Las desalinizadoras de Narbona no estarán terminadas hasta el 2010
Sáb, 29/09/2007
El Ministerio de Medio Ambiente necesitará más tiempo del que había calculado para desarrollar su plan de desalinización masiva en el litoral mediterráneo.
Hasta el año 2010 no estarán en funcionamiento todas las plantas cuya construcción gestiona la sociedad Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed), según ha explicado a esta Redacción su director general, Adrián Baltanás. El compromiso inicial era aportar en esta legislatura un volumen de 1.050 hectómetros cúbicos equivalente al del derogado Trasvase del Ebro, la mayor parte con desalinización. Para eso habrá que esperar a la próxima legislatura. La desalinización, no obstante, ha permitido en estos años solucionar el grave problema de los abastecimientos. El Ministerio de Cristina Narbona se ha puesto como objetivo producir 713 hectómetros cúbicos anuales mediante 26 plantas desalinizadoras. Hasta ahora, y cuando se atisba el final de la legislatura, hay en funcionamiento nueve plantas. Todas ellas estaban previstas en el anterior Plan Hidrológico Nacional. Para construir y poner en funcionamiento una desalinizadora de alta capacidad (más de 24 hectómetros cúbicos, suficiente para abastecer a 250.000 personas) se precisa un mínimo de 24 meses. El Ministerio ha tropezado en estos años con la realidad de los largos trámites administrativos, las exigencias medioambientales que han obligado a construir emisarios submarinos para expulsar la salmuera y los retrasos de Iberdrola para proporcionar energía a las nuevas plantas. A nivel político, el principal obstáculo encontrado hasta ahora es el rechazo del Gobierno valenciano a la planta de Torrevieja. Cuando se derogó el Trasvase del Ebro y se sustituyó por el Programa Agua, el volumen de desalinización en España alcanzaba los 140 hectómetros cúbicos. De los proyectos incluidos después en el Programa Agua sólo estaban terminadas las desalinizadoras de Alicante I, Carboneras, Marbella y El Atabal. Las tres últimas las puso en servicio el Gobierno del PSOE, así como las que siguieron a continuación. No hay que contar muchas: han sido dos más. Se trata de las gemelas de San pedro del Pinatar, junto con la ampliación de Alicante. Fondos europeos Esto significa que el agua nueva aportada por el Gobierno de Rodríguez Zapatero suma hasta ahora 54 hectómetros cúbicos. Este volumen experimentará un aumento importante a finales del año que viene o principios del 2009. Será entonces cuando estén funcionando las desalinizadoras de Valdelentisco (Cartagena), Águilas, Níjar y Bajo Almanzora. Detrás llegará el resto, hasta completar las 26 fábricas de agua previstas en todo el litoral. Hay día de hoy hay once plantas en construcción, otras siete adjudicadas, una en licitación y otras cinco en trámite de información pública o de redacción. Acuamed ha comprometido una inversión total de 1.945 millones de euros. Según ha explicado Adrián Baltanás, el 20% de la financiación procede de los fondos Feder y de Cohesión, que se reparten por igual entre todos los proyectos. Otro 40% corresponde a fondos propios de Acuamed a través de los Presupuestos del Estado; y el resto a préstamos de bancos y cajas. Para aplicar el principio de recuperación de costes que estipula la Directiva Marco de Agua, la inversión realizada y el posterior servicio se cubre con las tarifas que deben abonar los usuarios. A los abastecimientos se les carga toda la recuperación de costes, por lo que el metro cúbico de agua desalinizada oscila entre los 50 y 55 céntimos, además de los gastos de transporte. La tarifa del agua Los regadíos tendrán una tarifa no superior a los 30 céntimos a pie de planta, cumpliendo así el compromiso inicial de la ministra Cristina Narbona, según explicó el director de Acuamed. El precio final, no obstante, alcanzará los 36 céntimos debido al transporte hasta la finca. Para Adrián Baltanás, ninguna planta desalinizadora se construye sin que exista antes un convenio con los usuarios. En el caso de los regantes del Tajo-Segura, que no han firmado el convenio para utilizar agua de la desalinizadora de Torrevieja porque consideran cara la tarifa, Adrián Baltanás señaló que eso no le preocupa. Recordó que será la Confederación Hidrográfica del Segura la que gestione esos caudales. «Los regantes nos van a quitar el agua de las manos», dijo el responsable de Acuamed. En cuanto al uso de energías limpias y alternativas para atender la elevada demanda de electricidad que requieren las desalinizadoras, Baltanás indicó que el objetivo consiste en que no se incrementen las emisiones de CO2 a la atmósfera. Desconoce por ahora el grado de cumplimiento del plan de energías renovables que se puso en marcha en el verano del 2006 entre los ministerios de Industria y Medio Ambiente. Narbona indicó en su día que pretendían suministrar energías limpias a las desalinizadoras.
