Un profesor de la UJI recuerda que en la parte final del Ebro sólo el metro y medio superior es agua dulce
Vie, 08/02/2008
El catedrático de Análisis Geográfico y director del Laboratorio de Climatología de la UJI, José Quereda, recordó hoy que en la parte final del Ebro sólo el metro y medio superior es agua dulce.
En relación a la posibilidad apuntada por el presidente del partido y vicepresidente del Gobierno de Aragón, José Angel Biel, de que se captaran aguas en el mediterráneo, en las cercanías de la desembocadura del Ebro, y fuera de su cuenca, Quereda, aunque advirtió de que no conocía de primera mano las manifestaciones de Biel, aseguró que el Ebro lleva un metro y medio de agua dulce en la parte superior y el agua que entra del mar es la que va por debajo del rio.
El Ebro, manifestó, tiene un caudal de 450 ó 500 metros cúbicos por segundo en Amposta, pero en la parte final, sólo el metro y medio superior es el agua dulce, el resto es la intrusión marina, afirmó.
El profesor Quereda se pronunció en estos términos en la presentación de los resultados preliminares del estudio de la Universidad Jaume I de Castellón (UJI) sobre el cambio climático y su incidencia en los recursos hídricos disponibles en las cuencas del Júcar y del Segura realizado por un convenio con la Fundación Agua y Progreso.
Quereda, director del equipo científico que lleva a cabo el estudio, indicó que el trabajo, titulado 'Evaluación del cambio climático y su incidencia en los recursos hídricos disponibles en las cuencas del Júcar y del Segura en el horizonte de los años 2030-2050', tratará de aportar los efectos que sobre la intensificación del ciclo hidrológico han podido ser observados y analizados en las Cuencas del Júcar y del Segura bajo condiciones climáticas contrastadas.
Asimismo, explicó que la cartografía geoestadística obtenida permite afirmar que en un escenario climático con un aumento térmico de tan sólo 1 ºC, la reducción de los recursos hídricos disponibles sobre la Cuenca del Júcar y el Segura sería de al menos un 15 por ciento, reducción que implicaría mayor severidad a medida que las condiciones climáticas se endurezcan.
El profesor apostó por la creación de un "sistema arterial" que permita distribuir las aguas que captan las cimas y la administración, dijo, debe hacer que sea "lógico" y "respetuoso con el medioambiente". Sobre la desalación, señaló que en todo caso es un sistema "complementario" y se mostró partidario de poner en el entorno "cuantas menos máquinas, mejor", porque ecológicamente es "mucho más impactante".
OBSERVADORES NATURALES
Para el desarrollo de este estudio, el equipo científico encabezado por el profesor Quereda realiza un tratamiento estadístico de las series climáticas temporales obtenidas en el medio centenar de observatorios con más de 50 años que componen la red regional.
Asimismo, se usarán diez observatorios de estaciones automáticas de meteorología que la UJI tiene excepcionalmente ubicados tanto en medio marino como en cimas alejadas de toda influencia humana.
En relación a la posibilidad apuntada por el presidente del partido y vicepresidente del Gobierno de Aragón, José Angel Biel, de que se captaran aguas en el mediterráneo, en las cercanías de la desembocadura del Ebro, y fuera de su cuenca, Quereda, aunque advirtió de que no conocía de primera mano las manifestaciones de Biel, aseguró que el Ebro lleva un metro y medio de agua dulce en la parte superior y el agua que entra del mar es la que va por debajo del rio.
El Ebro, manifestó, tiene un caudal de 450 ó 500 metros cúbicos por segundo en Amposta, pero en la parte final, sólo el metro y medio superior es el agua dulce, el resto es la intrusión marina, afirmó.
El profesor Quereda se pronunció en estos términos en la presentación de los resultados preliminares del estudio de la Universidad Jaume I de Castellón (UJI) sobre el cambio climático y su incidencia en los recursos hídricos disponibles en las cuencas del Júcar y del Segura realizado por un convenio con la Fundación Agua y Progreso.
Quereda, director del equipo científico que lleva a cabo el estudio, indicó que el trabajo, titulado 'Evaluación del cambio climático y su incidencia en los recursos hídricos disponibles en las cuencas del Júcar y del Segura en el horizonte de los años 2030-2050', tratará de aportar los efectos que sobre la intensificación del ciclo hidrológico han podido ser observados y analizados en las Cuencas del Júcar y del Segura bajo condiciones climáticas contrastadas.
Asimismo, explicó que la cartografía geoestadística obtenida permite afirmar que en un escenario climático con un aumento térmico de tan sólo 1 ºC, la reducción de los recursos hídricos disponibles sobre la Cuenca del Júcar y el Segura sería de al menos un 15 por ciento, reducción que implicaría mayor severidad a medida que las condiciones climáticas se endurezcan.
El profesor apostó por la creación de un "sistema arterial" que permita distribuir las aguas que captan las cimas y la administración, dijo, debe hacer que sea "lógico" y "respetuoso con el medioambiente". Sobre la desalación, señaló que en todo caso es un sistema "complementario" y se mostró partidario de poner en el entorno "cuantas menos máquinas, mejor", porque ecológicamente es "mucho más impactante".
OBSERVADORES NATURALES
Para el desarrollo de este estudio, el equipo científico encabezado por el profesor Quereda realiza un tratamiento estadístico de las series climáticas temporales obtenidas en el medio centenar de observatorios con más de 50 años que componen la red regional.
Asimismo, se usarán diez observatorios de estaciones automáticas de meteorología que la UJI tiene excepcionalmente ubicados tanto en medio marino como en cimas alejadas de toda influencia humana.