Barreda critica que se defienda el trasvase Tajo-Segura y no el del Ebro y dice que el primero 'funciona con opacidad'

Vie, 28/03/2008

Europa Press

El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha, José María Barreda, no acepta que se defienda el trasvase Tajo-Segura y se esté "sin embargo en contra del trasvase del Ebro", una distinción que no le parece "coherente". Además, aseguró que el primero "funciona con tal opacidad" que en su Comunidad se desconoce "a dónde va el agua".


En declaraciones a Onda Cero, recogidas por Europa Press, el dirigente socialista abogó hoy por hacer "un esfuerzo coherente en política hidrológica nacional" y aceptó que se cumpla la ley, que prevé el trasvase del Tajo al Segura, pero aclaró que como presidente de Castilla-La Mancha no acepta "el discurso antitrasvasista en unos casos y que, en otros, se mire para otro lado".


Barreda precisó además que mientras el trasvase manchego se realiza en la cabecera del río, "lo que afecta más a toda la cuenca", la del Ebro está prevista en la desembocadura. "No lo acepto intelectualmente y, políticamente, lo rechazo frontalmente", insistió.


También exigió que, en cumplimiento de esa misma ley del Tajo-Segura, se permita a la cuenca cedente de agua tener prioridad sobre la cuenca receptora. "Quiero hacer uso de esa prioridad no por capricho sino por necesidad. Necesitamos el agua, no hay agua para ellos y nosotros, nosotros tenemos preferencia y tenemos que usar esa preferencia", subrayó.


Barreda se refirió en este contexto al trasvase de 39 hectómetros cúbicos de agua recomendado por la Comisión del trasvase Tajo-Segura, para su aprobación por el Consejo de Ministros. "Yo no seré el español que le niegue a otros españoles el agua para beber cuando la necesiten de manera apremiante. Ahora bien, ese trasvase funciona con tal opacidad que nunca sabemos a dónde va finalmente ese agua y nadie nos garantiza que va sólo para beber. No nos los garantiza el Ministerio de Medio Ambiente, ni la Confederación del Segura, ni los regantes de Murcia. Nadie", censuró.


El presidente autonómico tachó de "poco seria" la aprobación de este trasvase mientras los embalses de Entrepeñas y Buendía se encuentran, dijo, "en los niveles más bajos desde que se hicieron". "Y mientras nosotros nos esforzamos, mientras nos niegan concesiones de agua para algunos pueblos de Castilla-La Mancha y para regadío, que otros no hagan ningún sacrificio, no me parece razonable. Incluso están boicoteando las desaladoras, una alternativa de la que ellos disponen y nosotros no", añadió, refiriéndose a las comunidades valenciana y murciana.


A su juicio, la postura de ambas regiones es "un poco suicida" porque rechazan las desaladoras, en su opinión, "para forzar sus planteamientos, básicamente, el trasvase del Ebro". "Eso a medio y largo plazo me parece casi suicida, porque van a poner a sus paisanos en tesitura casi peligrosa", agregó.


El presidente de la Junta de Castilla-La Mancha defendió la política del agua de su Gobierno, con medidas como el Plan del Alto Guadiana, dirigido a ahorrar agua y recuperar los acuíferos subterráneos que han sido "sobreexplotados" y se encuentran "al borde de una verdadera catástrofe medioambiental". "Mientras nosotros hacemos un plan para ahorrar agua, otros deberían hacer esfuerzos similares", reiteró.