Hasta el año 2010 no estarán en funcionamiento todas las plantas cuya construcción gestiona la sociedad Aguas de las Cuencas Mediterráneas (Acuamed), según ha explicado a esta Redacción su director general, Adrián Baltanás. El compromiso inicial era aportar en esta legislatura un volumen de 1.050 hectómetros cúbicos equivalente al del derogado Trasvase del Ebro, la mayor parte con desalinización. Para eso habrá que esperar a la próxima legislatura. La desalinización, no obstante, ha permitido en estos años solucionar el grave problema de los abastecimientos. El Ministerio de Cristina Narbona se ha puesto como objetivo producir 713 hectómetros cúbicos anuales mediante 26 plantas desalinizadoras. Hasta ahora, y cuando se atisba el final de la legislatura, hay en funcionamiento nueve plantas. Todas ellas estaban previstas en el anterior Plan Hidrológico Nacional. Para construir y poner en funcionamiento una desalinizadora de alta capacidad (más de 24 hectómetros cúbicos, suficiente para abastecer a 250.000 personas) se precisa un mínimo de 24 meses. El Ministerio ha tropezado en estos años con la realidad de los largos trámites administrativos, las exigencias medioambientales que han obligado a construir emisarios submarinos para expulsar la salmuera y los retrasos de Iberdrola para proporcionar energía a las nuevas plantas. A nivel político, el principal obstáculo encontrado hasta ahora es el rechazo del Gobierno valenciano a la planta de Torrevieja. Cuando se derogó el Trasvase del Ebro y se sustituyó por el Programa Agua, el volumen de desalinización en España alcanzaba los 140 hectómetros cúbicos. De los proyectos incluidos después en el Programa Agua sólo estaban terminadas las desalinizadoras de Alicante I, Carboneras, Marbella y El Atabal. Las tres últimas las puso en servicio el Gobierno del PSOE, así como las que siguieron a continuación. No hay que contar muchas: han sido dos más. Se trata de las gemelas de San pedro del Pinatar, junto con la ampliación de Alicante. Fondos europeos Esto significa que el agua nueva aportada por el Gobierno de Rodríguez Zapatero suma hasta ahora 54 hectómetros cúbicos. Este volumen experimentará un aumento importante a finales del año que viene o principios del 2009. Será entonces cuando estén funcionando las desalinizadoras de Valdelentisco (Cartagena), Águilas, Níjar y Bajo Almanzora. Detrás llegará el resto, hasta completar las 26 fábricas de agua previstas en todo el litoral. Hay día de hoy hay once plantas en construcción, otras siete adjudicadas, una en licitación y otras cinco en trámite de información pública o de redacción. Acuamed ha comprometido una inversión total de 1.945 millones de euros. Según ha explicado Adrián Baltanás, el 20% de la financiación procede de los fondos Feder y de Cohesión, que se reparten por igual entre todos los proyectos. Otro 40% corresponde a fondos propios de Acuamed a través de los Presupuestos del Estado; y el resto a préstamos de bancos y cajas. Para aplicar el principio de recuperación de costes que estipula la Directiva Marco de Agua, la inversión realizada y el posterior servicio se cubre con las tarifas que deben abonar los usuarios. A los abastecimientos se les carga toda la recuperación de costes, por lo que el metro cúbico de agua desalinizada oscila entre los 50 y 55 céntimos, además de los gastos de transporte. La tarifa del agua Los regadíos tendrán una tarifa no superior a los 30 céntimos a pie de planta, cumpliendo así el compromiso inicial de la ministra Cristina Narbona, según explicó el director de Acuamed. El precio final, no obstante, alcanzará los 36 céntimos debido al transporte hasta la finca. Para Adrián Baltanás, ninguna planta desalinizadora se construye sin que exista antes un convenio con los usuarios. En el caso de los regantes del Tajo-Segura, que no han firmado el convenio para utilizar agua de la desalinizadora de Torrevieja porque consideran cara la tarifa, Adrián Baltanás señaló que eso no le preocupa. Recordó que será la Confederación Hidrográfica del Segura la que gestione esos caudales. «Los regantes nos van a quitar el agua de las manos», dijo el responsable de Acuamed. En cuanto al uso de energías limpias y alternativas para atender la elevada demanda de electricidad que requieren las desalinizadoras, Baltanás indicó que el objetivo consiste en que no se incrementen las emisiones de CO2 a la atmósfera. Desconoce por ahora el grado de cumplimiento del plan de energías renovables que se puso en marcha en el verano del 2006 entre los ministerios de Industria y Medio Ambiente. Narbona indicó en su día que pretendían suministrar energías limpias a las desalinizadoras.