Arranca el peor año de la historia del Segura, con un 40% menos de agua que el anterior

Lun, 10/12/2007

ABC

El peor año de la historia desde que existen registros oficiales. La cuenca del Segura ha entrado en un nuevo ejercicio hidrológico —se inició el pasado 1 de octubre— con las aportaciones de agua más pobres que se recuerdan. En los pantanos de la cuenca ha entrado en los dos últimos meses casi un 40% menos de agua que el año anterior, que ya fue desastroso. Las luces de alarma se han vuelto a encender ante lo que sin duda —y si el cielo no lo remedia— es el cuarto año de sequía. El Ministerio de Medio Ambiente está estudiando de nuevo restricciones para los regadíos y el agua embalsada en la península queda en reserva casi exclusiva para los abastecimientos. Están garantizados hasta la primavera. Las prometedoras lluvias de octubre en la cuenca del Segura, que hacían presagiar el fin de la sequía, han quedado a estas alturas como un espejismo. Los miembros de la Junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) tomaron nota el martes pasado de la grave situación. Entre octubre y noviembre tan sólo han entrado en los pantanos de la cuenca 19 hectómetros cúbicos —el equivalente a 20 campos de fútbol—, frente a los 31 del mismo periodo del año pasado, que ya fue malo. Peor año «Si se mantiene esta proyección nos enfrentamos al peor año de la historia de la Confederación Hidrográfica», señala el presidente de este organismo, José Salvador Fuentes Zorita. Las demandas propias de la cuenca del Segura, sin incluir los desembalses del Tajo, rondan los 600 hectómetros cúbicos anuales. Se trata de unas necesidades imposibles de satisfacer con los recursos propios del Segura, dado que en este ciclo de sequía las aportaciones totales no han sobrepasado los 170 hectómetros en el cómputo de doce meses. Las cifras de este otoño, significativamente peores, revelan que crece el déficit estructural del Segura. Pocos dudan en atribuir esta penuria hidrológica al cambio climático, puesto que hace 18 años así lo advirtió el director técnico de la CHS, Joaquín Ezcurra, en el Congreso Internacional de Grandes Presas celebrado en Viena. Antes del año 1980, la media de aportaciones del Segura alcanzaba los 533 hectómetros al año. En el actual puede que no se llegue a los 150. La situación en la cabecera del Tajo no es mejor. Tampoco se libra del desastre y las aportaciones han descendido un 35% respecto del año pasado. Los embalses de Entrepeñas y Buendía almacenan ahora 330 hectómetros y sólo han recogido en este otoño 45 hectómetros (70 el periodo anterior). Peticiones de regantes Con este panorama, es muy difícil que el Consejo de Ministros pueda satisfacer las peticiones de los regantes del Trasvase para los tres primeros meses del año, dado que hay que atender primero a los abastecimientos, que necesitarán unos 36 hectómetros de los excedentes disponibles. Si se pretende, además, mantener una reserva estratégica para el próximo verano, el desembalse para los regadíos será más que improbable, salvo que empiece a llover a punta de pala en primavera. Los regantes, que lideran el Comité de Crisis de la Sequía, se reunirán el día 20 en Madrid con la vicepresidenta primera Fernández de la Vega y las ministras de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Espinosa y Cristina Narbona, respectivamente, a las que piensan solicitar que se autorice el máximo que permiten las reglas de explotación del acueducto en estos casos, de 23 hectómetros por mes para todos los usos. En enero El Ministerio de Medio Ambiente confía en que la desalinizadora de Valdelentisco (Cartagena) entre en producción en enero. Ahora está en fase de pruebas. Producirá 20 hectómetros anuales para los abastecimientos y 37 para los regadíos de la zona, que deben comprar el agua a un precio final de 50 céntimos el metro cúbico.