La ausencia de precipitaciones deja los embalses como en la gran sequía de 2005
Mié, 14/11/2007
Aunque en algunas zonas nunca se fue del todo, el fantasma de la sequía vuelve a amenazar a los agricultores aragoneses mientras el PP de Levante sigue reclamando el trasvase. El déficit de precipitaciones que padece la Comunidad desde hace varios meses -y que a partir de septiembre se ha convertido en una ausencia casi total de lluvias- está vaciando los grandes embalses situándolos en niveles similares a los que se vivieron por estas mismas fechas durante la histórica sequía de 2005. Hoy por hoy, los tres grandes sistemas de riego de la región -Bardenas, Monegros y el Canal de Aragón y Cataluña- acumulan entre un 40 y un 60% menos de reservas que las habituales en un año medio.
En varios casos, sus embalses atraviesan uno de los meses de noviembre más secos desde que entraron en servicio. La presa de Búbal, en el río Gállego, almacenaba ayer solo 5 hectómetros cúbicos (hm3), cuando la habitual en esta época es que ronde los 31. La de Barasona, en el Ésera, tenía 16 hm3, menos de un tercio de los 53 que suele presentar en noviembre, y algo parecido sucedía con las de Escales y Canelles, ambas en el Noguera Ribagorzana.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, José Luis Alonso, admitió que en el organismo de cuenca existe "cierta preocupación" por la falta de precipitaciones que se vive desde hace meses. No obstante, Alonso también recordó que el ciclo hidrológico acaba de empezar. "Todavía falta parte del otoño, el invierno y la primavera antes de que llegue la campaña de riegos de verano -destacó-. No tenemos noticias de que vaya a ser un año seco, así que esperemos que el anticiclón se retire y permita que lleguen las lluvias y la nieve".
Fuentes de la CHE insistieron en que, aunque el nivel de los embalses no es bueno, lo más preocupante es la situación de los ríos. "En el sistema del Gállego y el Cinca es el mes de noviembre con menos caudales circulantes desde 1997", explicaron las mismas fuentes. La consecuencia directa es que los pantanos tienen que soltar más agua de la que reciben, ya que están obligados a cumplir con los abastecimientos y las concesiones aguas abajo.
Sistema a sistema
El Canal de Aragón y Cataluña es el sistema que peor panorama presenta. A pesar de que en un principio la llevaron mejor, los embalses del Ésera y del Noguera Ribagorzana no llegaron a recuperarse de la reciente sequía en ningún momento, lo que unido a la falta de lluvias generalizada hace que estos cuatro pantanos acumulen en total 297 hm3, un 60% menos de lo normal -680- y un 16% menos que en 2005 -357-.
Como ya se ha dicho, Barasona vive con solo 16 hm3 uno de sus meses de noviembre más duros, solo superado por los de los años 1995 y 1996 -curiosamente, en 2005 tenía 55-. En cuanto a la parte catalana del sistema, la presa de Santa Ana presenta más reservas de lo habitual, pero Escales y Canelles acumulan entre las dos más de 300 hm3 de déficit.
En Bardenas, el embalse de Yesa se encuentra al 22% con 117 hm3, lo que significa que tiene un 48% menos de agua que lo que indica la media histórica del mes -221- y prácticamente lo mismo que en plena sequía de hace dos años -122-.
Por último, los regantes de Monegros ven cómo los cuatro grandes pantanos del Cinca y del Gállego presentan un déficit de reservas del 40% respecto a los valores habituales en estas fechas. Mediano, El Grado, Búbal y La Sotonera suman en total 433 hm3, pero lo normal sería que rondaran los 700. En noviembre de 2005 tuvieron de media 486 hm3, un 11% más.
Aunque es la más pequeña de las cuatro, la presa de Búbal presenta actualmente una marca insólita en lo negativo con solo 5 hm3 de 64 posibles. Mediano también ofrece uno de sus peores registros a estas alturas del año con 97 hm3, una de las cuatro cifras más bajas de su historia en el mes de noviembre que además de ser un 58% inferior a lo normal se queda algo por debajo de la que hubo en 2005.
