Investigadores del grupo de Diseño, Automatización y Control de Riegos e Invernaderos de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) están desarrollando un sistema de sombreo para embalses con el que podrá reducir hasta un 80% las pérdidas debidas a la evaporación de agua.
El sistema, que se ensaya en la finca Tomás Ferro, además del ahorro, mejorara la calidad del agua, según señaló hoy el director del proyecto, Victoriano Martínez Álvarez, profesor del área de Ingeniería Agroforestal.
Las 15.000 balsas de riego existentes en la cuenca del Segura pierden hasta 60 millones de metros cúbicos de agua al año a consecuencia de la evaporación, según un estudio realizado por los investigadores.
Esta cantidad equivale a más del 25 por ciento del agua destinada actualmente a consumo urbano en la cuenca, según apunta el director de la investigación.
El grupo de investigación participa, junto a la empresa granadina Atarfil, en el desarrollo y evaluación de un sistema que emplea coberturas porosas especialmente diseñadas para el sombreo de embalses, denominado Atarsun.
Los ensayos se encaminan ahora a contrastar esta reducción a escala real y a evaluar otros beneficios adicionales relacionados con la calidad del agua para riego: reducción de la salinidad y de las necesidades de filtrado en riego localizado.
En la actualidad, el empleo de técnicas reductoras de la evaporación en balsas de riego es prácticamente inexistente, dado que se desconoce su eficiencia y viabilidad económica.
Los resultados de este estudio, junto con las líneas de ayudas promovidas por la Administración regional, pueden suponer el impulso definitivo para la generalización del uso de estas coberturas, así como una notable mejora en la eficiencia del manejo de los recursos hídricos agrícolas en la Región, según Martínez.
Los investigadores harán el seguimiento científico del comportamiento de la cobertura de sombreo experimental durante el año 2008. El embalse de la finca Tomás Ferro tiene una capacidad de 10.000 metros cúbicos, ocupa una superficie de 2.500 metros cuadrados y tiene una profundidad de 5 metros.
La investigación, que está financiada por Atarfil y el Ministerio de Educación y Ciencia, se desarrollará en dos años.
La inversión en esta innovación tecnológica ronda los 45.000 euros, de los que 30.000 corresponden a la cobertura y 15.000 a las obras de acondicionamiento necesarias para su anclaje perimetral sobre la balsa.
Se trata de una infraestructura con una vida útil de 15 años, que quedará para el beneficio de los investigares que utilizan la Finca y que supone un avance tecnológico propio de esta Estación Experimental, según Victoriano Martínez.