Beberemos aguas residuales pasadas por el acuífero
Dom, 07/10/2007
Es el próximo futuro: beberemos aguas residuales pasadas por un acuífero, para que el último proceso de depuración lo haga la propia naturaleza.
Suena asqueroso, pero quienes hayan estado en Berlín o en otras ciudades de Alemania o Dinamarca ya lo han bebido.
Berlín se abastece de aguas subterráneas, de un acuífero que recargan para mantener su nivel y aprovechan las recargas para eliminar contaminantes.
Lo cuenta Juan Antonio López Geta, presidente del Grupo Especializado del Agua de la Asociación Nacional de Ingeniero de Minas, antes de acudir al Congreso Internacional de Energía y Recursos Minerales que el lunes se inaugura en Oviedo: "Meten el agua de los ríos al acuífero y al pasar por él se va depurando, y ése es el agua que beben. Incluso beben el que procede de la depuradora de aguas residuales, que vierte al río, y aguas abajo la vuelven a coger y la meten en el acuífero" En España, de momento, no se hace. Pero podría hacerse. Sevilla quizá sea candidata.
"En España hay condiciones geológicas para hacerlo. Por ejemplo, en Sevilla, con problemas importantes de abastecimiento, podría cogerse el agua del Guadalquivir, meterlo en algunas zonas del acuífero, y lo mismo salía ya con una calidad buena.
Hay que estudiarlo, porque es una cosa que improviso, ¿no? Pero en lugar de plantas depuradoras grandes, ¿por qué no usar el terreno? Hay que ver la permeabilidad, las características litológicas, porque son los aluviales del río, pero no tiene mala cara. No se trata de hacerlo mañana mismo. Hay que ver cómo funciona en unas plantas piloto y si los resultados son positivos o no".
Pero antes tendrá que generalizarse la propia recarga de acuíferos, que en España "es una tecnología que conocemos bien pero que hacemos poquísimo", según López Geta.
Y eso que hace tres o cuatro años que hay programa, elaborado por el Instituto Geológico Minero, con el Ministerio de Medio Ambiente, pero no se ha puesto en marcha. "Tiene algún problema de tipo legal.
Algunos dicen: si yo meto agua aquí, más allá hay unos señores que se aprovechan, porque el agua se va infiltrando. Pero es cuestión de hablarlo. Si en un acuífero constituyes una comunidad de usuarios ya es igual quién meta el agua y quién la saque".
RECARGA PARA GARANTIZAR SUMINISTROS La recarga permitiría aprovechar mejor las lluvias irregulares propias de España, no la primera onda, muy violenta, de la riada, pues lleva muchos arrastres, pero sí las más tranquilas siguientes.
También las aguas que un pantano desembalsa cuando se sobrepasa el nivel de seguridad.
Los dispositivos de recarga son o grandes balsas o unas baterías de sondeos que llevan el agua directamente al acuífero. "No son grandes obras de ingeniería y dañan poco el paisaje. Son una especie de lagunas".
La recarga formaría parte de un uso conjunto de las aguas, de una planificación de la que aún se está lejos, según López Geta.
"Creo que el tema está poco maduro en los órganos de gestión del agua. Es una técnica con diez o quince años y que en otros países se hace. Aquí, salvo Madrid, que hace algo, el resto no. Requiere que mentalmente cambiemos todos".
Para eso habría que superar la situación actual, en la que los organismos que estudian las aguas superficiales van por un lado y los de las aguas subterráneas por otro, quizá mediante un centro de coordinación.
"Se trata -dice López Geta- de hacer una gestión lo más sostenible combinando ambos. Si no tienes agua superficial porque no ha llovido puedes sacarla del acuífero y viceversa. Así, se disminuirían de forma drástica los problemas de suministro".
Las reservas de los acuíferos suponen seis o siete veces la capacidad de los embalses. Son trescientos o cuatrocientos mil hectómetros cúbicos de aguas subterráneas frente a una capacidad total de 50.000 hectómetros cúbicos en los embalses.
Con una planificación adecuada, las reservas se utilizarían en casos de sequía, pensando que luego va a haber otros años en los que se van a recuperar, haciendo incluso recarga artificial.
