Las administraciones acuerdan sellar los 500 pozos ilegales de Doñana

Lun, 19/11/2007

Europa Sur

Cada vez son más los que quieren beber del Acuífero 27, la gran masa de agua que abastece a Doñana, pero el maná del coto no da ya más de sí. La sobreexplotación por la agricultura de esta masa esencial para la subsistencia del espacio protegido ha llevado a que su nivel en determinadas zonas no haya dejado de descender desde la década de 1970, según un informe de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG). La Junta de Andalucía -a través de sus consejerías de Medio Ambiente y Agricultura- la CHG, los ayuntamientos de la comarca y las organizaciones ecologistas han pactado en un documento las vías para poner fin a un problema que parece casi endémico en la zona. 'Por fin le hemos dado solución tras décadas de mirar a otro lado por parte de todas las administraciones', sentencia la consejera de Medio Ambiente, Fuensanta Coves.



Según el informe de la CHG, existen en torno a mil pozos que se abastecen del Acuífero 27, de los cuales sólo cuentan con la autorización administrativa la mitad. La organización ecologista Adena y la Estación Biológica de Doñana han llegado a cifrar en un millar los abastecimientos de agua ilegales en el entorno de Doñana, con dos grandes zonas problemáticas: el Condado de Huelva (de donde se extrae agua para las plantaciones de fresas) y Los Hatos, en Sevilla, donde los cultivos de arroz generan una demanda insostenible de recursos.



La representante del Gobierno andaluz describe como un trabajo de 'hilado fino' el acuerdo para el conocido como Acuífero 27, según la antigua clasificación del Instituto Geológico y Minero de España, aunque ahora se le denomina oficialmente Unidad Hidrogeológica Almonte-Marismas. Las medidas a aplicar han surgido después de un estudio pormenorizado de cada una de las fincas afectadas, 'revisando parcela por parcela, pozo a pozo, buscando alternativas para todo y para cada uno de los afectados', recalca Fuensanta Coves.



Habrá soluciones para todos los gustos, incluida la legalización de parte de los pozos que, hasta ahora, han ido funcionando al margen de la ley. Pero, sobre todo, se procederá a la clausura de buena parte de las fuentes ilegales de agua. Para los afectados se 'buscarán alternativas de suelo '. Otra de las soluciones encontradas es el trasvase de cinco hectómetros cúbicos de aguas desde el Guadiana al Condado onubense. El consejero de Agricultura, Isaías Pérez-Saldaña, colocó esta semana la primera piedra de las obras de modernización de los regadíos del Fresno, que permitirá que las fincas se abastezcan de aguas superficiales.



La Junta también da respuesta con este proyecto a una de las principales reivindicaciones de la organización ecologista Adena, dando forma a su iniciativa de implantar corredores ecológicos que conecten al Parque Nacional con su entorno. El proyecto redactado por la organización ecologista atravesaría parte de los cultivos de fresa de la provincia de Huelva para enlazar el Parque Nacional con el Tinto y propiciar una ruta para la fauna entre el Espacio Doñana y Sierra Morena. Adena mantiene que para que el proyecto tenga éxito sería necesario crear tres corredores: el del arroyo de La Rocina, los de La Cañada y Vaquerizas, y el Estero de Domingo Rubio. En total, supondría intervenir en 18.000 hectáreas, la mayoría de ellas de monte público.



Fuensanta Coves anuncia que la iniciativa conjunta entre las distintas administraciones supondrá también una resolución a otro de los principales problemas en Doñana, las ocupaciones de suelo forestal para destino agrícola. Adena estima que hay 2.029 hectáreas de monte público ocupadas por los agricultores, a lo que hay que sumar las 112 hectáreas de regadío en los espacios protegidos y 166 sobre caudales. Alrededor del 16 por ciento de la longitud de los arroyos de la zona, señala la ONG en uno de sus informes sobre Doñana, están ocupados o muy deteriorados.



El profesor Emilio Custodio, de la Estación Biológica de Doñana, en un informe previo a la elaboración del segundo Plan de Desarrollo Sostenible de la comarca, advierte sobre el acuífero que 'su deterioro sólo puede detenerse con una reducción significativa de las extracciones'. El investigador sostiene que sigue sin haber un control efectivo de los pozos y alerta que la importación de aguas puede solucionar el problema, aunque también introducir cambios químicos y biológicos indeseables.