Las últimas lluvias y nevadas no impiden un nuevo descenso del nivel embalses

Jue, 27/03/2008

EFE

Las lluvias y nevadas que han caído en los últimos días en Cataluña, principalmente en las comarcas pirenaicas, no han sido suficientes para detener el descenso del nivel de los embalses de las cuencas internas, que se encuentran al 21,24 por ciento de su capacidad máxima, la mitad que hace un año.
Según la Agencia Catalana del Agua (ACA), los pantanos catalanes acumulan hoy 147,5 hectómetros cúbicos de agua, poco más de una cuarta parte de su volumen máximo, que es de 694,45 hectómetros cúbicos.
El ritmo de disminución de las reservas embalsadas ha sido más suave en las últimas semanas debido al deshielo y los diversos episodios de lluvia que se han registrado, que han sido insuficientes para aliviar la situación de extrema sequía que sufre Cataluña, la más grave de los últimos setenta años.
Por el momento, las medidas adoptadas por las distintas administraciones catalanas han permitido alejar hasta el otoño el fantasma de los cortes de suministro doméstico de agua en el área de Barcelona, gracias, principalmente, a la reducción de la demanda y la recuperación de acuíferos en desuso.
En cualquier caso, Cataluña se encuentra a sólo unas semanas de entrar en situación de emergencia 1, la más grave de las previstas, que se activará cuando haya entre un 15 y un 20 por ciento de reservas embalsadas.
Los pantanos están actualmente al 21,24 por ciento de su máximo nivel.
Para evitar llegar a aplicar cortes en el suministro doméstico, la Generalitat prevé traer hasta Barcelona agua potable procedente de la desaladora de Carboneras, en Almería, así como de otros posibles destinos como Tarragona o Marsella.
La llegada de los barcos que transportarán este agua ha obligado a adecuar tanto el puerto de Carboneras como el de Barcelona, donde las obras avanzan según la planificación prevista y estarán operativas a finales de abril.
El departamento de Medio Ambiente, por otro lado, ha reconocido que se plantea la posibilidad de trasvasar agua del río Segre a la cuenca del Llobregat a partir de otoño y por un período máximo de ocho meses.
La posibilidad de captar agua del Segre para abastecer la región metropolitana de Barcelona ha generado el rechazo frontal de las instituciones leridanas, entre ellas la Diputación que preside Jaume Gilabert, de ERC, el sindicato Unió de Pagesos y muchos de los ayuntamientos de la zona.
El Gobierno central, por el momento, no ha recibido ninguna petición formal por parte de la Generalitat para trasvasar agua del río Segre al Llobregat, aunque se ha mostrado dispuesto a estudiar esta opción, como último recurso, en caso de que persista la sequía, según ha afirmado hoy la ministra de Medio Ambiente en funciones, Cristina Narbona.