REGULAR SALUD DE LOS ACUÍFEROS Según López Geta, la salud de los acuíferos es regular. Un 15% están sobreexplotados y son acuíferos muy importantes, los que más se han utilizado, tanto por el sector turístico como el agrícola.
Y ha aparecido un nuevo enemigo en los últimos años: las máquinas de rotopercusión, que permiten perforar un poco ilegal de 200 ó 300 metros en un día.
"Los agricultores, con una empresa desaprensiva, pueden hacerlo en una noche. Antes, con las de percusión, habrían tardado dos o tres meses, con lo que se habrían visto las máquinas plantadas en el campo. Ahora es difícil detectarlos." Pero la rotopercusión también ha permitido que en Almería o en Madrid, por ejemplo, se hagan sondeos de más de mil metros. También en el Maestrazgo, para abastecer núcleos de montaña, y con aguas de calidad. Porque la calidad es un problema. A partir de cierta profundidad las aguas tienden a ser demasiado salinas.
Otra afección importante de los acuíferos en España es la contaminación por nitratos.
"El Levante es una zona problemática incluso para hacer embalses, porque desde Tarragona hasta el sur, metiéndote por Málaga, hay formaciones carbonatadas y por tanto muy permeables. Parte del agua se va porque el vaso no es lo bastante impermeable".
Eso lleva a sobreexplotar las aguas subterráneas, y a que estas se salinicen por la intrusión del agua de mar en los acuíferos costeros.
Se añade además un problema de nitratos importante por la explotación agrícola intensiva. Aunque estos problemas se están tratando de controlar a través de las directivas de la Unión Europea y de la legislación española, los resultados no son inmediatos.
"El contaminante se retiene en el terreno que está por encima del acuífero y tiene que pasar poquito a poco. En consecuencia, aún con buenas prácticas agrarias, cuando llueve de forma importante, se produce un lavado del terreno y los contaminantes vuelven al acuífero.
En los que el agua se mueve muy lentamente, centímetros al año, "la contaminación es para 10, 15, 20 años, mientras que si la velocidad del agua es mayor se descontaminan rápido, en un año incluso".
Suena asqueroso, pero quienes hayan estado en Berlín o en otras ciudades de Alemania o Dinamarca ya lo han bebido.
Berlín se abastece de aguas subterráneas, de un acuífero que recargan para mantener su nivel y aprovechan las recargas para eliminar contaminantes.
Lo cuenta Juan Antonio López Geta, presidente del Grupo Especializado del Agua de la Asociación Nacional de Ingeniero de Minas, antes de acudir al Congreso Internacional de Energía y Recursos Minerales que el lunes se inaugura en Oviedo: "Meten el agua de los ríos al acuífero y al pasar por él se va depurando, y ése es el agua que beben. Incluso beben el que procede de la depuradora de aguas residuales, que vierte al río, y aguas abajo la vuelven a coger y la meten en el acuífero" En España, de momento, no se hace. Pero podría hacerse. Sevilla quizá sea candidata.
"En España hay condiciones geológicas para hacerlo. Por ejemplo, en Sevilla, con problemas importantes de abastecimiento, podría cogerse el agua del Guadalquivir, meterlo en algunas zonas del acuífero, y lo mismo salía ya con una calidad buena.
Hay que estudiarlo, porque es una cosa que improviso, ¿no? Pero en lugar de plantas depuradoras grandes, ¿por qué no usar el terreno? Hay que ver la permeabilidad, las características litológicas, porque son los aluviales del río, pero no tiene mala cara. No se trata de hacerlo mañana mismo. Hay que ver cómo funciona en unas plantas piloto y si los resultados son positivos o no".
Pero antes tendrá que generalizarse la propia recarga de acuíferos, que en España "es una tecnología que conocemos bien pero que hacemos poquísimo", según López Geta.
Y eso que hace tres o cuatro años que hay programa, elaborado por el Instituto Geológico Minero, con el Ministerio de Medio Ambiente, pero no se ha puesto en marcha. "Tiene algún problema de tipo legal.
