ANDALUCÍA .- Los regantes apuntan un ahorro de 140 hectómetros cúbicos en esta campaña y recuerdan que 'el último embalse es de 1996'
Vie, 28/09/2007
La Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) apuntó que se ha registrado un ahorro de 140 hectómetros cúbicos en esta campaña hidrológica que ahora concluye, tras lo que demandó la puesta en marcha de más infraestructuras hídricas, ya que "el último embalse en la cuenca del Guadalquivir se inauguró en 1996".
En declaraciones a Europa Press, el gerente de Feragua, Pedro Parias, hizo un balance positivo del año hidrológico que concluye el 30 de septiembre "dentro del nivel de restricciones", aunque reconoció que no están contentos "ni por la situación hidrológica de la cuenca ni por la falta de infraestructuras ni por el déficit hídrico que padece a causa de esa carencia de embalses".
"Parece que tenemos que depender de lo que llueva, cuando no se inaugura un nuevo embalse en la cuenca del Guadalquivir desde 1996", agregó Parias, que pidió que se avance en la tramitación y redacción de los proyectos.
Destacó, por el contrario, que la modernización de regadíos ha sido la principal causante de este ahorro de agua, junto a la planificación de los cultivos "que ha generado un mejor desarrollo de la campaña aunque se haya registrado una pérdida de ingresos y de renta de los agricultores".
En ese sentido, precisó que la disminución de renta al convertir el maíz y el algodón en girasol o trigo supuso una merma de 1.200 euros por hectárea, mientras que en el caso del arroz se perdieron unos 1.500 euros por hectárea por la superficie que se ha dejado de sembrar.
A su juicio, la resolución de los problemas de regulación "pasaba por hacer un esfuerzo por modernizar las infraestructuras hipotecándose a largo plazo, pero resulta que al final dependemos de la lluvia porque faltan embalses y no se ha puesto en marcha una oferta de agua".
"Es necesario seguir avanzando en las políticas de demanda e integrarla con las políticas de oferta", agregó Parias, que apuntó cierta "discriminación" hacia los regantes y una falta de trato equilibrado "a favor de agricultores o zonas regables que no tienen concesión de agua regulada". A su juicio, esa cesión "roza la ilegalidad".
Rechazó asimismo que se aumente la superficie de riego, "aunque desde las administraciones se ha permitido en los últimos años un aumento del 60 por ciento, lo que ha generado un "claro perjuicio" para los regantes.
En declaraciones a Europa Press, el gerente de Feragua, Pedro Parias, hizo un balance positivo del año hidrológico que concluye el 30 de septiembre "dentro del nivel de restricciones", aunque reconoció que no están contentos "ni por la situación hidrológica de la cuenca ni por la falta de infraestructuras ni por el déficit hídrico que padece a causa de esa carencia de embalses".
"Parece que tenemos que depender de lo que llueva, cuando no se inaugura un nuevo embalse en la cuenca del Guadalquivir desde 1996", agregó Parias, que pidió que se avance en la tramitación y redacción de los proyectos.
Destacó, por el contrario, que la modernización de regadíos ha sido la principal causante de este ahorro de agua, junto a la planificación de los cultivos "que ha generado un mejor desarrollo de la campaña aunque se haya registrado una pérdida de ingresos y de renta de los agricultores".
En ese sentido, precisó que la disminución de renta al convertir el maíz y el algodón en girasol o trigo supuso una merma de 1.200 euros por hectárea, mientras que en el caso del arroz se perdieron unos 1.500 euros por hectárea por la superficie que se ha dejado de sembrar.
A su juicio, la resolución de los problemas de regulación "pasaba por hacer un esfuerzo por modernizar las infraestructuras hipotecándose a largo plazo, pero resulta que al final dependemos de la lluvia porque faltan embalses y no se ha puesto en marcha una oferta de agua".
"Es necesario seguir avanzando en las políticas de demanda e integrarla con las políticas de oferta", agregó Parias, que apuntó cierta "discriminación" hacia los regantes y una falta de trato equilibrado "a favor de agricultores o zonas regables que no tienen concesión de agua regulada". A su juicio, esa cesión "roza la ilegalidad".
Rechazó asimismo que se aumente la superficie de riego, "aunque desde las administraciones se ha permitido en los últimos años un aumento del 60 por ciento, lo que ha generado un "claro perjuicio" para los regantes.