Reducción de desembalses
Ante este panorama, Riegos del Alto Aragón solicitó a la CHE una reunión extraordinaria de la comisión de desembalse del Gállego y del Cinca que se celebró ayer en Zaragoza. Los miembros de este organismo que también existe en otras subcuencas acordaron por unanimidad reducir la suelta de agua en sus embalses para aprovechar al máximo los escasos caudales circulantes.
De esta forma, se restringirán los desembalses desde la presa de Ardisa para la zona del Bajo Gállego pasando de 5 a 3,5 metros cúbicos por segundo (m3 /s), aunque esta cifra está condicionada a que se cubran los abastecimientos urbanos y el mantenimiento ambiental del río Gállego.
Del mismo modo, se acordó mantener en 7 m3/s la suelta de caudales desde el sistema que forman Mediano y El Grado. Según recordó la Confederación, esa cifra ya se aplicaba en virtud de un acuerdo de octubre de 2001 tomado en una situación de carencia similar a la actual y es parecida a los que fijó esa misma Comisión de Desembalse en octubre de 2005.
El presidente de la CHE, José Luis Alonso, señaló que el organismo de cuenca no piensa tomar otras medidas de momento. "Esperaremos a la junta de gobierno que se celebrará a mitad de diciembre para ver cómo evoluciona la situación -anunció-. No obstante, si se pide la convocatoria de otra comisión de desembalse accederemos".
La margen derecha, bien
En cuanto a los embalses de la margen derecha, la situación de los pantanos aragoneses es sensiblemente mejor que la de la otra orilla del Ebro. En La Tranquera, en el Jalón, hay más reservas -37 hm3- que lo que indica el promedio histórico de este mes -32-.
Lo mismo sucede en la presa de Calanda, en el Guadalope, que iguala sus valores habituales con 21 hm3, y en la de Caspe, en el mismo río, que se acerca a ellos con 36 hm3 frente a los 42. En el embalse de Cueva Foradada, en el Martín, se vuelve a superar la media de estas fechas con 16 hm3 frente a 12.
Según el parte semanal de la Confederación, la cuenca se encuentra al 40% de su capacidad de embalse, algo mejor que en 2005 gracias a los nuevos pantanos.
En varios casos, sus embalses atraviesan uno de los meses de noviembre más secos desde que entraron en servicio. La presa de Búbal, en el río Gállego, almacenaba ayer solo 5 hectómetros cúbicos (hm3), cuando la habitual en esta época es que ronde los 31. La de Barasona, en el Ésera, tenía 16 hm3, menos de un tercio de los 53 que suele presentar en noviembre, y algo parecido sucedía con las de Escales y Canelles, ambas en el Noguera Ribagorzana.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, José Luis Alonso, admitió que en el organismo de cuenca existe "cierta preocupación" por la falta de precipitaciones que se vive desde hace meses. No obstante, Alonso también recordó que el ciclo hidrológico acaba de empezar. "Todavía falta parte del otoño, el invierno y la primavera antes de que llegue la campaña de riegos de verano -destacó-. No tenemos noticias de que vaya a ser un año seco, así que esperemos que el anticiclón se retire y permita que lleguen las lluvias y la nieve".
Fuentes de la CHE insistieron en que, aunque el nivel de los embalses no es bueno, lo más preocupante es la situación de los ríos. "En el sistema del Gállego y el Cinca es el mes de noviembre con menos caudales circulantes desde 1997", explicaron las mismas fuentes. La consecuencia directa es que los pantanos tienen que soltar más agua de la que reciben, ya que están obligados a cumplir con los abastecimientos y las concesiones aguas abajo.
