El periodo de mayo a octubre de 2007 ha sido el más seco de últimos once años
Sáb, 01/12/2007
El periodo de mayo a octubre de 2007 ha sido el más seco de los últimos once años en la cuenca del Ebro, lo que ha generado una situación de sequía climática que ha obligado a la Comisión Permanente de Seguimiento de la Sequía del Ebro, reunida hoy en Zaragoza, a adoptar medidas de ahorro.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), José Luis Alonso, compareció en rueda de prensa para explicar las medidas de ahorro que deben adoptar los usuarios ante esta situación de sequía climática, pero no hidrológica.
Los abastecimientos a los núcleos importantes de población están "totalmente garantizados" pero sí podría haber problemas, reconoció Alonso, en núcleos pequeños que se abastecen de acuíferos superficiales.
Las medidas de ahorro fueron adoptadas por unanimidad en la Comisión Permanente, donde están representadas la administraciones, los usuarios y las Comunidades Autónomas.
Así, se ha planteado a los agricultores que ya que no se puede garantizar la evolución de las reservas de los embalses para plantar la cosecha del verano, intensifiquen los cultivos de inverno.
A las hidroeléctricas se les ha planteado que en los embalses destinados a este fin, las turbinaciones se ajusten a las aportaciones de los ríos a esos pantanos.
Por su parte, el organismo de cuenca deberá ajustar los caudales medioambientales a las aportaciones aguas arriba de los embalses, es decir, que de ellos salgan los mismos caudales que entran por cabecera y por los laterales.
Además, se instará a los ayuntamientos a que fomenten campañas de ahorro de agua como muestra de solidaridad con el resto de los usuarios.
Según las informaciones del Instituto Nacional de Meteorología, toda la Cuenca del Ebro ha registrado entre el 1 de septiembre y el 20 de noviembre lluvias por debajo de la media de un año normal de pluviometría y, de hecho, más del 65 por ciento del territorio está "muy por debajo" de la media normal de lluvias para estos meses.
La falta de precipitaciones incide de forma directa en los caudales, sobre todo de los sistemas no regulados, porque no existen embalses que puedan realizar los mantenimientos medioambientales de caudales.
Las reservas en los embalses están por debajo de la media de los últimos años, al 40,4 de su capacidad, pero la situación es de normalidad en el Eje del Ebro y en la mayoría de las subcuencas de la Margen Derecha, así como en Navarra y el País Vasco.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), José Luis Alonso, compareció en rueda de prensa para explicar las medidas de ahorro que deben adoptar los usuarios ante esta situación de sequía climática, pero no hidrológica.
Los abastecimientos a los núcleos importantes de población están "totalmente garantizados" pero sí podría haber problemas, reconoció Alonso, en núcleos pequeños que se abastecen de acuíferos superficiales.
Las medidas de ahorro fueron adoptadas por unanimidad en la Comisión Permanente, donde están representadas la administraciones, los usuarios y las Comunidades Autónomas.
Así, se ha planteado a los agricultores que ya que no se puede garantizar la evolución de las reservas de los embalses para plantar la cosecha del verano, intensifiquen los cultivos de inverno.
A las hidroeléctricas se les ha planteado que en los embalses destinados a este fin, las turbinaciones se ajusten a las aportaciones de los ríos a esos pantanos.
Por su parte, el organismo de cuenca deberá ajustar los caudales medioambientales a las aportaciones aguas arriba de los embalses, es decir, que de ellos salgan los mismos caudales que entran por cabecera y por los laterales.
Además, se instará a los ayuntamientos a que fomenten campañas de ahorro de agua como muestra de solidaridad con el resto de los usuarios.
Según las informaciones del Instituto Nacional de Meteorología, toda la Cuenca del Ebro ha registrado entre el 1 de septiembre y el 20 de noviembre lluvias por debajo de la media de un año normal de pluviometría y, de hecho, más del 65 por ciento del territorio está "muy por debajo" de la media normal de lluvias para estos meses.
La falta de precipitaciones incide de forma directa en los caudales, sobre todo de los sistemas no regulados, porque no existen embalses que puedan realizar los mantenimientos medioambientales de caudales.
Las reservas en los embalses están por debajo de la media de los últimos años, al 40,4 de su capacidad, pero la situación es de normalidad en el Eje del Ebro y en la mayoría de las subcuencas de la Margen Derecha, así como en Navarra y el País Vasco.