Un año después del aguacero descomunal que inundó la Costa Daurada, el alcalde de Vila-seca, Josep Poblet, quiso mostrar qué había hecho el Ayuntamiento (con la colaboración de la Generalitat y la iniciativa privada) para minimizar el riesgo de sufrir otras inundaciones como las vividas hace un año, que provocaron una situación caótica en La Pineda sobre todo.

Poblet subrayó el esfuerzo «sobrehumano» de los técnicos y del equipo de gobierno local para llevar a buen puerto unas mejoras que han tardado un año en plantearse, ejecutarse y finalizarse. El alcalde explicó que, «tras las tormentas del día 12 y 13 de septiembre de 2006, el protocolo activado empezó protegiendo a las personas, luego a los bienes y patrimonio, y finalmente se trató de achicar el agua acumulada». Tras volver la calma 48 horas después, la maquinaria municipal empezó su plan de choque para evitar que se repitiera una situación parecida. Y la única posibilidad de evitar lo mismo era actuar en aquellas zonas donde era más necesario. «Realizamos diferentes reuniones con técnicos y políticos para buscar soluciones, y tras conocerse la situación real se empezó a trabajar», explicó Poblet. En noviembre los proyectos ya estaban encima de la mesa junto a su valoración económica. Con ello, la tramitación empezaba sin demoras. Terminar esta fase en noviembre era clave «para poder incluir las obras en los presupuestos de este año», apuntó el alcalde. Así, cada una de las obras realizadas por el Ayuntamiento -tanto en Vila-seca como en La Pineda- se han podido ejecutar sin problemas, «y la cantidad aportada por el Ayuntamiento -superior a los 600.000 euros- no ha repercutido en otras iniciativas presupuestadas», argumentó Poblet. Entre la inversión municipal, la privada y la de la Generalitat, las mejoras ejecutadas a día de hoy superan los 4,1 millones de euros, y la obra que culminará el plan de choque tiene una partida de más de 3 millones. En total, en verano de 2008 Vila-seca tendrá 7,79 millones de euros invertidos en infraestructuras para reducir el riesgo de inundaciones. «No se puede afirmar con rotundidad que lo ocurrido en 2006 no se volverá a repitir, pero sí podemos asegurar que la situación de la ciudad es mucho mejor en infraestructuras para minimizar el impacto de un aguacero imprevisible», apuntó Poblet. Lo cierto es que, en caso de lluvias torrenciales, la capacidad actual de Vila-seca y La Pineda para desaguar y reducir las inundaciones supera con creces la del año pasado. Y lo más importante, que en doce meses lo planteado se ha convertido en realidad.

La ACA invierte más de tres millones

Aunque públicamente el alcalde haya agradecido el esfuerzo de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) para dotar a La Pineda de «una obra de ingeniería espectacular», lo cierto es que estas mejoras (que empezarán dentro de pocos días) llevan muchos años reclamándose en la ciudad. La alegría de la administración local ante su inicio inminente compensa los años de súplicas y peticiones que no han llegado a buen puerto. Se trata de una estación de impulsión y un rebosadero al lado mismo del parque de Els Prats, en la zona de levante de La Pineda. Poblet explicó que «se construirá un cajón de hormigón de unos 7 metros de profundidad que pueda absorber el agua de lluvia y de forma laminada desemboque en el mar». La dificultad de esta obra hidráulica radica en el poco margen existente con el nivel del mar, pero que permitirá que las inundaciones de la zona de Porta del Mar y aledaños se minimicen. La ACA invertirá 3,09 millones de euros y prevé terminar esta obra fundamental en verano.