Sistema a sistema
El Canal de Aragón y Cataluña es el sistema que peor panorama presenta. A pesar de que en un principio la llevaron mejor, los embalses del Ésera y del Noguera Ribagorzana no llegaron a recuperarse de la reciente sequía en ningún momento, lo que unido a la falta de lluvias generalizada hace que estos cuatro pantanos acumulen en total 297 hm3, un 60% menos de lo normal -680- y un 16% menos que en 2005 -357-.
Como ya se ha dicho, Barasona vive con solo 16 hm3 uno de sus meses de noviembre más duros, solo superado por los de los años 1995 y 1996 -curiosamente, en 2005 tenía 55-. En cuanto a la parte catalana del sistema, la presa de Santa Ana presenta más reservas de lo habitual, pero Escales y Canelles acumulan entre las dos más de 300 hm3 de déficit.
En Bardenas, el embalse de Yesa se encuentra al 22% con 117 hm3, lo que significa que tiene un 48% menos de agua que lo que indica la media histórica del mes -221- y prácticamente lo mismo que en plena sequía de hace dos años -122-.
Por último, los regantes de Monegros ven cómo los cuatro grandes pantanos del Cinca y del Gállego presentan un déficit de reservas del 40% respecto a los valores habituales en estas fechas. Mediano, El Grado, Búbal y La Sotonera suman en total 433 hm3, pero lo normal sería que rondaran los 700. En noviembre de 2005 tuvieron de media 486 hm3, un 11% más.
Aunque es la más pequeña de las cuatro, la presa de Búbal presenta actualmente una marca insólita en lo negativo con solo 5 hm3 de 64 posibles. Mediano también ofrece uno de sus peores registros a estas alturas del año con 97 hm3, una de las cuatro cifras más bajas de su historia en el mes de noviembre que además de ser un 58% inferior a lo normal se queda algo por debajo de la que hubo en 2005.
Reducción de desembalses
Ante este panorama, Riegos del Alto Aragón solicitó a la CHE una reunión extraordinaria de la comisión de desembalse del Gállego y del Cinca que se celebró ayer en Zaragoza. Los miembros de este organismo que también existe en otras subcuencas acordaron por unanimidad reducir la suelta de agua en sus embalses para aprovechar al máximo los escasos caudales circulantes.
De esta forma, se restringirán los desembalses desde la presa de Ardisa para la zona del Bajo Gállego pasando de 5 a 3,5 metros cúbicos por segundo (m3 /s), aunque esta cifra está condicionada a que se cubran los abastecimientos urbanos y el mantenimiento ambiental del río Gállego.
Del mismo modo, se acordó mantener en 7 m3/s la suelta de caudales desde el sistema que forman Mediano y El Grado. Según recordó la Confederación, esa cifra ya se aplicaba en virtud de un acuerdo de octubre de 2001 tomado en una situación de carencia similar a la actual y es parecida a los que fijó esa misma Comisión de Desembalse en octubre de 2005.
El presidente de la CHE, José Luis Alonso, señaló que el organismo de cuenca no piensa tomar otras medidas de momento. "Esperaremos a la junta de gobierno que se celebrará a mitad de diciembre para ver cómo evoluciona la situación -anunció-. No obstante, si se pide la convocatoria de otra comisión de desembalse accederemos".
La margen derecha, bien
En cuanto a los embalses de la margen derecha, la situación de los pantanos aragoneses es sensiblemente mejor que la de la otra orilla del Ebro. En La Tranquera, en el Jalón, hay más reservas -37 hm3- que lo que indica el promedio histórico de este mes -32-.
Lo mismo sucede en la presa de Calanda, en el Guadalope, que iguala sus valores habituales con 21 hm3, y en la de Caspe, en el mismo río, que se acerca a ellos con 36 hm3 frente a los 42. En el embalse de Cueva Foradada, en el Martín, se vuelve a superar la media de estas fechas con 16 hm3 frente a 12.
Según el parte semanal de la Confederación, la cuenca se encuentra al 40% de su capacidad de embalse, algo mejor que en 2005 gracias a los nuevos pantanos.