La Unión Europea prepara un protocolo de actuación para catástrofes naturales

Mié, 17/10/2007

La Gaceta de los Negocios

Valencia. Sigue lloviendo sobre mojado. El Ministerio de Medio Ambiente, la Generalitat Valenciana y los ayuntamientos se encogen de hombros ante las persistentes torrenciales.

El desbarajuste volvió a marcar la intensa tarde de lluvias en la Comunidad Valenciana. Las comarcas más afectadas volvieron a ser La Safor (Valencia), El Comtat y La Marina (Alicante), como el pasado día de El Pilar. Se sumó La Ribera (Valencia), que ya sufrió la catástrofe en 1982. Ni los bomberos ni los ayuntamientos de los municipios afectados, por tormentas de hasta 100 litros por metro cuadrado, tenían información precisa. Las únicas noticias les llegaron desde las ventanas. La Generalitat decretó alerta naranja, pero durante todo el día restó importancia a los aguaceros. Habló de un pico máximo de 24 litros en la provincia de Valencia, contra los más de 50 que ofreció el Ayuntamiento de Gandía.

Mientras, la Unión Europea está investigando datos para preparar directivas sobre impactos naturales, como inundaciones, avalanchas, terremotos, erupciones volcánicas, sequías intensas... Quieren copiar el modelo estadounidense. Y evitar muertes, como la de la anciana de El Vergel (Alicante) por no poder salir de su casa a tiempo. En EEUU se redactó por miedo a un ataque nuclear en plena guerra fría. 'Constantemente realizan ensayos de evacuación en los colegios y hay estaciones radiofónicas que informan al instante'.

Gandía dispone de un plan que se activa a partir de 200 litros de agua. El pasado fin de semana estuvieron a punto de desalojar a los vecinos más próximos al río Serpis. Finalmente, las alcantarillas consiguieron tragar el agua y las presas funcionaron. Las playas del sur continúan llenas de cañas y mobiliario de deshecho. Los hoteles son la mejor alternativa. Ayer mismo, el agua obligó a cortar 12 kilómetros entre Gandía y Cullera. No fue la única carretera afectada; también el túnel subterráneo de Alginet (Valencia) y los accesos a Tárbena, Bolulla y Beniarbeig (Alicante). Estos tres municipios fueron los más castigados por la riada del fin de semana. Llegaron a recoger 400 litros de agua. El Ejército eligió un mal día para iniciar las labores de reconstrucción del puente derruido. La recuperación de casas afectadas se frenó por las precipitaciones. Dos edificios continuaban evacuados.

Derruir ladrillo

A pesar de que los vecinos critican la deficiente limpieza de los cauces, la Confederación Hidrográfica del Júcar asegura que no puede hacer nada con estas cantidades hídricas. La construcción cerca de los ríos, el suelo erosionado e incapaz de absorber lluvia y las calles con obstáculos que bloquean el agua tienen mucha culpa. La legislación se modificó tras la rotura de la presa de Tous. Hace 25 años que no se puede levantar un edificio en zonas con riesgo hidrológico, explica el abogado Pablo Delgado. Eso sí, habría que derruir todas las construcciones previas a ese año. En la misma desembocadura del Girona, río desbordado, hay una urbanización. 'Pero no hay dinero para indemnizar a los propietarios', insiste Delgado.

El episodio puede repetirse dentro de 15 días. Lo explica el Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM): 'el anticiclón del centro de Europa envía, al anochecer, aire frío sobre el Mediterráneo, especialmente caliente y se intensifican las tormentas'. Se ceban con Valencia y Alicante porque el aire que las dispara viene del golfo de Libia. El temporal va hacia Castellón.