Montilla pide 'solidaridad' a los regantes de Lleida y llama a no iniciar una 'guerra del agua'

Jue, 03/04/2008

Europa Press

El presidente de la Generalitat, José Montilla, pidió hoy "solidaridad" a los catalanes con sus "compatriotas", advirtiendo de que, aunque "todo el mundo tiene derecho a disponer de agua para su actividad, antes hay otro derecho más sagrado, que es tener agua de boca y a nadie se le puede negar", aludiendo así especialmente a los regantes de Lleida que se resisten a un trasvase puntual del Segre hacia el área metropolitana de Barcelona.


Montilla reclamó que no se inicie una "absurda guerra del agua entre los catalanes", y advirtió de que la Generalitat no permitirá que "nadie ponga en riesgo la cohesión del país". "Sólo faltaría que, después del ejemplo extraordinario que están dando los ciudadanos --con su ahorro de agua--, ahora nos liáramos en una nueva batalla estéril sobre el agua", alertó, dirigiéndose también a los grupos políticos.


En la sesión de control al presidente catalán en el pleno del Parlament, Montilla aseveró que la captación temporal de agua del Segre, "si se ha de hacer se hará", y que el Govern no tendrá "miedo de tomar medidas que puedan disgustar a sectores o colectivos".


"Porque estoy seguro de que ningún catalán, viva donde viva, quiere para otro compatriota lo que no quiere para él. Por eso haremos juntos lo que sea necesario, hoy por mí y mañana por tí", recalcó.


Para afrontar la situación de emergencia que podría darse en otoño en Barcelona si sigue sin llover, Montilla aseguró que su Govern "evidentemente está contemplando y estudiando todas las posibles opciones", entre ellas también la compra de agua a los regantes de la cuenca hidrográfica del Ebro, tal como le preguntó el presidente de CiU, Artur Mas, en el hemiciclo.


En su réplica, Mas se mostró dispuesto a "hablar" de esta opción, en la reunión que ambos líderes deben mantener el lunes sobre la sequía, pero recordó a Montilla que "la solidaridad es de doble dirección". Así, el líder de CiU remarcó que "si se va a comprar agua" a los regantes de alguna parte del territorio, se debe tener solidaridad también con ellos, realizando las "inversiones pendientes que no se han hecho en los últimos cuatro años".


"NO HAY CAMBIO DE RUMBO" ESTRUCTURAL.


Montilla rechazó, en cambio, el trasvase del Ródano que defiende CiU como apuesta estructural de la Generalitat en su política del agua y, aunque dijo estar dispuesto a "analizar todas las propuestas", aseguró que su Govern no se está replanteando un cambio de política hidráulica y sigue pensando que su apuesta por las desalinizadoras "es la correcta".


Aun así, admitió que "en situaciones extremas de falta de lluvia en el futuro, serán necesarias otras medidas además de las desalinizadoras para garantizar, no sólo el abastecimiento de agua, sino la seguridad de éste".


Remarcó que la apuesta del Govern sigue pasando por la desalinizadora del Delta del Llobregat que entrará en funcionamiento en abril de 2009, la desalinizadora de Tordera, a la que se ha adjudicado una ampliación, y la de Garraf-Penedès, que se prevé que esté finalizada en 2012.


Montilla replicó también a las peticiones de Mas para que el Govern corresponda a la solidaridad del territorio con más inversiones y alegó: "La inmensa mayoría de ciudadanos catalanes tiene muy claro que la solidaridad no es exclusivamente aquellas que otros han de tener conmigo y no yo con ellos".


A preguntas también de Mas, Montilla reconoció que él mismo y el Gobierno central tenían "conocimiento" desde hace tiempo de que el trasvase puntual del Segre era una medida que "se tendría que aplicar" si persistía la sequía hasta después del verano.


Una sinceridad que Mas agradeció, acusando a su vez al conseller de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, de haber "mentido en sede parlamentaria" al negar que se estuviera estudiando hacer un trasvase del Segre. Mas reprochó a Baltasar que haya "prostituido el lenguaje y mangoneado con las palabras" para negar un trasvase alegando que se trataba de una captación temporal.