacerlo la iluminación eléctrica de un edificio. No es una contaminación específica. El dióxido de carbono que un coche pueda emitir a la atmósfera por seis litro de gasolina equivale a lo emitido por una deseadora para producir la cantidad de agua una persona puede gastar en dos meses. Lo que hay que conseguir es que las emisiones de dióxido de carbono por cada kilovatio producido seas cada vez menor.
-¿El proceso de desalación del agua es la mejor medida para hacer frente a la sequía dentro de España?
-La desalación es la alternativa más viable para abastecer a aquellos lugares que no tengan otros recursos hídricos, como nieve o ríos. Esto no quiere decir que el agua se esté acabando, sino que está mal distribuida a lo largo de la geografía. Una ciudad costera no puede decir que no tiene recursos hídricos y no tiene sentido que sufra restricciones de agua. Recientemente, en Canarias se ha adoptado una medida innovadora que pronto tendrá que acoger toda la Península. La población que vive por debajo de la cota de 300 metros se alimenta de agua desalada, esto ha hecho que se liberen recursos para que las personas del interior los puedan utilizar tanto para abastecimiento como para regadío.
-¿Y es esta la única alternativa?
-¿Alternativas de cara a la sequía? No existe otra a parte de la desalación o el trasvase y la primera es mucho más viable que la segunda. Es tan natural como puede ser el agua de la sierra o de la lluvia, pero ha de ser tratada para retirar el cloruro sódico. Por otro lado, el trasvase también tiene detractores que afirman que esta técnica perturba el curso de los ríos.
-Uno de los mayores problemas de las plantas desaladoras ha sido el enorme gasto de energía que producen. ¿Se sigue trabaja para reducirlo?
-El consumo energético bajó de una forma considerable al cambiar la tecnología con la que empezaron las plantas a principio de los años ochenta. Las nuevas plantas que empezaron a instalarse en los años noventa tenían un consumo específico de ocho kilovatios y con la modernización del sistema se ha reducido a tres. La próxima meta es llegar a 2,5 kilovatios.
-¿Es más cara el agua desalada?
-Lo explico con un ejemplo. Una persona puede gastar unos 200 litros de agua al día, 3 metros cúbicos al mes, si toda esa agua fuera desalada, la factura sólo se incrementaría en no más de un euro al mes. Por tanto, una ciudad puede pagar sin problemas el abastecimiento, como hace Palma de Mallorca, Lanzarote o Canarias. Pero lo que realmente importa es saciar la demanda, porque el desarrollo no se frena por el precio del agua. Nadie en Lanzarote hubiera dejado de tener un hotel porque el agua costara más cara que en La Coruña.
-¿Y para la agricultura?
-Es el agricultor el que tiene que pensarlo, pero hay que analizar que en todo el coste de la producción agrícola, el gasto del agua no llega ni al cinco por ciento, por tanto, la actividad de la agricultura se podrá mantener con agua desalada si el producto agrícola en cuestión lo puede rentabilizar. No es absurdo regar con este agua tomates o pepinos de primera calidad.
-Una de las desaladoras más importantes de Andalucía está en Almería, ¿esta planta se encuentra al día con todas las actualizaciones?
-Sí, la planta de Carboneras y la situada en Málaga se encuentran al cien por cien integradas con los últimos mecanismos. Se han mejorado los sistemas de bombeo y de recuperación de la energía residual. Por eso hemos pasado de los ocho kilovatios a los tres, a base de mejorar energéticamente todo el proceso mecánico: la bomba de alta presión, el motor y los sistemas de recuperación de energía. El mantenimiento, la limpieza química y el cambio de membranas han hecho que estas vivan más. El futuro de la mejora está en poder obtener membranas que extraigan la misma cantidad de agua trabajando con menos consumo energético.
Agua para Cataluña
-¿Y qué opina del transporte de agua desalada desde Almería hasta Cataluña? Hay colectivos en contra argumentando que la ciudad exportadora es considerada históricamente la más seca de España
-Es un planteamiento puntal originado por una situación de emergencia. No está previsto que en ningún momento se lleve agua de Carboneras a Barcelona como un sistema instalado. Es igual que si alguien tiene en casa una avería y va a pedirle un poco de agua a la vecina. Y es que el agua que se está llevando desde Almería hasta Cataluña no hace falta en esta ciudad andaluza, ni siquiera se está produciendo. Hay que poner a funcionar la desaladora para obtener el material. Cataluña tiene que solucionar su problema estructural con la desaladora que está en construcción, en el verano de 2009 Barcelona no tendrá problemas de agua porque su planta estará en funcionamiento. A finales de los noventa también se llevó agua de Tarragona a Palma de Mallorca, y desde Huelva a Ceuta.
-Por otro lado, recientemente Zapatero ha hecho pública su negativa al trasvase del río Segre a Barcelona para hacer frente a la sequía de esta ciudad. ¿Está de acuerdo con la postura del presidente del Gobierno?
-Sí, apoyo esta solución. Se ha optado por una medida que deja fuera a los trasvases por su elevado coste e impacto medioambiental. Si se trata de un trasvase puntual y de emergencia, puede hacerse, pero no como solución definitiva. Si en este año hidrológico hubiera estado previsto el trasvase en el antiguo plan, no podría haberse realizado, porque el Ebro no tenía agua. Sin embargo, una desaladora siempre aporta recursos, porque el mar no falla.
Contaminación
-Sin embargo, los ecologistas si están alarmados con el impacto medioambiental y hablan de que los residuos del agua salada, técnicamente llamados salmuera, perjudican a la diversidad marina cuando son arrojados de nuevo al mar.
-La desalación no aporta sal al mar, sólo devuelve la que hemos obtenido. Por tanto, lo que hacemos es que de un metro cúbico de agua que sacamos del mar, la mitad la obtenemos como agua dulce y la otra mitad es donde se concentran todas las sales que antes estaban en un metro cúbico. Pero claro, lo que hay que hacer es diluir esa masa de salmuera en una cantidad de agua de mar mayor. Cuando hay una evaporización natural, también se produce una concentración de sal, porque el agua sube y la sal se queda. Así que, lo que estamos haciendo no tiene el mínimo efecto sobre la flora ni la fauna marina si se hace correctamente. España es el país mas avanzado en las tecnologías de desalación y somos los primero en detectar el posible efecto negativo que de una forma muy localizada podría tener un vertido de salmuera incontrolado. Se ha descubierto como distribuirla para no que no haya este incremento de salinidad en el entorno. Y de hecho, algunos ecologistas lo que quieren es que se sigan estos procedimientos y no se vierta la sal de una forma bruta.
-También hablan de la alta emisión de dióxido de carbono
-Las desaladoras no emiten emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera, lo que puede emitirlo es la generación de la energía eléctrica responsable de que funcione la planta, pero igual que puede hacerlo la iluminación eléctrica de un edificio. No es una contaminación específica. El dióxido de carbono que un coche pueda emitir a la atmósfera por seis litro de gasolina equivale a lo emitido por una deseadora para producir la cantidad de agua una persona puede gastar en dos meses. Lo que hay que conseguir es que las emisiones de dióxido de carbono por cada kilovatio producido seas cada vez menor.