Algunos dicen: si yo meto agua aquí, más allá hay unos señores que se aprovechan, porque el agua se va infiltrando. Pero es cuestión de hablarlo. Si en un acuífero constituyes una comunidad de usuarios ya es igual quién meta el agua y quién la saque".
RECARGA PARA GARANTIZAR SUMINISTROS La recarga permitiría aprovechar mejor las lluvias irregulares propias de España, no la primera onda, muy violenta, de la riada, pues lleva muchos arrastres, pero sí las más tranquilas siguientes.
También las aguas que un pantano desembalsa cuando se sobrepasa el nivel de seguridad.
Los dispositivos de recarga son o grandes balsas o unas baterías de sondeos que llevan el agua directamente al acuífero. "No son grandes obras de ingeniería y dañan poco el paisaje. Son una especie de lagunas".
La recarga formaría parte de un uso conjunto de las aguas, de una planificación de la que aún se está lejos, según López Geta.
"Creo que el tema está poco maduro en los órganos de gestión del agua. Es una técnica con diez o quince años y que en otros países se hace. Aquí, salvo Madrid, que hace algo, el resto no. Requiere que mentalmente cambiemos todos".
Para eso habría que superar la situación actual, en la que los organismos que estudian las aguas superficiales van por un lado y los de las aguas subterráneas por otro, quizá mediante un centro de coordinación.
"Se trata -dice López Geta- de hacer una gestión lo más sostenible combinando ambos. Si no tienes agua superficial porque no ha llovido puedes sacarla del acuífero y viceversa. Así, se disminuirían de forma drástica los problemas de suministro".
Las reservas de los acuíferos suponen seis o siete veces la capacidad de los embalses. Son trescientos o cuatrocientos mil hectómetros cúbicos de aguas subterráneas frente a una capacidad total de 50.000 hectómetros cúbicos en los embalses.
Con una planificación adecuada, las reservas se utilizarían en casos de sequía, pensando que luego va a haber otros años en los que se van a recuperar, haciendo incluso recarga artificial.
REGULAR SALUD DE LOS ACUÍFEROS Según López Geta, la salud de los acuíferos es regular. Un 15% están sobreexplotados y son acuíferos muy importantes, los que más se han utilizado, tanto por el sector turístico como el agrícola.
Y ha aparecido un nuevo enemigo en los últimos años: las máquinas de rotopercusión, que permiten perforar un poco ilegal de 200 ó 300 metros en un día.
"Los agricultores, con una empresa desaprensiva, pueden hacerlo en una noche. Antes, con las de percusión, habrían tardado dos o tres meses, con lo que se habrían visto las máquinas plantadas en el campo. Ahora es difícil detectarlos." Pero la rotopercusión también ha permitido que en Almería o en Madrid, por ejemplo, se hagan sondeos de más de mil metros. También en el Maestrazgo, para abastecer núcleos de montaña, y con aguas de calidad. Porque la calidad es un problema. A partir de cierta profundidad las aguas tienden a ser demasiado salinas.
Otra afección importante de los acuíferos en España es la contaminación por nitratos.
"El Levante es una zona problemática incluso para hacer embalses, porque desde Tarragona hasta el sur, metiéndote por Málaga, hay formaciones carbonatadas y por tanto muy permeables. Parte del agua se va porque el vaso no es lo bastante impermeable".
Eso lleva a sobreexplotar las aguas subterráneas, y a que estas se salinicen por la intrusión del agua de mar en los acuíferos costeros.
Se añade además un problema de nitratos importante por la explotación agrícola intensiva. Aunque estos problemas se están tratando de controlar a través de las directivas de la Unión Europea y de la legislación española, los resultados no son inmediatos.
"El contaminante se retiene en el terreno que está por encima del acuífero y tiene que pasar poquito a poco. En consecuencia, aún con buenas prácticas agrarias, cuando llueve de forma importante, se produce un lavado del terreno y los contaminantes vuelven al acuífero.
En los que el agua se mueve muy lentamente, centímetros al año, "la contaminación es para 10, 15, 20 años, mientras que si la velocidad del agua es mayor se descontaminan rápido, en un año incluso".