¿Plagio del PHN?

Dom, 23/03/2008

ABC

Barcelona necesita una aportación mínima de 110 hectómetros cúbicos de agua al año para solucionar su déficit hídrico. El derogado Plan Hidrológico Nacional (PHN) contemplaba el proyecto de proveer a la red de Barcelona unos 190 hectómetros cúbicos desde el Ebro. Esta es una de las actuaciones que el Gobierno del PP había previsto para Cataluña y que se enmarcaba en el gran proyecto de trasvase del Ebro —1.050 hectómetros cúbicos al año— cuya toma estaría en Tortosa (Tarragona) y que permitiría solucionar los déficits de las cuencas del litoral mediterráneo y del sur. El principal argumento a favor de ese proyecto era su menor coste respecto a la toma de agua, 50 pesetas el metro cúbico frente a las 66 pesetas que costaría el trasvase del Tajo o las 70 del Duero. El Ministerio de Medio Ambiente, dirigido por Jaume Matas, planteó en 2000 al Consejo Nacional del Agua tres propuestas de abastecimiento de las cuencas catalanas que contemplaría el PHN y que, como se sabe, sería derogado por el Gobierno del PSOE. Y curiosamente, dos de ellas coinciden con los proyectos que podría estar estudiando el Gobierno catalán: el trasvase bajo Ebro-Llobregat y el del Segre. El tercero correspondía al trasvase del Ródano, posibilidad que nunca se ha concretado porque depende de la autorización del Gobierno francés. El PP sugería la captación de aguas del Segre para su posterior distribución en el área metropolitana de Barcelona al entender que este río leridano disponía de recursos suficientes y permitiría unir ambas zonas catalanas. Pero el Gobierno popular se decantaba por el trasvase del Ebro, que además de tener excedentes suficientes no exigiría obras en la cuenca, por lo que los costes y el impacto ambiental serían menores. Para ello, sería necesario prolongar la conducción del minitrasvase del Ebro que ya existe y que abastece el campo de Tarragona. Alargar el minitrasvase Este minitrasvase llega hasta la población tarraconense de Cunit y está gestionado por el Consorcio de Aguas de Tarragona. Por su parte, la red de Aguas Ter-Llobregat finaliza en Cubelles (Barcelona). Ambos puntos están separados por apenas trece kilómetros. Los expertos aseguran ahora que esta solución es mucho menos gravosa y perjudicial que desalar agua del mar, y que la interconexión de ambas redes, unidas a la modernización de los regadios del Segre, permitiría recuperar fácilmente unos 150 hectómetros cúbicos al año. De éstos, se podría retornar fácilmente la mitad al Segre y enviar el resto hacia el área de Barcelona. El trasvase es, además, una solución más barata que la construcción de la gran desaladora que la Generalitat de Cataluña proyecta instalar en el Llobregat. Se calcula que una planta de este tipo consume 3,51 kwh por metro cúbico, mientras que el consumo de agua previsto en el derogado PHN es de unos 2,6 kwh por metro cúbico. Así una desalanizadora de agua marina que produzca un volumen diario de 60.000 metros cúbicos necesitará una inversión de 770 euros por metro cúbico al día.